DANIEL VIGLIONE ► Mucho se escribe y habla de las redes sociales por estos días con fascinación. Se las eleva erróneamente a una categoría que no poseen por la simple razón que son MEDIOS, consecuencia, no CAUSA de fenómenos sociales, que la psicología aún tarda en describir y profundizar.
Ejemplo: ¿es el 15 M o la caída del régimen en Egipto resultado directo de las redes sociales? ¿ ha dejado de funcionar un solo reactor nuclear en el Mundo tras la crisis de Fukushima? ¿Ha cambiado algo en la ecuación de poder global tras Wikileaks?
La respuesta es NO. La sucesión de temas abordados por miles de millones de personas en todo el Mundo, harían creer -con una mirada superficial-, que todo está cambiando muy de prisa. Pero no es así. Los cambios siguen tan desesperadamente lentos como siempre.
No por mucho bramar en Facebook o Twitter, lograremos desarrollo + democracia en regímenes que hace décadas lo niegan a sus pueblos.
Puerta del Sol en España, el fenómeno de la concentración de la diversidad, en un espacio físico real, clamando por cambios, no quitará un segundo a la crisis que se resolverá por otros medios. La crisis de paro, falta de trabajo formal, mejores condiciones de labor, y mejores salarios reales, no se irá ni aun concentrando a toda Europa en cada plaza de cada capital de cada país.
La democracia y el desarrollo no se compran en el supermercado como una sopa instantánea. El 15 M representa y en todo caso expresa, la desilusión de millones de españoles frente a promesas incumplidas por parte de sus gobiernos.
Pero la causa profunda de tal crisis, es simplemente otra. Nadie les ha explicado con total honestidad que es la caída del Estado de Bienestar lo que genera la crisis, no solo en España, sino de una buena porción de Europa. Golpea más allí donde más Estado de Bienestar se ha disfrutado.
Holanda, Alemania, Austria, también forman parte de la Eurozona. Y se plantean por qué tienen que ayudar a países que "gastaron más de la cuenta" sin prever para el futuro. El problema es más grave aún se consideramos que NO EXISTE UN SISTEMA DE REEMPLAZO al citado Estado de Bienestar.
En el caso de Fukushima, las críticas encendidas a la generación de energía atómica en todo el Mundo, no sirven para reemplazar a la misma, por sistemas de generación ecológica. El balance de generación de energía global nos llevaría al medioevo si mañana detuvieran el funcionamiento de las plantas nucleares en todo el Mundo. No hay sistema más económico que el atómico. Así de simple.
En Medio Oriente como en Europa, o Estados Unidos, o América Latina, las nuevas tecnologías de la información muestran a seres humanos como nosotros, revelándose ante los atropellos de gobiernos autoritarios y corruptos. Lo cual no cambia en realidad nada. La caída de Mubarak en Egipto no dará paso de forma automática a una democracia "suiza" por el solo hecho de que Mubarak ya no sea presidente.
Ni cambia la corrupción en la propia cúspide del FMI, o Wall Street, ni hace que los bancos dejen de ganar billones de euros o dólares sobre el padecimiento de millones de seres humanos.
Las computadoras que el gobierno populista de Argentina ha comenzado a regalar entre niños de familias pobres, tampoco cambia la realidad de ese niño. Cuando llega a su casa, se encuentra con que falta un plato de comida, o que papá o mamá no tienen trabajo. O que en casa no hay WI-FI ni siquiera conexión a Internet. Se pregunta entonces ¿Por qué yo no y mi amigo si?
La globalización es una fase de evolución del CAPITALISMO que de nacional pasó a internacional, y de internacional a global. También lo es de muchas empresas que ahora son corporaciones.
Pero sigue siendo capitalismo. Busca ganancias y seguridad. Donde no lo encuentra, migra, dejando tras de si, millones de desocupados, sin importar las consecuencias.
No existe sistema de reemplazo al Capitalismo. Sigue habiendo pobres en la China procapitalista-comunista, sigue habiendo pobres en Cuba tras más de medio siglo de comunismo, y sigue habiendo pobres en toda América Latina tras siglos de dominación de Estados Unidos y Europa y variados intentos ideológicos. Y seguirá habiendo pobres, que es lo peor.
Le ha tocado el turno a la vieja Europa. No es el mayo francés señores!
La liberté, égalité y fraternité continúa siendo una utopía. Una bella utopía, jamás una realidad. Como civilización estamos muy lejos de haber alcanzado un sistema económico, institucional y social que merezca ser llamado "civilizado".
Hemos cambiado el garrote por aviones sin piloto, la pluma por el teclado, el caballo por el automóvil... pero en el fondo... no hemos logrado cambiar casi nada, si pensamos en términos más elevados.
Las redes sociales seguirán clamando, sumando, bendiciendo y maldiciendo por mucho tiempo. Los ideales jamás mueren.
Pero la realidad es una. Y marcha más lento de lo que deseamos.
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