domingo, 4 de marzo de 2012

ARGENTINA ► Informe climático mensual de Marzo


2/3/2012 - Febrero trajo la esperada recuperación pluvial, con algunos períodos muy cálidos pero compensados con muy buena oferta de agua.
FUERTE CONTRASTE CON EL BIMESTRE ANTERIOR
Si bien el mes de enero ya había mostrado señales de recuperación pluvial en LP y zonas del centro oeste y noroeste de BA, gran parte de la zona núcleo estaba a la espera de un cambio más generalizado. Esta situación se concretó ya desde los primeros días de febrero y se fue fortaleciendo con el transcurso del mes para dejar acumulados muy generosos en la zona agrícola principal de la región pampeana. Si bien las expectativas estaban puestas en una normalización del patrón pluvial, este comportamiento fue mayoritariamente superado.

FIGURA 1

FIGURA 2

Es muy extendida la zona que muestra registros que superaron los 200 milímetros, y dentro de esta área hay máximos que superan holgadamente los 300 milímetros. Desde el norte de LP, tomando gran parte de la zona núcleo y extendiéndose hasta el noreste de ER, este comportamiento es generalizado. Fue buena la provisión de agua en el norte de CB, aunque no tan generosa, repitiéndose este patrón en el centro de SF y el noreste de esta provincia. Dentro de la región pampeana, el sur de LP y el extremo sudoeste de BA quedaron fuera del patrón húmedo, observándose la misma cantidad de eventos, pero con un volumen de agua notablemente inferior. También el NEA y el norte del NOA quedaron muy postergados en la cantidad de precipitaciones, observándose mucha variabilidad en el NOA, siendo más homogéneo el patrón deficitario en el NEA.
La comparación de las precipitaciones observadas en febrero con respecto a los valores estadísticos (1973-2011), resulta en un contraste muy marcado entre lo sucedido en la mayor parte de la región pampeana y las zonas agrícolas del norte, Paraguay y las vecindades de Brasil. Mientras la sobreoferta de agua prevalece en la zona núcleo de Argentina, las áreas pluviales deficitarias se despliegan hacia el norte.  En la región pampeana, solo el extremo sudoeste y zonas costeras marginales no lograron las lluvias normales. Este mapa revela la eficiencia de los sistemas frontales en la franja central agrícola del país, donde tendieron a volverse estacionarios. Una vez que lograban avanzar hacia el norte, lo hacían en forma desorganizada generando actividad con mucha dispersión y en general con milimetrajes muy pobres. Es muy probable que las causas dinámicas que generaron las fuertes deficiencias pluviales de diciembre, se fueran debilitando progresivamente en enero hasta normalizarse en febrero, pero dentro de la región pampeana. El corte es evidente al ingresar a las zonas agrícolas del norte, comportamiento reflejado también en la zona sojera paraguaya.
Las temperaturas del mes febrero definieron periodos de mucha exigencia ambiental, con máximas muy elevadas. Durante estos períodos también se concretaron fuertes entradas de humedad, por lo cual la sensación térmica fue muy agobiante en muchas jornadas. Por otra parte estas jornadas exigentes en general anticiparon eventos pluviales destacados en la región pampeana, algo que no sucedió en forma generalizada durante enero. Al resumir el mes de febrero, sin embargo, las temperaturas máximas y mínimas, no presentan anomalías destacadas. Es decir los promedios mensuales de estas dos variables no han sido particularmente anómalos y esto se explica teniendo en cuenta que los últimos diez días del mes los registros fueron mayoritariamente por debajo de los valores normales. En el norte de la región pampeana y en general en el NEA esta compensación no tuvo lugar, definiéndose allí una fuerte anomalía positiva de la temperatura máxima. Las mínimas también mostraron una tendencia a ubicarse por encima de los valores normales pero de manera mucho más contundente en el sur del NOA, el noroeste de CB y el norte de la región cuyana. Al sur del Río Colorado, se concretaron anomalías negativas tanto en las máximas como en las mínimas. Esta situación se intensifica al ingresar a la provincia de Chubut y desde allí hacia el sur. Así como en diciembre la Patagonia tuvo temperaturas máximas record, puede decirse que febrero fue un mes frío para esta región del país. En resumen y como lo más destacado del comportamiento térmico, la zona agrícola principal de Argentina tuvo que pagar con algunos períodos muy calurosos las abundantes lluvias que recibió.
CLASIFICACIÓN DE LAS RESERVAS
Como es habitual, se analizan las condiciones de humedad actuales mediante la comparación con los valores de reservas normales para la fecha. Los resultados de la comparación se clasifican en categorías, teniendo en cuenta para la estadística la serie de datos1973-2010. El análisis se realiza teniendo en cuenta como cobertura una pastura de consumo permanente a lo largo de todo el año.
Para comienzos de febrero vastos sectores de la zona núcleo tenían un arrastre deficitario de unos 150 milímetros. En muchos casos recuperar el perfil de humedad exigía sistemas precipitantes con baja probabilidad de concreción. Sin embargo esos requerimientos fueron siendo satisfechos en base a eventos pluviales que a diferencia del bimestre previo, se desplegaron en grandes extensiones. La mejora no llegó a toda la zona núcleo al mismo tiempo, pero en forma alternada el perfil de humedad se fue saturando hasta finalizar febrero con una condición hídrica que supera los valores normales. Esto se refleja claramente en el mapa.

