Hugo Moyano terminó de confirmar ayer lo que había anticipado hace semanas en privado a sus principales aliados: jugará a fondo para conseguir su reelección al frente de la CGT aunque tenga que dar la pelea contra un candidato auspiciado por la Casa Rosada, como en algunos sectores sindicales interpretan la postulación del metalúrgico Antonio Caló. No me arrodillo ante nadie, advirtió ayer el camionero en un mensaje directo a la presidenta Cristina Fernández, a la que volvió a cuestionar duramente por la falta de respuestas a los reclamos de la central obrera: Ya no le interesa la compañía de los trabajadores, los ha dejado de lado, reprobó.
Es que lejos de morigerar sus críticas al Gobierno, Moyano está decidido a convertir el tono confrontativo de su discurso hacia el kirchnerismo en el leimotiv de su campaña por la reelección en el máximo sillón cegetista. Ayer, en el marco de una visita a Rosario, el líder sindical se quejó de que para la Presidenta parece que es más importante recibir al inglés que a Moyano, en alusión al encuentro entre Cristina y Roger Waters, y de inmediato habló de similitudes con la época de (el ex presidente Carlos) Menem, que recibió a Madonna y le dio el balcón.
A la par de los cuestionamientos a la Casa Rosada, el camionero admitió también la posibilidad de un acercamiento a los dirigentes gremiales opositores Gerónimo Venegas (Uatre) y Luis Barrionuevo (gastronómicos) de cara al congreso sindical que en julio próximo debe definir la nueva conducción de la central obrera. (Con Barrionuevo) hace cuatro años que no hablo. Pero históricamente cuando se normaliza la CGT nos juntamos porque todos somos parte de la misma organización, todos quieren tener la opinión y la participación que corresponde, y la van a tener, afirmó.
La posibilidad de avanzar en una alianza con el barrionuevismo que ya comenzó a evaluarse en contactos reservados entre referentes de ambos sectores será analizada durante el asado que Moyano organizó para mañana en la sede cegetista con el pretexto de festejar el cumpleaños del dirigente Domingo Moreira (ceramistas). Allí, según anticiparon referentes cercanos al camionero se harán algunas cuentas sobre la cantidad de representantes en el congreso sindical.
La idea de un entendimiento con Barrionuevo, a pesar de las profundas diferencias que los separaron en los últimos cuatro años, se vincula con la necesidad del moyanismo de ampliar su representación entre los 1.917 delegados que integran el congreso y poder dar pelea a los delegados de los grupos de los gordos e independientes, que alientan la postulación de Caló para suceder al camionero. Hubo diferencias en otro momento, pero ahora estamos compartiendo los mismos reclamos y las críticas por el cambio de actitud del Gobierno, justificó un dirigente alineado con Moyano.
Mientras que no desautorizó los contactos con los gremios que responden a la CGT Azul y Blanca, Moyano prefirió tomar distancia de la idea de algunos de sus colaboradores de impulsar una reforma del estatuto de la central obrera para permitir el voto directo de los afiliados en el congreso sindical de julio. Según dijo ayer el camionero, en el órgano encargado de elegir a las nuevas autoridades de la central se debe garantizar el voto directo y secreto de los delegados congresales, lo que equivale a replicar el mecanismo por el cual se eligió en los últimos años a la conducción cegetista.
En medio de la avanzada moyanista por la reelección de su jefe, desde los sectores gremiales críticos a la conducción del camionero remarcaron en las últimas horas la importancia de avanzar en un consenso entre todas las corrientes internas para postular un candidato de unidad de cara al congreso de julio. Si bien en ese esquema Caló sumó importantes adhesiones (la última de parte del flamante titular de Smata, Ricardo Pignanelli), la decisión de Moyano de ir por su reelección generó preocupación entre aquellos dirigentes que consideran peligroso ir a un disputa feroz entre dos listas en un congreso. Ello motivó que desde algunos gremios alentaran la idea de establecer una prórroga del mandato de Moyano por 6 meses, hasta diciembre, de manera de ganar tiempo para trabajar en la apuesta de un candidato única para la conducción sindical.
A la par de los cuestionamientos a la Casa Rosada, el camionero admitió también la posibilidad de un acercamiento a los dirigentes gremiales opositores Gerónimo Venegas (Uatre) y Luis Barrionuevo (gastronómicos) de cara al congreso sindical que en julio próximo debe definir la nueva conducción de la central obrera. (Con Barrionuevo) hace cuatro años que no hablo. Pero históricamente cuando se normaliza la CGT nos juntamos porque todos somos parte de la misma organización, todos quieren tener la opinión y la participación que corresponde, y la van a tener, afirmó.
La posibilidad de avanzar en una alianza con el barrionuevismo que ya comenzó a evaluarse en contactos reservados entre referentes de ambos sectores será analizada durante el asado que Moyano organizó para mañana en la sede cegetista con el pretexto de festejar el cumpleaños del dirigente Domingo Moreira (ceramistas). Allí, según anticiparon referentes cercanos al camionero se harán algunas cuentas sobre la cantidad de representantes en el congreso sindical.
La idea de un entendimiento con Barrionuevo, a pesar de las profundas diferencias que los separaron en los últimos cuatro años, se vincula con la necesidad del moyanismo de ampliar su representación entre los 1.917 delegados que integran el congreso y poder dar pelea a los delegados de los grupos de los gordos e independientes, que alientan la postulación de Caló para suceder al camionero. Hubo diferencias en otro momento, pero ahora estamos compartiendo los mismos reclamos y las críticas por el cambio de actitud del Gobierno, justificó un dirigente alineado con Moyano.
Mientras que no desautorizó los contactos con los gremios que responden a la CGT Azul y Blanca, Moyano prefirió tomar distancia de la idea de algunos de sus colaboradores de impulsar una reforma del estatuto de la central obrera para permitir el voto directo de los afiliados en el congreso sindical de julio. Según dijo ayer el camionero, en el órgano encargado de elegir a las nuevas autoridades de la central se debe garantizar el voto directo y secreto de los delegados congresales, lo que equivale a replicar el mecanismo por el cual se eligió en los últimos años a la conducción cegetista.
En medio de la avanzada moyanista por la reelección de su jefe, desde los sectores gremiales críticos a la conducción del camionero remarcaron en las últimas horas la importancia de avanzar en un consenso entre todas las corrientes internas para postular un candidato de unidad de cara al congreso de julio. Si bien en ese esquema Caló sumó importantes adhesiones (la última de parte del flamante titular de Smata, Ricardo Pignanelli), la decisión de Moyano de ir por su reelección generó preocupación entre aquellos dirigentes que consideran peligroso ir a un disputa feroz entre dos listas en un congreso. Ello motivó que desde algunos gremios alentaran la idea de establecer una prórroga del mandato de Moyano por 6 meses, hasta diciembre, de manera de ganar tiempo para trabajar en la apuesta de un candidato única para la conducción sindical.
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