Centrándonos más en el ámbito literario, son muchos los escritores que han opinado para bien o para mal sobre la capacidad de cualquier persona de llegar a ser un buen escritor aplicando ciertas técnicas. Pero todos coinciden en un punto, la virtud no brota sin esfuerzo y trabajo constante.
El escritor argentino Ernesto Mallo afirma que es necesario aprender a leer y a fracasar. Para Mallo el talento no puede ser enseñado ni aprendido, tenerlo carece de mérito y no significa gran cosa sin un trabajo de fondo que lo haga brillar y prosperar. El de La Plata asegura que para que un texto resulte fluido y dinámico no vale solo con exponer el talento, ha de ir acompañado por una gran inversión de tiempo y esfuerzo.
Stephen King trata sobre el arte de poner una palabra detrás de otra en su obra ‘Mientras escribo’. “Todo lo que es fácil de leer es difícil de escribir, y viceversa” sentenciaba en su obra el americano. Para King, el escritor precisa disponer de una ‘caja de herramientas’. No existen ‘instrumentos prefabricados’ para un escritor que comienza a escribir sus primera líneas, es el mismo quien se fabrica a medida las que necesita.
Parte del camino que debe recorrer cualquier persona que se sumerja en cualquier disciplina artística es saber encajar los golpes. Los editores y el público en general pueden ser despiadados; por lo que el maestro debe ser cruel y el alumno no solo trabajador, sino que también duro y resistente para encarar al mundo. Convencida de ello está Patricia Highsmith, “aprender a fracasar y levantarse es una práctica ineludible para quien quiera dedicarse a escribir”.
El escritor español José Antonio Millán recalca la importancia de la ‘arquitectura del escrito. No solo a nivel ortográfico, sino también a la hora de ordenar palabra y categorizar conceptos claros. Existen procedimientos oportunos para mover el corazón de los lectores” sentencia Millán. Es importante saber transmitir este complejo conocimiento a las personas que generan escritos, ya sea con fines literarios como en el entramado empresarial o estudiantil. Estos procedimientos serían en vano si el ‘escriba’ no se toma la molestia de leer y releer la obra, así podrá encontrar impedimentos para la óptima apreciación del mensaje por parte de su público.
Está claro que el talento no sirve de nada sin la técnica adecuada y el esfuerzo. Son muchos los títulos lanzados al mercado para aprender a escribir, desde Casa del Libro te recomendamosestas reconocidas obras para iniciarte:
• Para ser escritor, de Dorotea Brande
• La preparación de la novela, de Roland Barthe
• Suspense, de Patricia Highsmith
• Mientras escribo , de Stephen King
• Manual de escritura académica y profesional, de Estrella Montolio
• Manual de escritura académica y profesional (ejercicios prácticos), de Estrella Montolio
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