Por Khaled Yacoub Oweis y Angus MacSwan
AMAN/BEIRUT (Reuters) - Al menos 28 personas murieron el viernes en dos explosiones en la ciudad siria de Aleppo, mientras que barrios opositores de la asediada Homs soportaban otro día de bombardeos por parte de las tropas del presidente Bashar al-Assad.
Los ataques en la ciudad norteña de Aleppo fueron el peor episodio de violencia en el núcleo comercial de Siria en medio de una revuelta de 11 meses contra el mandato de 42 años de la familia Assad.
Foto del viernes en la que se ve un edificio dañado tras una explosión en la norteña ciudad siria de Aleppo. Feb 10, 2012.REUTERS/George Orfalian |
La televisión siria mostró imágenes del lugar de las explosiones -edificios de seguridad del Ejército- con varios cuerpos desmembrados en el suelo a consecuencia de una acción que la cadena dijo que era obra una vez más de los "terroristas" respaldados desde el exterior.
Nadie se atribuyó la responsabilidad de los atentados en la segunda mayor ciudad de Siria. Las acciones se producen después de que las fuerzas de Assad intensificaran sus operaciones para aplastar una revuelta popular.
En otros puntos del país también se registraron disturbios, con activistas reportando que las fuerzas de seguridad lanzaron tiroteos en Latakia, en Dael, provincia de Derá, para dispersar manifestaciones que estallaron luego de las oraciones musulmanas del viernes.
En la ciudad occidental de Homs, donde una semana de bombardeos ha dejado docenas de civiles muertos y motivado la condena de los líderes mundiales, cuatro personas murieron en los barrios opositores de Bab Amro y Bab Sebaa, dijo el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Activistas de la ciudad dijeron que el lanzamiento de proyectiles se reanudó esporádicamente durante la mañana y que temían la inminencia de un gran ataque en áreas residenciales de la ciudad que se han convertido en símbolo de la lucha del movimiento contra Assad.
"La masacre en Homs continúa y el martirio del pueblo sirio continúa", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Bernard Valero.
"No sólo estamos viendo un Ejército que está masacrando a su propio pueblo, sino que los hospitales militares y los médicos se han convertido en blancos sistemáticos de la represión", agregó.
ROL RUSO
El constante derramamiento de sangre sólo subraya las dificultades que afrontan las potencias árabes y occidentales para intentar resolver la crisis en un país que es clave para el equilibrio estratégico en el inestable Oriente Medio.
Apoyado en el respaldo ruso, Assad ha ignorado las peticiones de Naciones Unidas, Turquía, los europeos, los países árabes y otros gobiernos para frenar la represión y dejar el poder.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Arabe, que suspendieron su misión de supervisión en Siria el mes pasado por la violencia, discutirán una propuesta para enviar una misión conjunta ONU-árabe a Siria cuando se reúnan en El Cairo el domingo.
El ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppe, se reunirá con su homólogo ruso en Viena el jueves para discutir la situación en Siria, informó Valero.
La jefa de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, sumó su voz a las peticiones internacionales para que Rusia, el principal aliado de Siria, apoye una resolución de Naciones Unidas que exige a Assad que frene la represión.
Pero Rusia, que tiene una historia reciente de enviar tanques a sus propias ciudades insurgentes, ha dicho que nadie debe interferir en los asuntos del país.
El viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, dijo el viernes: "El Consejo de la ONU no es una herramienta para la intervención en asuntos internos y no es la agencia para decidir cuál va a ser el próximo Gobierno en un país".
"Si nuestros socios extranjeros no entienden eso, tendremos que tomar medidas drásticas para que vuelvan a la realidad", agregó.
Sin dar precisiones, el funcionario señaló que los estados occidentales están armando y aconsejando a los rebeldes sirios.
Funcionarios de Estados Unidos y otras naciones han planteado la posibilidad de una operación humanitaria para apoyar a la población de Homs, pero diplomáticos sostuvieron que crear pasillos seguros sería riesgoso y difícil.
Habiendo descartado una intervención militar, similar a la que llevó a cabo la OTAN de manera decisiva en Libia hace casi un año, las potencias occidentales opuestas a Assad tienen pocas cartas que jugar.
Muchos analistas estiman que aunque el levantamiento ha evolucionado de manifestaciones pacíficas en la calle a una insurgencia militar armada, Assad puede contar con un Ejército poderoso y un cierto grado de apoyo popular para sobrevivir varios meses antes de sumarse a la lista de líderes árabes depuestos.
En tanto, en Homs, los rebeldes vagamente agrupados bajo el Ejército Sirio Libre esperaban una masacre.
En una actitud desafiante, activistas condujeron una protesta contra Assad en el barrio de al-Bayada. Imágenes en YouTube mostraron a cientos de jóvenes tomados de la mano bailando al ritmo de las canciones de Abdelbasset Sarout, una estrella del fútbol de 22 años devenido activista.
"Usted, opresor, váyase (...) Gran Homs, Siria va a ser libre", cantó Sarout desde un escenario improvisado, mientras banderas rebeldes verdes y blancas flameaban a su alrededor.
(Reporte adicional de Dominic Evans en Beirut, John Irish en París, escrito por Angus MacSwan en Beirut, Traducido por Inmaculada Sanz en la Redacción de Madrid. Editado por Lucila Sigal)
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