sábado, 11 de junio de 2016

Reino Unido/ el futuro de Europa está en tus manos


A falta de 2 semanas para el referéndum acerca de la permanencia británica en la Unión Europea, la posibilidad del 'Brexit' (conjunción de Bretaña y Exit o salida) empieza a parecer más real que nunca. 2 encuestas de YouGov e ICM han dado de 4 a 5 puntos de ventaja (48% a 43%) a la opción de renuncia del Reino Unido a la UE, aunque las encuestas más confiables insisten en que Londres permanecerá en la UE. Pero la inmigración es el 2do. tema que más preocupa a los británicos, codeándose con la economía y robándole protagonismo en los titulares, gracias a noticias como el aumento imparable de la inmigración neta (333.000 el último año) o a incidentes como el reciente rescate de 18 albaneses que intentaban cruzar el Canal de la Mancha en un bote inflable. El 76% de británicos considera que los niveles actuales de inmigración son insostenibles. Según el sondeo de YouGov, el 57% de los británicos cree que la inmigración sería reducida tras la salida de la Unión Europea.

El 23/06/2016, el Reino Unido realizará un referéndum en el que decidirá si sigue formando parte de la Unión Europea o no. La posible salida, que ha sido denominada por los medios anglosajones “Brexit” (combinación entre Britain y Exit), podría tener consecuencias económicas y políticas serias, tanto para el Reino Unido como para la Unión Europea toda.

Y es una posibilidad real, ya que a pesar de que lleva una leve ventaja la opción de permanecer en la UE, la pelea está reñida.

Según el diario británico Financial Times, que promedia entre diversas encuestas, al 06/06, el 45% de los votantes británicos optaban por permanecer en el organismo mientras que el 43% votaba por salir.

Hostigado por sus correligionarios conservadores, el 1er. ministro David Cameron ha encontrado un insospechado aliado de última hora con el que aspira a dar la vuelta a los sondeos: el alcalde musulmán de Londres, Sadiq Khan.

Khan se ha propuesto paliar la pasividad de su propio líder laborista, Jeremy Corbyn, y aspira movilizar el voto 'progre' recordando sus viejos tiempos de boxeador frente al ex alcalde de Londres, Boris Johnson, líder del voto por el 'Brexit'. El debate definitivo será el martes 21/06, 2 días antes de la cita con las urnas...

El tirón popular del ex alcalde de Londres, Boris Johnson, ha sido vital para catapultar la campaña del 'Brexit'. Los analistas estiman que el 'factor Boris' ha servido para darle un impulso extra de 10 a 12 puntos a la opción de salida de la UE. Johnson es el político N°2 en quien más confían los británicos en la cuestión de la UE, después de David Cameron, que está en las antípodas de su colega.
La habilidad de Johnson para provocar titulares -comparando la UE con el "proyecto de Adolf Hitler"- ha surtido un gran efecto y han encontrado amplio eco en prensa conservadora.

Sin él, el liderazgo de la campaña oficial "VoteLeave" habría recaído en el ministro euroescéptico de Justicia, Michael Gove, quien no atrae a los votantes no conservadores.

Boris Johnson ha logrado además robar casi por completo el protagonismo a Nigel Farage, líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip), quien hace campaña por su cuenta en una plataforma paralela, Leave.eu, auspiciada por el millonario Arron Banks.

Los 4 ex líderes laboristas -Ed Miliband, Gordon Brown, Tony Blair y Neil Kinnock- unieron fuerzas para movilizar a los votantes de centroizquierda, y desequilibrar la balanza. Pero el actual líder laborista, Jeremy Corbyn, no firmó la carta abierta: crece la sospecha de una ambivalencia que tiene despistados a la mitad de los votantes laboristas, que confiesan que desconocen la postura oficial del partido. Corbyn (que votó contra la pertenencia a la Comunidad Económica Europea en 1975) se ha negado a hacer campaña junto a Cameron, al que ha acusado de usar amenazas "exageradas" sobre los efectos económicos del 'Brexit'.
En tanto, la diputada Sarah Wollaston, una de las voces más respetadas del Partido Conservador, se ha convertido en la primera y notoria "fuga" de la campaña del Brexit, y Cameron le ha recibido con los brazos abiertos, tan necesitado que estaba de un golpe de timón en la campaña por la permanencia.

