PEKIN (Reuters) - El Gobierno chino encarceló a decenas de personas que teme podrían provocar disturbios durante la sesión anual del Parlamento y el miércoles reforzó los controles sobre los medios de comunicación, preocupado de que los levantamientos en Oriente Medio puedan alentar a los disidentes.
Un guardia paramilitar cerca del Gran Salón Popular en Pekín, mar 2 2011. El Gobierno chino encarceló a decenas de personas que teme podrían provocar disturbios durante la sesión anual del Parlamento y el miércoles reforzó los controles sobre los medios de comunicación, preocupado de que los levantamientos en Oriente Medio puedan alentar a los disidentes.REUTERS/Jason Lee
Las protestas que han derrocado gobiernos autoritarios árabes llevaron a reforzar la vigilancia de los líderes chinos sobre el control del Partido Comunista, una prioridad desde que éste acabó con manifestaciones a favor de la democracia en junio de 1989.
Probablemente las preocupaciones oficiales se multipliquen mientras el presidente, Hu Jintao, se prepara para entregar el poder a un sucesor a fines del 2012.
Algunos periodistas extranjeros fueron atacados durante el fin de semana en el centro de la capital, donde un mensaje en una página web foránea instó a un mitin pro democracia inspirado en la "Revolución Jazmín" que derrocó al Gobierno tunecino. La policía controló la zona y no hubo manifestaciones.
Los directivos de varios sitios web del Gobierno muestran a ciudadanos -que van de disidentes a ex soldados y enfermos mentales- enfrentar controles estrictos.
"La prensa extranjera está recibiendo una muestra de la reciente escalada en la ofensiva de seguridad contra cualquier persona o cosa que sea considerada políticamente sensible por las autoridades", dijo Nicholas Bequelin, investigador senior de la división para Asia de Human Rights Watch, con sede en Nueva York.
"Este es un intento de asfixiar por todos los medios a las voces críticas de cara a la transición del liderazgo", agregó el miércoles Bequelin.
El partido ha orquestado campañas de control alrededor de grandes acontecimientos, como el Congreso Nacional del Pueblo que comienza el sábado.
"Este año es aún más tenso que antes, debido al asunto de la Revolución Jazmín", dijo Liu Feiyue, un activista de derechos humanos en la provincia central de Hubei, quien vigila casos de confinamiento y detención.
Liu dijo que conoce seis o más casos de personas detenidas por casos de subversión, que a menudo son utilizados para encarcelar a disidentes.
El presidente Hu y el primer ministro, Wen Jiabao, prometieron construir una "sociedad más armónica" al reducir las inequidades, mejorar los ingresos y el bienestar de granjeros y obreros.
Esos esfuerzos han ayudado a diluir las tensiones y gran parte de los observadores rechazan la idea de que China vaya a enfrentar próximos disturbios masivos.
(Editado en español por Lucila Sigal)
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