BUENOS AIRES (Reuters) - El mercado de granos de Argentina estaba prácticamente paralizado el lunes debido a una huelga comercial que iniciaron el fin de semana las cuatro principales asociaciones rurales del país contra las políticas agrarias del Gobierno.
Como la protesta durará sólo cinco días, no se prevén grandes inconvenientes en la exportación de granos de uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos, aunque algunos embarques de maíz podrían verse afectados porque las reservas de los exportadores son actualmente reducidas.
El cese en la comercialización de granos, que también afectaba al mercado de ganado, parecía estar surtiendo efecto el lunes: sólo 553 camiones con granos ingresaron al área portuaria de Rosario, la principal terminal agrícola del país, muy por debajo de los 3.561 que llegaron al lugar el mismo día de la semana pasada.
A la plaza de Liniers, el mayor mercado de hacienda del país, sólo arribaron 38 vacunos, frente a los 1.854 que ingresaron el lunes de la semana pasada.
A pocos meses de unas elecciones legislativas, los dirigentes rurales decidieron lanzar esta protesta que busca golpear al Gobierno de Cristina Fernández, con el que está enfrentado desde hace años.
La elevada presión impositiva y la creciente alza de costos -en un país con una inflación anual cercana al 25 por ciento- son algunos factores que generaron el amplio apoyo a la protesta.
Los agricultores se quejan principalmente de las restricciones a las exportaciones de trigo, maíz y carne que aplica el Gobierno con la finalidad de garantizar el abastecimiento doméstico, y de los altos impuestos a las ventas externas que cobra a todos los granos, incluida la soja, que es el cultivo más importante del país.
Lejos de cualquier atisbo de diálogo, el conflicto entre el los productores y el Gobierno parece no tener un fin cercano, lo que despierta la atención de los mercados internacionales de granos porque Argentina es el tercer exportador mundial de soja y de maíz.
En declaraciones periodísticas, el Gobierno consideró el lunes que la protesta no representa los intereses de todos los agricultores y que es parte de una avanzada política de la oposición para generar un clima social adverso antes de los comicios de agosto -cuando serán las primarias- y octubre.
"No son cuatro entidades (las que desarrollan la protesta) sino que son cuatro dirigentes que no responden a sus bases (...) La decisión de este Gobierno es no atender estos requerimientos que son político-partidarios", señaló al diario Página 12 el ministro de Agricultura, Norberto Yauhar.
"Intuyo que pretenden instalar alguna de sus figuras de cara a las elecciones con un discurso basado en el caos", añadió el funcionario, según las declaraciones publicadas el lunes.
En el 2008, una disputa similar que se extendió por meses perjudicó el crecimiento de la economía y provocó una crisis política en el Gobierno de la presidenta Fernández.
(Reporte de Nicolás Misculin/Editado por Gabriel Burin)
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