miércoles, 15 de junio de 2016

Francia en caos por protestas sociales

PARÍS (Reuters) - Líderes franceses dijeron el miércoles al sindicato CGT que denegarían los permisos para más protestas en las calles si no sacaba de ellas a los alborotadores, un día después de los violentos disturbios entre jóvenes enmascarados y policía durante manifestaciones en París.
El primer ministro Manual Valls acusó al CGT de no hacer nada para frenar a cientos de violentos que saquearon tiendas, arrancaron los adoquines de la calle y rompieron las ventanas de un hospital infantil durante varias batallas campales el martes. La policía respondió con gases lacrimógenos y cañones de agua, con docenas de heridos en ambos lados.
El presidente François Hollande dijo a sus ministros que las protestas en las calles que CGT había organizado contra la reforma laboral no serían permitidas si el sindicato no ofrecía mayores garantías de seguridad, dijo un portavoz del gobierno.
En una desalentadora evaluación del clima de tensión en Francia, Valls dijo que los terroristas volverían a atacar de nuevo, que la policía estaba trabajando aún más para evitar enfrentamientos violentos entre seguidores de fútbol durante el mes que dura la Eurocopa de fútbol y que las protestas contra la reforma laboral habían degenerado en una "violencia insoportable".
Sus palabras llegan dos días después de que un oficial de policía y su mujer muriesen apuñalados por un francés que había jurado lealtad a Estado Islámico.
"Ya es suficiente", dijo Valls. "Pido al CGT que no celebre más manifestaciones en París", dijo en la radio pública.
También acusó al sindicato de mantener una actitud "ambigua" hacia unos 700 jóvenes violentos.
El CGT dijo en un comunicado que es el Estado el que tiene que garantizar el orden.
La policía ha arrestado a más de 60 personas. Muchos de los alborotadores iban vestidos de negro, con bufandas y gafas para repeler el gas lacrimógeno y cascos en caso de haya cargas policiales. Aunque no pertenecen a ningún grupo identificable, los expertos dicen que son una mezcla de jóvenes desilusionados, anarquistas y anticapitalistas.

Valls reiteró que su gobierno no retiraría la reforma laboral que flexibiliza contrataciones y despidos, además de devolver la negociación colectiva al nivel de la empresa, y pretende que se apruebe en julio.

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