Mientras el BCRA ha porfiado en que haya un recorte en las tasas de interés que se cobra por la financiación en pesos de lo consumido con tarjeta de crédito (hay más de 21 millones de plásticos en el país), desde otros sectores que monitorean la evolución del mercado cambiario el foco está puesto en la financiación de las compras en dólares. En este sentido el mensaje es claro: hay que mantener las tasas... altas.
Hoy algunas entidades financieras cobran una tasa promedio de entre 19% y 20% anual por refinanciar los consumos en dólares realizados con tarjeta de crédito. Esta tasa trepó al menos 5 puntos porcentuales en los últimos meses y en algunas entidades a raíz de la fuerte salida de divisas de sistema financiero y la no menos urgente situación de los depósitos.
Ante la salida de dólares que operó en el sistema el movimiento natural fue un aumento de las tasas, señalaron en una entidad de capitales nacionales. Hoy, que han regresado los depósitos en dólares y en pesos los plazos fijos en pesos del sector privado, alcanzaron en enero un récord en su ritmo de crecimiento mensual de $ 6.500 millones, y llegaron a $ 117.426 millones, el pronóstico de quienes comandan las gerencias de crédito y producto de los bancos es que por cuestiones vinculadas a la política del Gobierno esas tasas que apuntan a financiar consumo en dólares no van a moverse.
Es que la batalla del Gobierno por cerrar los accesos del público al dólar no se detiene. A la instrumentación del control de cambios, la omnipresente campaña de apariciones por parte de la AFIP en el microcentro porteño y el afán por erigirse en el gran hermano del mercado monetario ahora se ha sumado la presión alcista de las tasas para que quienes utilizaban este sistema para atesorar moneda extranjera, dejen de hacerlo.
La razón hay que buscarla en las avivadas que han generado las validaciones de la AFIP para aquellos que teniendo pendiente una deuda en dólares y obteniendo el permiso para comprar divisas con fines de liquidar esta deuda, deciden guardarse esos dólares y refinanciar la misma.
En rigor, éste era el mecanismo utilizado por una parte de quienes obtenían el visto bueno de la AFIP para cancelar con dólares billete la cuenta de la tarjeta. La idea es que una tasa del 20% en dólares implique un costo extra para aquél que obtiene los dólares para cancelar la deuda pero así y todo decide atesorarlos y buscar la financiación del banco para estirar el momento del pago, señaló un gerente de productos de un banco extranjero. Según fuentes del sistema financiero consultadas por El Cronista, en las últimas semanas, y casi como si se tratara de una variable más que hay que vigilar, las empresas nucleadas en la Cámara de Tarjetas de Crédito y Compra (ATASYC) prestaron sus oídos a la necesidad de desalentar la financiación de los saldos en dólares. Por esta razón mientras algunos bancos pusieron las tasas en dólares en las nubes, otros decidieron implementar directamente el mecanismo que permite refinanciar los consumos en dólares pero transformándolos al tipo de cambio en pesos y con tasas que se aplican a las deudas en moneda local.
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