Por NICHOLAS HASTINGS
LONDRES (Dow Jones)--Los recortes drásticos rara vez son una buena idea.
Y Grecia podría estar a punto de darse cuenta que su recorte es demasiado poco.
En sus esfuerzos por reducir tanto como pueda sus costos de refinanciación, Atenas está pidiendo a los tenedores de bonos del sector privado que asuman una reducción del 53,5% en sus inversiones al canjear sus viejos bonos por otros nuevos con vencimientos más largos y cupones más pequeños.
Todo esto forma parte de un ejercicio destinado a asegurar que Grecia pueda cumplir con los 14.500 millones de euros en rescates de bonos previstos para el 20 de marzo.
Pero hay señales de que muchos tenedores de bonos no están cooperando y que todo el paquete podría desbaratarse después de cumplido el plazo en la tarde del jueves.
Los riesgos exactos para los mercados financieros de Europa y Grecia aún no son claros.
No obstante, hay pocas dudas en cuanto a que una cesación de pagos sigue siendo altamente posible y que uno de los mercados clave para resguardarse contra pérdidas en bonos -los canjes por incumplimiento crediticio, o CDS- podría verse seriamente perjudicado.
Por el momento, la mayor incertidumbre radica en cuántos bonistas están preparados para aceptar el recorte de Grecia.
En el escenario ideal, a Grecia le gustaría que más del 90% acepte la oferta debido a que es probable que esto asegure que la refinanciación sea considerada como mayoritariamente voluntaria.
Sin embargo, es poco probable que esto sea así, ya que incluso el Banco Central Europeo advierte que el país no alcanzará el respaldo requerido de los inversionistas privados.
El nivel clave de participación es incierto, pero con una aceptación de entre el 66% y el 75%, Grecia podría ser obligada a introducir las denominadas cláusulas de acción conjunta que aprobó retroactivamente el Parlamento griego la semana pasada.
Esto significa que la participación de los tenedores de bonos en la refinanciación ya no es voluntaria y que entonces deberían realizarse pagos de CDS.
Como vimos la semana pasada, estos pagos no se realizarán a menos que la Asociación Internacional de Swaps y Derivados -o ISDA, por su sigla en inglés- resuelva que hubo un evento crediticio, lo que en esencia es admitir que Grecia está en cesación de pagos.
Sin ese dictamen de la ISDA, el mercado de CDS bien podría ver perjudicada su reputación debido a que difícilmente será considerado como una manera confiable de asegurar la exposición a los bonos por parte de los inversionistas si el mercado no paga.
Esto no solo tendría un impacto sobre los propios bonos griegos, sino que también socavaría el apetito de los inversionistas por otros mercados de bonos periféricos si el método primario para asegurarse contra cesaciones de pagos parece ser tan dudoso.
Si se dejan de lado las negociaciones de los tenedores de bonos privados, el riesgo de una cesación de pagos por parte de Grecia sigue siendo alto, mientras que las autoridades helenas aún tienen que cumplir con un informe de avances para los ministros de finanzas de la Unión Europea.
Sin este informe, que demuestra que Atenas está tratando de cumplir con las 38 medidas previas exigidas por los ministros, Grecia podría encontrar que el rescate acordado a fines de la semana pasada ya no es válido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario