El temblor hizo derrumbar numerosas infraestructuras en Chile.REUTERS/Marco Fredes
RTVE.es 27.02.2011
“Podemos decir, con satisfacción, que nuestro país se ha puesto de pie”.
Un año después del terremoto que devastó Chile, así resumía hace unos días su ministro de Hacienda, Felipe Larraín la situación del país latinoamericano.
Y es que, en estos doce meses, Chile ha sabido sobreponerse a una tragedia de enorme magnitud, logrando que sus principales infraestructuras vuelvan a estar operativas y presentando al mundo una imagen de país eficiente y con coraje.
Fue el 27 de febrero de 2010 cuando un devastador seísmo de intensidad 8,8 en la escala de Richter sacudió Chile, causando más de 500 muertos y 800.000 damnificados.
Durante dos minutos y 45 segundos la tierra vibró en el centro del país, provocando la caída de edificios y de numerosas infraestructuras.
Unas semanas antes, un seísmo de una intensidad mucho menor había arrasado Haití, provocando un caos en el que el país caribeño se encuentra sumido aún.
Según el último balance oficial, 220.000 viviendas, 4.500 centros educativos, 1.500 kilómetros de carreteras, 56 hospitales, 53 puertos, dos aeropuertos y 211 puentes fueron destruidos o quedaron parcialmente dañados a lo largo de 640 kilómetros y seis regiones.
Todo ello con un coste aproximado de 30.000 millones de dólares, el 18% del PIB chileno.
De esta cantidad, 8.431 millones corresponden a infraestructura pública comprometida.
El Gobierno, coincidiendo con el aniversario del desastre, ha hecho público que ha logrado el 100% de la financiación necesaria para la reconstrucción, que en muchos casos está en fase muy avanzada.
La ministra de Vivienda, Magdalena Matte, estima que en junio del 2012 la totalidad de damnificados habrá abandonado las aldeas de emergencia
Todo ello, con un crecimiento promedio de la economía del 6,4% en los tres últimos trimestres de 2010 y la creación de 428.000 nuevos empleos.
El 'milagro chileno'
El 'milagro chileno' no pasa desapercibido en la comunidad internacional. Hace unas semanas, el New York Times puso a Santiago de Chile en el primer lugar de los 41 lugares a los que ir en 2011.Sin duda, la imagen del nuevo Chile está firmemente ligada a la de su actual presidente, Sebastián Piñera.
Este empresario multimillonario había ganado las elecciones poco antes del seísmo y tomó posesión dos semanas después. Desde su llegada a la presidencia, Piñera priorizó la gestión del desastre, algo que ha ralentizado su programa original de Gobierno pero ha logrado disparar su popularidad dentro y fuera de sus fronteras.
Por si esto no fuera bastante, el éxitoso rescate de los 33 obreros atrapados en la mina San José consagró la imagen de Piñera fuera y dentro de las fronteras de Chile.
El mundo entero asistió asombrado al rescate y la popularidad del presidente chileno subió como la espuma.
Críticas de la Concertación
Sin embargo, no todo han sido elogios para Piñera y en las últimas semanas, coincidiendo con la llegada del aniversario, han arreciado las críticas en su contra.Así, los dirigentes de la Concertación, coalición que gobernó Chile hasta marzo del año pasado, han criticado duramente la forma en que el presidente Sebastián Piñera está llevando a cabo la reconstrucción y no asistirán a los actos oficiales conmemorativos de la tragedia.
La Asociación de Municipalidades publicó este viernes un informe en el que critica el retraso en la construcción de viviendas y en la rehabilitación de la infraestructura sanitaria y educativa.
El propio presidente ha reconocido atrasos en el proceso, pero los atribuye a dificultades insalvables y tacha de mala fe a la oposición.
"Yo sé que se ha tomado más tiempo de lo que la gente y nosotros quisiéramos. Sabemos que estamos atrasados, pero no por voluntad nuestra", explicó el mandatario esta semana a un grupo de damnificados de la región del Maule.
Piñera sostiene que "una minoría de chilenos" obstruye la labor de las autoridades.
"Sé muy bien que algunos no tienen ningún interés en la reconstrucción, su único objetivo es dañar a nuestro gobierno", declaró hace unos días en Dichato, una localidad costera que resultó arrasada por el tsunami y a la que llegó escoltado por un fuerte contingente policial, en medio de las protestas de los damnificados.
Búsqueda de responsabilidades
La búsqueda de responsabilidades por la descoordinación en los primeros momentos de la catástrofe entre las autoridades y los mandos militares también ha encontrado curso en los tribunales y el Parlamento.La expresidenta Michelle Bachelet declaró a fines de diciembre pasado como testigo en la investigación abierta por la fallida alerta del tsunami, que causó 156 muertos y 25 desaparecidos.
A comienzos de febrero, un grupo de familiares de víctimas solicitó en los tribunales que Bachelet declare como imputada.
En esta querella, que también va dirigida contra varios exministros y altos cargos, se pide además que la justicia militar investigue a miembros de la Marina por no avisar del peligro.
La Cámara de Diputados aprobó en septiembre pasado un informe elaborado por una comisión investigadora que responsabiliza a Bachelet por no decretar a tiempo el estado de excepción.
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