Millie Pilkington, la fotógrafa privada contratada para inmortalizar la parte más íntima la boda del príncipe Guillermo y Catalina, los duques de Cambridge, ha desvelado el día después algunos detalles de la fiesta nocturna en el palacio de Buckingham a la que asistieron los familiares y amigos más cercanos de la pareja.
Pilkington, amiga de la familia Middleton, ya fue la encargada de hacer un álbum privado durante la boda en 2005 entre el príncipe Carlos, el padre de Guillermo, y Camilla, duquesa de Cornualles.
Fotografío a los 300 elegidos que participaron en la cena y la posterior fiesta en palacio, y esta mañana relató a los medios locales que se trató de "un asunto maravilloso, íntimo y familiar", en los que no faltaron los tradicionales discursos.
Hablaron el hermano y padrino del novio, el príncipe Enrique, y Michael y James Middleton, padre y hermano de la novia, que pronunciaron unos discursos "que fueron absolutamente para desternillarse de risa", según explicó la fotógrafa.
Pilkington explicó que Catalina demostró que es una persona "muy dulce" al acercarse a ella en un momento de la noche para "decirme que si no quería fotografiar la velada, no pasaba nada".
"Me dijo: 'deja la cámara, relájate, diviértete. Estás aquí como invitada. Disfrútalo'", afirmó la fotógrafa, que pese a la invitación no pudo resistir la tentación de capturar lo que veía.
"Siendo fotógrafa y estando rodeada de tanta belleza, con el lugar y todos esos invitados despampanantes, no podía parar, así que hice fotos toda la noche y hasta la mañana", dijo.
"La noche fue excitante, absolutamente extraordinaria. Durante el día, la jornada fue maravillosa, fue algo muy relajante, excitante y espectacular, pero la noche fue casi más mágica", agregó Pilkington, que aseguró que durmió mal durante semanas antes de la boda, consciente de la responsabilidad que tenía en el gran día.
La fotógrafo comenzó su trabajo en el momento en que los noviosvolvieron a entrar en el palacio de Buckingham tras salir al balcón y besarse ante la multitud, momento en el que se inició la parte privada de la boda de Guillermo y Catalina.
Pilkington señaló que lo ella pudo ver en la parte pública de la boda y en la privada es que "estuvieron atraídos el uno a otro durante toda la jornada de una manera magnética".
"El amor que se tienen es muy evidente. Todo el mundo pudo verlo. Se veía que están hechos el uno para el otro", afirmó.
Catalina, «relajada e impresionante»
Le sorprendió especialmente la calma que Catalina mantuvo durante el día pese a tener encima los ojos de cientos de millones de personas que vieron la boda por televisión en todo el mundo.
"Estaba tan relajada e impresionante (...). En todo momento, dejó un aire de tranquilidad y serenidad", comentó Pilkington, que destacó por encima de todo unas fotografías que hizo de la pareja en una de las salas de palacio: "son unas fotos adorables, informales e íntimas, que espero que guardarán para siempre como algo especial".
Ninguna de estas fotos de Pilkington se harán públicas.
Paralelamente, Clarence House, la residencia del príncipe Carlos, difundió las primeras fotografías oficiales de la boda, entre las que destacan un retrato de cuerpo entero de la pareja, una junto a los siete pajes y la instantánea con las dos familias al completo.
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