Hasta el diario progresista y republicano por excelencia, The Guardian, se ha entregado a una exhaustiva cobertura de una jornada celebrada a izquierda y derecha como un día casi perfecto, «un teatro real que cautivó al mundo», como titula su portada el Financial Times. Y de entre el aluvión de vestidos, estilos y espectáculos, sus dos expertas en moda destacan a ocho invitados como los «looks» más logrados. Junto al propio novio -«el rojo es acento para la siguiente temporada de moda masculina»-, la Princesa Máxima de Holanda -«podría ser una estrella de Hollywood de otra época, en el buen sentido»- o un más cuestionable Elton John -«lo más cerca que un hombre podía llegar a deslumbrar con el color en una boda real»-, el rotativo incluye a dos mujeres españolas, la Princesa de Asturias y Miriam González Durántez, esposa del viceprimer ministro, el liberal Nick Clegg.
La Princesa Letizia estaba «realmente elegante con su vestido en rosa pálido, el suave corte por encima de la rodilla y la intrincada costura le daba una sensación romántica, mientras que las mangas tres cuartos le daban un aire elegante y moderno a su look», opinan. «¿Qué llevaba en su bolso?», se preguntan, tras destacar su anterior trabajo como periodista.
De Miriam González destacan que estaba «espectacular con su vestido de plata y chiffon negro», y perciben una «reminiscencia chic y clásica de Eva Perón». «Sin esfuerzo y ridículamente sexy», concluyen del look de la antigua funcionaria de la Comisión Europea y mujer del socio de gobierno del primer ministro David Cameron.
Del vestido de la novia, tanto un diario «serio» como The Daily Telegraph como un tabloide como el Daily Express se inclinan por hacer el paralelismo con el traje de novia de Grace Kelly, princesa Gracia de Mónaco tras su boda con Rainiero en abril de 1956.
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