lunes, 19 de marzo de 2012

Damasco-Siria; los peores combates y revueltas

AMÁN (Reuters) - Los rebeldes sirios se enfrentaron el lunes a las fuerzas del Gobierno en Damasco, en los combates más violentos registrados en la capital desde el inicio de la revuelta contra el presidente, Bashar el Asad, el año pasado, según activistas opositores.
Los enfrentamientos cerca de la base de poder de Asad parecían un intento de los rebeldes -expulsados de Homs e Idlib y que sufrieron ataques en la ciudad oriental de Deir al Zor el lunes- de demostrar que aún suponen un serio desafío.
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Los rebeldes sirios se enfrentaron el lunes a las fuerzas del Gobierno en Damasco, en los combates más violentos registrados en la capital desde el inicio de la revuelta contra el presidente, Bashar el Asad, el año pasado, según activistas opositores. En la imagen, una bandera con la imagen de Asad el 18 de marzo de 2012 en Damasco.
REUTERS/Khal
Los fuertes combates interrumpieron la calma de la noche en el distrito al Mezze, sede de oficinas de inteligencia y embajadas extranjeras, con un saldo de dos "terroristas" y un miembro de las fuerzas de seguridad muertos, según la agencia de noticias oficial SANA.
El enfrentamiento armado se produjo apenas dos días después de un doble atentado con coche bomba que mató a al menos 27 personas en el corazón de la ciudad, elevando el temor a que la capital se hunda en el caos.
"Estos choques fueron los más violentos y los más cercanos a la sede de las fuerzas de seguridad en Damasco desde el estallido de la revolución siria", dijo Rami Abdulrahman, director del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido.
Agregó que 18 combatientes pro Asad resultaron heridos en el tiroteo, mientras el ruido de artillería pesada y lanzagranadas resonaba en la madrugada.
Los informes recibidos desde Siria no pueden verificarse de forma independiente porque las autoridades restringen el ingreso de los periodistas.
Asad lucha por mantener a flote su dinastía familiar, que ha gobernado Siria con puño de acero durante más de cuatro décadas, y ha rechazado las peticiones de gran parte de Occidente y el mundo árabe para que renuncie.
Sus tropas han lanzado feroces ofensivas en las últimas semanas, recuperando mucho del terreno perdido, pero la violencia no ha disminuido y los analistas advierten del riesgo de una guerra civil entre la secta minoritaria alauí de Asad y los musulmanes suníes, que componen el 75 por ciento de los 23 millones de habitantes.
Los testigos dijeron que combatientes pro Asad habían atacado la ciudad suní de Deir al Zor el lunes para capturar áreas controladas por el Ejército de Siria Libre, una fuerza de resistencia dispar y mal armada liderada por desertores del Ejército.
"Oí el sonido de varias explosiones. Podrían ser tanques disparando sus armas o rebeldes usando dinamita para intentar demorar su avance", dijo Tareq, uno de los residentes, a Reuters por teléfono desde la ciudad, ubicada en la carretera que conduce a Irak.
SANA informó de que 13 civiles habían sido abatidos por ser "terroristas" de la oposición cerca de Homs, la tercera ciudad siria, el domingo, y dijo que los rebeldes habían destruido un puente ferroviario que une Damasco con la región sureña de Derá.
TEMIDA MILICIA
Residentes de Damasco indicaron a Reuters que los enfrentamientos en Mezze incluyeron un ataque rebelde en un área cercana a la casa de Asef Shawkat, cuñado de Asad y vicecomandante del Estado Mayor Conjunto de las fuerzas armadas.
El grupo de base Comités de Coordinación Locales dijo que se había reforzado la seguridad en la zona, con la temida milicia Shabiha tomando las calles. El Gobierno había intentado mantener una apariencia de normalidad en la zona.
El domingo, 27 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en una sede de la policía y un centro de inteligencia de seguridad en Damasco. Otro impactó en un área residencial de Alepo, la segunda ciudad siria, matando a dos personas.
Naciones Unidas dice que más de 8.000 personas han muerto y cerca de 230.000 han huido de sus hogares, incluyendo al menos 30.000 que han escapado del país. El Gobierno dice que 2.000 miembros de sus fuerzas de seguridad han perdido la vida en la revuelta.
Un equipo de expertos de la ONU y la Organización para la Cooperación Islámica, dirigido por el Gobierno sirio, ha iniciado una misión para evaluar las necesidades humanitarias en todo el país, dijo el lunes una fuente cercana.
El jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja, que se reunió con el ministro ruso de Exteriores en Moscú, indicó que la situación humanitaria en Siria probablemente empeore, subrayando la necesidad de "medidas urgentes" para aliviar la crisis.
Jakob Kellenberger llegó a Rusia para pedirle que ayude a persuadir al Gobierno de Siria de que permita más acceso a la ayuda humanitaria para los sirios atrapados en zonas de conflicto.

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