Wollaston se ha marchado, además, con un portazo, acusando a la campaña del Brexit de estar propagando "mentiras" y acusando al "cabecilla" y ex alcalde de Londres, Boris Johnson, de haberse convertido en una réplica de Nigel Farage, el controvertido líder del Partido de la Independencia (Ukip).

La diputada conservadora, que preside el comité parlamentario de Salud, acusó a los partidarios de la salida de la UE de estar manipulando a la opinión pública con argumentos falsos. Entre ellos, la promesa de "desviar" los 350 millones de libras (445 millones de euros) que el Reino Unido paga a la semana como "factura" por su pertenencia en la UE para financiar el Servicio Nacional de Salud (NHS).

"La realidad es mucho más compleja, y la verdad es que contribuimos al 11% de la investigación en salud y recibimos el 16% de Bruselas", aseguró Wollaston, en una carta abierta publicada por el tradicional diario conservador The Times. "Y la financiación del NHS depende en última instancia de la marcha de la economía... En vez de dejarnos unos dividendos extras,la salida de la UE puede provocar una turbulencia económica y tener un impacto negativo en la sanidad pública", agregó.

A principios de 2016, el diario Financial Times entrevistó a más de 100 economistas y encontró que 7 de cada 10 estimaban que la salida de la UE afectaría negativamente el prospecto económico a mediano plazo del país, 9 veces más que el 8% que consideraba que la economía británica se vería beneficiada.

Uno de los principales argumentos que presentaron recientemente los que abogan por el sí al Brexit tiene que ver con la crisis migratoria.

Según la Oficina Nacional de Estadísticas, entraron durante 2015, 330.000 inmigrantes a Gran Bretaña, lo que muestra que las políticas actuales para controlar el fenómeno no están dando resultados. La única solución posible, aducen, es salir de la UE.

“Se ve la presión en los servicios públicos, se ven las listas de espera en los hospitales, en cirugías y por supuesto en las escuelas”, le dijo Johnson a la agencia Associated Press. “La gente lo siente y lo que resienten es la falta de control”, denunció.

El campo que defiende la permanencia responde con sus propias municiones: el miembro del Parlamento británico, George Osborne, del Partido Conservador, presentó un estudio el mes pasado en el que advertía que la salida de la UE le costaría a cada hogar británico US$ 6.100 por año de aquí hasta 2030, y que la economía total del país se encogería un 6%.

Consecuencias del “Brexit”

Steven Blockmans y Michael Emerson, del Centro de Estudios Políticos Europeos, publicaron en el portal Council of Councils, del Consejo de Relaciones Exteriores, un estudio detallado en el que analizan cuáles serían las consecuencias, tanto para Gran Bretaña como para la Unión Europea, si el 23 de junio ganara el Brexit.

Mucho de este desenlace depende de los términos que impongan el resto de los países europeos a Gran Bretaña para alcanzar un acuerdo de separación (los países más orientados hacia la integración como Alemania, Italia, España, Bélgica y Luxemburgo probablemente irían por términos más duros).
“Poco después de que ganara el sí, el Reino Unido probablemente iniciaría el procedimiento de retiro voluntario contemplado en el Tratado de Lisboa 2009, que habilita a un periodo de 2 años para encontrar un acuerdo de separación. Sin un acuerdo de estas características, el Reino Unido –que actualmente disfruta de acceso irrestricto al resto de la UE bajo las reglas del Mercado Común- caería por default en un acuerdo comercial con la Unión Europea basado en las reglas de la Organización Mundial del Comercio”, escribieron Blockmans y Emerson. Esto significaría que:

> La Unión Europea comenzaría a aplicar sus aranceles de importación externa a los productos británicos.

