miércoles, 15 de junio de 2016

La banca europea sufre al aumentar el apoyo al "Brexit"

LONDRES (EFE Dow Jones)--Hay un banco que podría tener algo que ganar si los británicos deciden salir de la Unión Europea en el referéndum del 23 de junio.

Pero la realidad es que ese resultado será perjudicial, costoso y dañino para todos. Al ver que las encuestas y las probabilidades de las apuestas reflejan un apoyo cada vez mayor a la opción de que Reino Unido abandone la UE, las acciones de los bancos podrían caer todavía más.
Las entidades británicas están en primera línea y se verán afectadas por uno de estos dos problemas: el primero es la amenaza de perder acceso a los mercados europeos; el segundo es el daño provocado por una libra más débil y la amenaza de unos tipos de interés más elevados, que serán especialmente negativos para los hogares y los terratenientes muy endeudados.
Royal Bank of Scotland Group PLC es el único banco que podría tener algo que celebrar. La entidad, que es principalmente propiedad del Estado, está haciendo frente a unos crecientes costos y a la complejidad de separar una parte de sí mismo bajo una marca vieja, Williams & Glyn. Esto debe hacerlo para satisfacer la normativa europea que penaliza la ayuda estatal, pero si Reino Unido deja de formar parte del bloque, quizá no tenga por qué molestarse.
Barclays PLC y HSBC Holdings PLC son los bancos con el mayor negocio en Europa. Barclays obtuvo casi el 9% de sus beneficios de su negocio en Europa continental en 2015. En el caso de HSBC, alrededor del 5,5% de las ganancias del año pasado provinieron de Europa continental, donde tiene un gran negocio comercial en Francia.
Las operaciones regionales podrían resultar mucho más difíciles de gestionar desde Reino Unido si la salida del país del bloque provoca un gran cambio en los acuerdos comerciales con el resto de Europa. Entretanto, sus grandes bancos de inversión con sede en Londres, y aquellos de otros grupos europeos y estadounidenses, también se enfrentarían a perder acceso directo a Europa de no firmarse un nuevo acuerdo comercial que preservase el “pasaporte” británico para los servicios.
En este caso, Deutsche Bank, BNP Paribas y Société Générale, por ejemplo, sufrirían la misma perturbación y los mismos costes de reubicación que Barclays y HSBC.
El otro grupo vulnerable sería el formado por los prestamistas de hipotecas de Reino Unido, como Lloyds Banking Group, Virgin Money Holdings y OneSavings Bank. Si los inversionistas internacionales reaccionan mal a una salida de Reino Unido de la UE, sacando capital del país, la libra caerá todavía más y el Banco de Inglaterra podría verse obligado a subir los tipos de interés para atraer a los inversionistas de nuevo a los bonos estatales británicos.
Algunos creen que los tipos de interés de referencia sólo tendrían que ascender, por ejemplo, hasta el 2% para lograr que los activos británicos sean atractivos, pero eso podría cambiar drásticamente el mercado inmobiliario, donde los precios han subido considerablemente en los últimos dos años, ayudados por una cantidad sustancial de préstamos a pequeños terratenientes. Las tasas de interés ultrabajas han mantenido minúsculos los costos del pago de la deuda, una situación que podría darse la vuelta rápidamente.
Los bancos han visto caer sus acciones, especialmente en la última semana, al centrar los inversionistass su atención en las posibilidades reales disponibles. Pero eso no significa que todo el dolor de una salida de Reino Unido de la UE esté descontado.

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