FIGURA 3
Es fácil asociar la vasta zona donde las reservas se ubican por encima de lo normal al mapa que muestra la distribución de precipitaciones. Esto justifica el importante cambio operado en la clasificación respecto de finales de enero. En el sur de la región pampeana, la zona de transición se ubica en el partido de Tres Arroyos. Si bien esta localidad tuvo lluvias cercanas a la marca normal, el arrastre del mes deficitario de enero no fue compensado, situación que se vuelve más ajustada hacia el oeste. De este modo el extremo sudoeste de la región pampeana nuevamente se encuentra muy condicionado por la falta de agua.
Durante enero del año pasado y aún bajo condiciones La Niña de mayor rigor, las lluvias ya habían experimentado una mejora generalizada. Luego sobrevino un período más seco en el sur pero actuando sobre perfiles con reserva. Se destaca la falta de agua en el noroeste de BA, y las vecindades de LP, CB y SF. Hoy la situación es muy diferente.

FIGURA 4
La campaña pasada, también fue difícil para el maíz en la zona núcleo. Sin embargo este año algunas sojas de primera pueden haber ingresado a floración bajo condiciones hídricas ajustadas. Por eso es probable que en algunos lotes el atraso de la recuperación pluvial se cobre algunos kilos en los rindes.
TENDENCIAS CLIMÁTICAS
Indicadores de Escala GlobalDurante el mes de febrero, el enfriamiento del Pacífico central ingresó en un rápido retroceso. Este evento tuvo un máximo durante el mes de enero, el cual nunca logró superar la barrera del grado centígrado respecto del valor de neutralidad. Allá por finales de enero las estimación de la temperatura en la zona donde se definen los eventos ENSO (El Niño / La Niña), presentaba un enfriamiento de 1.2°C, marca que implica un apartamiento de la neutralidad de 0.7°C. Estas marcas no superan la categoría de evento débil.
Apoyando estos comentarios, los mapas actuales reflejan una situación que para el último mes prácticamente puede clasificarse como normal. La zona más fría se va desplazando hacia el oeste, fuera del sector que más correlaciona con el impacto sobre el comportamiento pluvial del sudeste de Sudamérica.

FIGURA 5
Ingresando al mes de marzo aquel valor de 1.2°C de enfriamiento de finales de enero ha caído a 0.4°C. Tomando solo este indicador, podríamos decir que la situación actual ya es neutral, sin embargo, el conjunto de índices que se utilizan para definir el estado ENSO, aún mantiene una situación de Niña débil, por cierto irrelevante para la región pampeana.
Indicadores de Escala RegionalEl comportamiento de las lluvias del bimestre diciembre enero, posiblemente quede justificado con la presencia del fenómeno La Niña. A nuestro modo de ver otros forzantes menos evidentes han condicionado el patrón normal de precipitaciones. En el Informe mensual de principios de febrero, ya se observaban zonas de BA que habían experimentado una importante recuperación hídrica, al tiempo que otros vastos sectores padecían la escasez de lluvia. Tampoco el retroceso de La Niña basta para justificar la mejoras pluviales de la región pampeana, porque sino también el NEA debería haber experimentado un cambio similar.
Evidentemente  la dinámica de los niveles superiores de la atmósfera sostiene su influencia desfavorable sobre el norte del país y esto no se vincula necesariamente a la presencia de La Niña. La transición estacional debería ser un período propicio para que finalmente se quiebre este bloqueo y la actividad aumente en el norte del país. Esto debería concretarse  a partir de mediados de mes.  Por lo pronto las lluvias de mayor volumen quedan restringidas a la región pampeana y el riesgo de que los excesos hídricos comiencen a afianzarse en algunos sectores de la zona núcleo, va en aumento.
CONCLUSIONES
De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:
1. El fenómeno La Niña se mantiene con intensidad débil, prácticamente neutralizado. No consideramos que este sea actualmente un indicador de importancia en el comportamiento climático de las principales zonas agrícolas del país.
2. La sobreoferta de agua que se ha concretado en gran parte de la región pampeana, puede continuar durante el mes de marzo. Esto impone condiciones hídricas de riesgo opuestas a las observadas en el bimestre diciembre enero. Pueden aparecer enfermedades de fin de ciclo vinculadas a esta situación más húmeda.
3. La actual campaña gruesa ha sido un paneo de riesgos agroclimáticos. El comienzo fue mayormente satisfactorio, la transición dominada por una importante sequía y el final podría quedar supeditado a la presencia de excesos hídricos. Si a esto se le suma el habitual riesgo de granizo, se define un escenario complejo. El mismo comienza a repetirse con mayor asiduidad que lo deseado. La conocida eficiencia de los manejos agronómicos para optimizar la producción, va quedando sesgada por el aumento de la frecuencia de extremos climáticos.
4. El NEA debería ingresar a mediados de este mes en un proceso de recuperación pluvial. Esta condición puede extenderse a Paraguay y las vecindades de Brasil.
5. Las bajas temperaturas que ponen en vilo a los productores del sur, no llegarían durante el mes de marzo. Si bien pueden concretarse algunos enfriamientos, los mismos no serían de riesgo como para traducirse en heladas.  El océano Atlántico cálido frente a las costas bonaerenses y patagónicas, es favorable en este sentido. Debería concretarse una irrupción de aire polar para que se observen heladas en el sur, algo muy improbable para la época. Durante marzo habrá que monitorear los cambios que experimente el Atlántico para proyectar las posibles heladas de abril, para entonces, estadísticamente el riesgo de heladas al sur del Salado bonaerense crece.

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