> Bruselas podría restringir la habilidad de Londres de realizar transacciones con euros y derivadas del euro, y esto lastimaría la posición de la ciudad como un centro financiero.

> Los ciudadanos británicos perderían su derecho inmediato de trabajo en el resto de Europa.

> La nueva frontera exterior de la UE dividiría el Norte de Irlanda del resto de la isla y pondría por lo tanto en riesgo el acuerdo de paz alcanzado.

> Los lazos comerciales del Reino Unido con otros países también se verían afectados por la inestabilidad. Todos los acuerdos preferenciales que tiene la UE con otros países dejarían de incluir al país. El Presidente de Estados unidos, Barack Obama y la candidata presidencial, Hillary Clinton, han dejado en claro que Gran Bretaña sería enviada “a lo último de la cola” en cuanto a acuerdos de comercio con USA, si triunfara el Brexit.

> Políticamente, advendría para Gran Bretaña una etapa de inestabilidad. Blockmans y Emerson predicen que la cabeza del Primer Ministro, David Cameron, rodaría, así como la de otros líderes del Partido Conservador que hicieron campaña abierta en favor de la permanencia. Se agudizaría la división en el seno de ese partido, y se podría llamar a elecciones.

> El Brexit podría también desafiar la unidad del Reino Unido, disparando un nuevo referéndum en Escocia sobre la independencia.

> A nivel internacional, debe tenerse en cuenta, no hay una sola voz dentro de Europa, las ex colonias británicas o el mundo, que apoyen la idea de la salida.

Consecuencias del “Brexit” para Europa

Las voces más fatalistas auguran que el desprendimiento británico podría iniciar un efecto dominó y ser el principio del fin de la Unión Europea como la conocemos. Para Blockmans y Emerson, esto es “altamente improbable. La red de lazos socioeconómicos entre los estados miembros que permanecerían han sido tejidos tan estrecha y profundamente en las últimas 6 décadas que el Brexit no desarmaría el orden posguerra fundamental en Europa”, escribieron en el portal Council of Councils.

De todas maneras, advierten, la salida de Gran Bretaña tampoco pasaría inadvertida para el resto de los países:

> Echaría más leña al fuego sobre el sentimiento anti-Unión Europea que ya crece en varios países.

> Daría impulso a movimientos nacionalistas y euroescépticos (principalmente en Francia, Hungría y Polonia).

> Haría que los países renuncien a la idea de implementar soluciones comunes a nivel continental a los desafíos que presenta inmigración.

> Las tácticas utilizadas por David Cameron para conseguir concesiones del resto de la UE (algunos ven este referéndum como un arma de amenaza), podrían ser imitadas por otros, como el 1er. ministro húngaro, Viktor Orbán, que ya ha emulado la estrategia al llamar a un referéndum nacional para conseguir apoyo para un mandato popular, para poder resistir mejor a los intentos de la Comisión Europea de que el país acepte la cantidad de refugiados que le toca recibir dentro de un nuevo esquema de relocalizaciones de inmigrantes.

> La salida de Gran Bretaña, una de las mayores fuerzas dentro de la Unión Europa, aumentaría la influencia ya predominante de Alemania. Esto aumentaría las tensiones entre los países, incluida Francia, en donde Marine Le Pen, y su Frente Nacional, de extrema derecha, vienen ganando fuerza (en 2017 hay elecciones presidenciales).

> Hay riesgo de que el euro se deprecie.

> La Unión Europea tendría que arreglar su presupuesto sin la contribución anual de 10.500 millones de euros que hace Gran Bretaña. Esto requeriría un rediseño del presupuesto.

