lunes, 5 de marzo de 2012

Arranca el Salón del Motor de Ginebra

05.03.2012GINEBRA / MADRIDG. Escribano / Félix García
Un nuevo mapa mundial del automóvil. Es la situación que se han encontrado las 260 marcas y firmas del sector que se reúnen en el 82 Salón del Automóvil de Ginebra. La reciente alianza industrial de General Motors (GM) y el grupo galo PSA Peugeot-Citroën es la responsable de este nuevo horizonte.
GM anunció la semana pasada la compra de un 7% de PSA por unos 250 millones, convirtiéndose así en el segundo accionista del fabricante francés, que ganó un 48% menos el año pasado.
Mediante esta especie de rescate, ambos grupos compartirán plataformas de vehículos, componentes y módulos industriales. Además, crearán una sociedad conjunta de compras que gestionará un presupuesto anual de 125.000 millones de dólares. La reducción de costes prevista ronda los 1.500 millones y podría salvar la mala situación de Opel, filial europea de GM en números rojos.
Consolidación
Esta nueva alianza consolida el liderazgo de producción y venta de coches del grupo GM, que junto a su nuevo socio superará la barrera de los 12 millones de unidades al año, muy por delante de Toyota, el segundo productor individual, y la entente Nissan-Renault. Frente a todos ellos, la todopoderosa VW vendió más de 8 millones el año pasado y quiere liderar en 2018 con su estrategia multimarca. El grupo alemán está consolidando Porsche antes de relanzar una nueva ofensiva.
PSA tiene una tupida red industrial que podría generar conflictos entre la multitud de socios ahora que GM es el protector del fabricante de Peugeot y Citroën. La firma francesa cuenta con pactos industriales con BMW y Ford para motores, Fiat para furgonetas, Mitsubishi para eléctrico y todoterreno, y Toyota para montaje de vehículos. Con BMW también comparte una sociedad conjunta para diseñar y crear sistemas híbridos para los coches de sus marcas.
Sin embargo, estos días se podría estar fraguando una nueva alianza en el automóvil. Fiat y Suzuki colaboran desde hace años y acaban de firmar un acuerdo para que la italiana suministre motores a las plantas indias de la japonesa. Suzuki contactó con Fiat para poder acceder a su tecnología diésel, ya que la alianza con VW (que controla un 19,9% de su capital) no daba los frutos adecuados. De hecho, esta asociación entre la alemana y la japonesa no ha servido para mucho desde un punto de vista industrial y VW está a la espera de que alguien le pague bien las acciones.
Fiat suministrará 100.000 motores anuales durante tres años, aunque Sergio Marchionne quiere ir más allá: “una alianza con Suzuki y Mazda en Asia es una oportunidad interesante”, dijo el consejero delegado del grupo hace una semana. Mediobanca cree que las dos firmas orientales se complementan a la perfección con los intereses de la italiana.
Suzuki produce 2,9 millones de coches, de los que un 70% se venden en Asia, mercado que Fiat quiere atacar con firmeza. Mazda es un bocado menos apetitoso, porque produce sólo 1,2 millones de unidades y un 40% se matriculan en Oriente, aunque la presencia de Ford, que controla un 3,5% de la japonesa, podría ser un obstáculo.
El gigante industrial de Turín también tiene planes para extender sus tentáculos a otros BRIC, ya que negocia con varias firmas en Rusia y en los próximos meses decidirá si aumenta su producción en México o Brasil.
La tercera gran constelación del universo del automóvil está consolidada desde hace años y parece que no sufrirá cambios a medio plazo. Renault y Nissan caminan juntos desde 1999 y, desde entonces, han pasado de fabricar 4,9 millones de coches a 8 millones el año pasado, un 10,3% más que en 2010. China, Norteamérica y Rusia son sus principales mercados, donde controlan a AvtoVaz.
La entente franconipona también tiene un pacto con Daimler-Mercedes desde principios de 2010. Renault-Nissan compró un 3% de la alemana y viceversa, para desarrollar de forma conjunta los nuevos Smart y Twingo.

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