sábado, 6 de febrero de 2016

Golpe letal de China a la Eurozona/ Análisis

Este año se va a hacer evidente un concepto que apenas se conoce en Occidente: la burbuja de productos del mercado chino. Las fábricas siguen produciendo como si no hubiera tenido lugar la crisis mundial de 2008. El fabricante chino, ante la falta de demanda internacional, encontró un segundo mercado en su propio país.
No es verdad que el mercado chino se dirigiera al mercado interior como una estrategia, es algo que se encontró porqueno tenían demanda exterior, por lo que empezaron a atender más a la demanda interna. Ya había empresas atendiendo esa demanda, lo que produjo una saturación de oferta en el mercado chino que ha originado esta burbuja de productos.
Por otro lado, las fábricas, además de contar con el stock de la demanda internacional perdida y que esperaban recuperar en unos años, han seguido produciendo para el mercado interior, un mercado sobre-saturado. Las fábricas que tenían más necesidad de liquidez han empezado a vender producto a bajo precio, muchas veces por debajo de su coste.
Asimismo, se está originando un segundo problema para el emprendedor; las nuevas empresas que llegan al mercado con un producto bueno y un precio competitivo se están encontrando con que la competencia vende por debajo de su coste, por lo tanto, se está generando también un cierre continuo de empresas y grandes dificultades para nuevos emprendedores.
Burbuja inmobiliaria
Este no será el mayor problema, pese a las ciudades fantasma de las que tanto se habla, pero también se generará deflación en este ámbito. Hasta ahora los grandes constructores chinos han tenido mucha liquidez, por ello están pudiendo aguantar con sus edificios y pisos sin vender, en lugar de bajar los precios. Un ejemplo claro se da en la ciudad de Guangzhou, donde se ha producido un bloqueo de precios pese al descenso de la demanda.
Los bancos, en algún momento, tendrán que dejar de prestar dinero, la liquidez se terminará y los constructores tendrán que bajar precios para vender.

La bolsa china
Aunque quizá es el problema más remarcado fuera de China, es el tercer motivo en importancia. Una gran parte del problema bursátil lo genera el gobierno con sus medidas. El problema principal fue la ley que ha determinado que una acción podía considerarse aval para solicitar créditos bancarios tal como sucede con un inmueble.
En la práctica, esto provocó un bucle en el que un consumidor chino que tenía sus ahorros invertidos en bolsa, podía usar sus títulos bursátiles como aval para solicitar un nuevo crédito. Con este crédito podía comprar nuevas acciones que usaría como aval para un nuevo crédito en un círculo vicioso interminable. Por otro lado, se produjo el efecto llamada, y cuanta más gente compraba en bolsa, más subía y más inversores aparecían. De hecho muchos empresarios vendieron sus negocios para invertir.
Pero como en cualquier crecimiento piramidal, en algún momento se acabó el dinero y, por lo tanto, las acciones comenzaron a bajar. Los bancos descubren que el aval que había garantizado sus prestamos es insuficiente y piden compensaciones económicas que los inversores no pueden atender. Esto provoca la venta de acciones que, a su vez, provoca una bajada del precio de las mismas y más nervios bancarios. Esta vez, el círculo vicioso va hacia abajo.
China es un país donde los particulares funcionan como prestamistas en una red de micro-créditos hacia amigos y familiares difícil de entender desde el exterior. Si hablamos de 75 millones de chinos* invirtiendo en bolsa el número de prestamistas es mucho mayor.
La situación actual provoca una frustración considerable en inversores que han visto su dinero volatilizare, bien en empresas estancadas, bien en inversiones bursátiles, algo que provoca desconfianza en los pocos inversionistas que conservan ahorros y que no ayudará a mejorar el consumo interno.
Tom Xu, socio de SedeenChina

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