> Algunos creen que la UE sin Gran Bretaña se tornaría más proteccionista, pero sin embargo hay un consenso creciente a través de la Unión en favor de liberalizar los mercados internos en bienes, servicios y empleo.
Los anglicanos: el grupo más pro-Brexit de Gran Bretaña

Para Sara Miller Llana y Alexis Xydias, del portal de la cadena informativa The Christian Science Monitor, el referéndum en Gran Bretaña tiene un aspecto cultural religioso que la mayoría de los grandes medios están ignorando.

El euroescepticismo, es decir el creciente disgusto que hay muchos países europeos con la idea de pertenecer a un organismo común que los ampara pero también los limita, está mucho más difundido en la Europa protestante que en la Europa católica.

A pesar de que la religión es una cuestión que casi nunca se invoca en la política británica y las autoridades religiosas se han mantenido neutrales sobre la cuestión que se definirá el 23 de junio en las urnas, las creencias religiosas sí guardan relación con las posiciones respecto de quedarse o salir de la Unión Europea.

Los anglicanos tienden a ser el grupo más pro-Brexit dentro de todos los grupos religiosos y aquellos que no profesan ninguna afiliación religiosa. La Iglesia Anglicana nació como una decisión anti Europa continental del rey Enrique VIII: él se enfrentó al Vaticano, que aglutinaba a las grandes monarquías de Europa continental, y entonces creó el culto anglicano que, entonces, es una causa autonómica.

En una encuesta encargada por el Wales Institute of Social and Economic Research, Data and Methods (WISERD), citada por Miller Llanas y Xydias, se encontró que el 55% de los anglicanos apoyan la campaña para abandonar la UE. Fue el grupo con el porcentaje más alto dentro de las 6 denominaciones cristianas incluidas en el estudio.

Los católicos están casi divididos, pero favorecieron la permanencia por 43% a 42%. Otras encuestas muestran mucho mayor apoyo a la permanencia en varias minorías religiosas, incluida la comunidad musulmana.

“No hay nada parecido a lo que se puede ver con la ‘derecha religiosa’ en el voto norteamericano; no es algo tan colectivo ni cohesivo como un bloque de votantes”, dijo Ben Ryan, investigador del think-tank londinense Theos a The Christian Science Monitor.

Y, a pesar de que las afiliaciones religiosas se superponen con otros factores como edad y geografía, “la religión importa en este debate”, aseguró Ryan. “Los católicos romanos y los países católico-romanos tienden a ver más favorablemente a la Unión Europea que los Protestantes”, dijo Adrian Hilton, uno de los fundadores del movimiento Cristianos por Gran Bretaña. “Para los Protestantes, la democracia se trata del poder que la gente le da al gobierno. En otros estados es mucho más de arriba hacia abajo, y el gobierno decide qué libertades darle a la gente. Y esa, creo, es la división teológica-filosófica fundamental en esto.”

Se debe tener en cuenta que la comunidad europea fue fundada en los ’50 por un grupo de políticos en su mayoría católicos de varios partidos demócrata-cristianos de esa época. “Puede ser demostrado que los orígenes de la Unión Europea le deben mucho a una filosofía política particularmente católica”, especifica Ryan de Theos.

El sacerdote anglicano Giles Fraser, otro de los fundadores del movimiento Cristianos por Gran Bretaña, escribió este mes en su columna en el periódico The Guardian que el “Brexit recicla a la perfección el espíritu desafiante de la Reforma”.

La Reforma anglicana, ocurrida en Inglaterra en el siglo XVI, culminó con la separación de la Iglesia de Inglaterra y la Iglesia Católica y con la emancipación de la autoridad papal. “La Reforma nació de la lucha contra la autoridad extranjera y muchos argumentan que el mismo espíritu continúa hoy en contra de lo que se percibe como los dictados de Bruselas”, escribieron Miller Llana y Xydias, en The Christian Science Monitor.
Fuente: Urgente24

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