LUXEMBURGO/ATENAS (Reuters) - Los ministros de Finanzas de la zona euro dieron a Grecia un plazo de dos semanas a partir del lunes para aprobar medidas de austeridad más estrictas a cambio de 12.000 millones de euros en préstamos de emergencia, aumentando la presión sobre Atenas para que ponga sus finanzas en orden.
Los ministros de Finanzas de la zona euro dieron a Grecia un plazo de dos semanas a partir del lunes para aprobar medidas de austeridad más estrictas a cambio de 12.000 millones de euros en préstamos de emergencia, aumentando la presión sobre Atenas para que ponga sus finanzas en orden. En la imagen, un autobús turístico pasa frente a una protesta de motociclistas contra el nuevo paquete de medidas de austeridad, en la plaza Syntagma de Atenas, el 20 de junio de 2011.REUTERS/Yiorgos Karahalis
Después de dos días de reuniones de emergencia, los ministros dieron a Grecia un ultimátum, y dijeron que el Gobierno griego, el Parlamento y la sociedad tenían hasta el 3 de julio para aprobar un nuevo paquete de recortes de gasto, subir impuestos y medidas de privatización para recibir el próximo tramo de ayuda de la UE y el FMI.
"La aprobación del Parlamento griego es absolutamente esencial y tendrá que llegar sin retraso para que podamos tomar una decisión el 3 de julio", dijo Jean-Claude Juncker, que preside el Eurogrupo de 17 ministros de Finanzas de la zona euro.
"Está claro que la deuda (griega) es sostenible, pero la deuda sólo seguirá siendo sostenible si Grecia cumple todos los compromisos que acordó con la troika", dijo a periodistas, refiriéndose a la Unión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.
El recientemente designado ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, emitió un comunicado poco después de que hablara Juncker diciendo que lucharía para asegurar que el ya remodelado paquete de austeridad fuera aprobado.
Grecia se arriesga a no poder reestructurar su deuda si el próximo tramo, el quinto de los 110.000 millones de euros de préstamos acordados con Atenas en mayo de 2010, no se entrega a tiempo.
Reunidos hasta la madrugada del lunes, los ministros indicaron que el próximo tramo de la ayuda de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional se pagaría a mediados de julio, lo que permitiría a Atenas evitar un impago, pero dijeron que dependía de que Grecia mostrara primero avances concretos sobre los planes para recortar el gasto, subir impuestos y generar otras corrientes de ingresos.
En Atenas, manifestantes contrarios a las medidas de austeridad se concentraron en la plaza central frente al Parlamento, pero no hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Trabajadores del sector eléctrico comenzaron una huelga, y se preveían apagones en algunas zonas del país a lo largo del día.
En el Parlamento, los diputados están debatiendo los muy impopulares planes, que quieren producir 6.500 millones de euros adicionales en consolidación presupuestaria este año a partir de subidas de impuestos y recortes del gasto, que exprimirían al sector público.
El domingo, el primer ministro, Georgios Papandreu, pidió a los griegos que apoyaran las medidas de austeridad y evitaran una "catastrófico" impago, aceptando los pasos que ciertamente harán la vida más difícil a corto plazo para muchos ciudadanos.
"Las consecuencias de una violenta bancarrota o la salida del euro serían inmediatamente catastróficas para los hogares, los bancos y la credibilidad del país", declaró Papandreu en el inicio de debate de confianza sobre su nuevo gabinete de crisis.
Inspectores de la UE y del FMI realizarán una visita más a Atenas esta semana - tras apenas completar una inspección - para reunirse con el nuevo ministro de Finanzas y examinar algunas de las medidas, dijeron responsables del Gobierno griego.
Para imponer un plazo sobre Atenas, Juncker dijo que ya había fijado una reunión extraordinaria de ministros de Finanzas de la eurozona para el 3 de julio, cuando se aprobará el desembolso de 12.000 millones de euros, si Grecia cumple su parte del acuerdo.
Aunque parece previsible que Atenas acabará recibiendo el próximo tramo, y que también se acordará un préstamo de emergencia adicional de unos 120.000 millones de euros hasta finales de 2014, la realidad es que la medida le compra tiempo a Grecia; la posibilidad de una reestructuración de la deuda en el largo plazo, o incluso un impago de una parte de su deuda, no ha desaparecido.
El euro se debilitó ligeramente contra el dólar el lunes y el coste de asegurar la deuda griega e italiana contra el impago subió, reflejando las preocupaciones sobre un potencial contagio a otros países en la periferia de la zona euro.
La agencia Moody's dijo el viernes que podría rebajar la calificación crediticia Aa2 de Italia en los próximos 90 días dadas las preocupaciones de que la crisis de Grecia pudiera hacer descarrilar la tibia recuperación de Italia.
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