Por NICHOLAS HASTINGS
LONDRES (Dow Jones)-El euro probablemente no se verá tan atractivo una vez que se despeje la niebla de la operación de refinanciación a largo plazo.
Incluso si la segunda operación de refinanciación de largo plazo, o LTRO por su sigla en inglés, del Banco Central Europeo tiene éxito, las preocupaciones sobre cómo están siendo empleados los ingresos de la operación, inquietud sobre las perspectivas de crecimiento de la zona del euro y los recientes acontecimientos en España e Irlanda, bien podrían derribar a la moneda única desde su posición privilegiada.
Durante semanas, el euro se ha fortalecido debido a la creciente liquidez del mercado proporcionada por la primera operación de LTRO en diciembre, y por el hecho de que los rendimientos de los deudores periféricos han estado disminuyendo.
Esto ha ayudado a la moneda a sortear las recientes negociaciones para un segundo rescate a Grecia, e incluso a desestimar la advertencia que emitió el lunes Standard & Poor's de que Grecia ahora está en una "cesación de pagos selectiva".
Sin embargo, hay crecientes preocupaciones de que esas inyecciones masivas de liquidez podrían no ser algo positivo. Sí, los bancos italianos y españoles han hecho un buen trabajo de reciclar los fondos a través del mercado de bonos del gobierno para ayudar a reducir los costos de financiamiento. Pero datos recientes de la oferta monetaria de la zona del euro muestran que los préstamos de los bancos a la economía real, es decir, consumidores y empresas, prácticamente no crecieron.
En tanto, existe el riesgo de que los mismos bancos se vuelvan adictos al endeudamiento barato y sean incapaces de operar cuando los costos del endeudamiento aumenten.
Como advirtió recientemente el jefe del Bundesbank Jens Weidmann, esta liquidez "podría crear incentivos riesgosos".
Esto sucede en momentos en que las perspectivas de crecimiento para la zona del euro nuevamente están en duda.
La mayoría de las economías de la región siguen desacelerándose y la confianza de los consumidores en actores clave, como Italia, sigue cayendo.
Incluso Alemania, considerada por muchos como el país que ayudará a salvar a la zona del euro de otra recesión, no puede asumir que su fortaleza económica continuará.
El crecimiento está siendo impulsado principalmente por las exportaciones hacia Asia, y el crecimiento de la región está disminuyendo.
Luego está el problema del precio del petróleo.
Se espera que el rápido aumento en los precios del crudo de las últimas semanas continúe, no tanto por un aumento en la demanda mundial, sino debido a las crecientes tensiones sobre Irán y el alto riesgo de interrupciones en los suministros proveniente del Medio Oriente.
El aumento en los precios de la energía proporcionará incertidumbre adicional para la recuperación mundial en momentos en que ya existe inquietud de que la recuperación de Estados Unidos sigue siendo frágil.
Se espera que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, confirme el miércoles que, pese a la fortaleza de los datos recientes, la Fed sigue preparada para relajar la política monetaria.
Ciertamente existen múltiples razones para preocuparse por el impacto que tendrá el crecimiento, o la ausencia de él, en la crisis de la zona del euro.
Sin él, los países periféricos probablemente se endeuden aún más, y ya hay señales de que esto está sucediendo con España, que admite que su déficit fue del 8,5% del PIB el año pasado, muy por encima del 6% acordado con la Unión Europea.
Esto hará aún más difícil para el país continuar sirviendo su deuda a menos que los costos de refinanciación caigan significativamente.
Irlanda anunció el martes planes para convocar a un referendo sobre el tratado de disciplina presupuestario con la Unión Europea, lo que pone al centro de la atención la continua amenaza de una cesación de pagos.
La medida inyectará más incertidumbre en los mercados europeos y lo más probable es que el interés de los inversionistas en el euro se desvanezca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario