El piso de 30% para los reclamos salariales que llevarán a la mesa de negociación los gremios que arrancarán sus paritarias entre este mes y abril encendió una luz de alarma entre los principales sectores empresarios, que salieron al unísono a advertir que ese nivel de aumentos alentará las expectativas inflacionarias y complicará las perspectivas de crecimiento económico. La preocupación empresaria se profundizó después de que el propio Gobierno acordó la semana pasada con los sindicatos docentes un incremento cercano al 28%, suba que se convirtió inmediatamente en caso testigo para el resto de los gremios y habilitó sus pretensiones de elevar el piso de las demandas.
La posibilidad de que se generalicen reclamos de aumento por sobre el 30% en la nueva ronda de paritarias hizo ayer eclosión en la Unión Industrial Argentina (UIA) aún en medio de la dura pelea interna que atraviesa la entidad para definir la sucesión de Héctor Méndez. El actual secretario de la UIA y uno de los más firmes candidatos a ocupar el máximo sillón de la central fabril, José Ignacio de Mendiguren, alertó que ese nivel de pedidos salariales causará problemas al sector empresario y al futuro de la economía, por lo que en línea con recurrente planteo de la presidenta Cristina Fernández de las últimas semanas reclamó racionalidad a los sindicatos en sus demandas de aumento. Además, el dirigente industrial advirtió que no todos los sectores están en condiciones de hacer frente a ese piso para los aumentos, por lo que exigió que negociar con responsabilidad según la situación de cada actividad. Más crítica fue la postura del titular de la Cámara de la Construcción, Carlos Wagner, quien aseguró que
un piso de 30% para los reclamos impactará de lleno en el nivel de precios. Hay mucha preocupación con esos pedidos salariales porque van a a alentar el aumento de precios, sobre todo en las actividades con mano de obra intensiva como es el caso de la construcción, indicó Wagner. El empresario explicó que en esa actividad la negociación salarial arrancará la semana próxima, pero alertó que ya hay una luz amarilla por el impacto que (los aumentos) podrían acarrear en los costos de las empresas del sector.
En cambio, tanto el presidente de la Cámara de Comercio, Carlos de la Vega, como el presidente de Adimra, Juan Carlos Lascurain, evitaron referirse a los planteos de aumentos de entre 30% y 35% anticipados por el gremio de empleados de Comercio y la conducción de la Unión Obrera metalúrgica (UOM), a la espera de que esos reclamos sean oficializados en las respectivas paritarias. Vamos a aguardar que se haga el reclamo, apuntó De la Vega.
Comercio y metalúrgicos integran el grupo de gremios que negociará aumentos salariales entre marzo y abril con la suba conseguida por los docentes como principal referencia. También adelantaron pedidos similares los ferroviarios de José Pedraza (comenzaron a negociar la semana pasada con un reclamo de 35%), los gremios de la alimentación que componen la Casia (que acordaron en conjunto un pedido común de 33%) y los gastronómicos de Luis Barrionuevo, que presionarán por una recomposición del 35%.
En tanto, los bancarios comenzarán a discutir a fin de mes sobre un esquema de suba del orden del 30%, mientras los gremios petroleros de la Patagonia avanzan con su estrategia de asegurar la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas del sector a cambio de un menor porcentaje de aumento salarial. Esa posibilidad ya fue acordada por el sindicato del Petróleo y Gas Privado de Neuquén con las empresas Fox Petrol, Petrolera Argentina y New American Oil.
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