Aviones militares libios atacaron a los manifestantes que protestaban contra el Gobierno en Trípoli, según ha informado el canal Al Jazeera.
Entonces, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, llamó por teléfono al dirigente libio, Muamar Gadafi, manifestándole su "gran preocupación" por la escalada de violencia que vive el país árabe africano y le ha pedido que "cese de forma inmediata" la represión por parte de las fuerzas de seguridad contra los manifestantes antigubernamentales, según un portavoz.
Se habla de una violenta represión de las protestas -las ONG denuncian que el número de muertos supera los 400- que han llevado al ministro de Justicia, Mustafá Abul Jalil, a dimitir para mostrar su disconformidad.
El régimen anunció por televisión una "operación antiterrorista" y en la capital, Trípoli, ya hay cadáveres tirados en las calles y se escuchan disparos en varias zonas de la ciudad, en algunos casos de artillería pesada.
Según Al Jazeera, una aeronave militar ha disparado contra la multitud.
Soula al Balaazi, un hombre que se declara activista opositor, ha asegurado que la aviación del Ejército de Libia ha bombardeado "algunas posiciones en Trípoli".
Al Balaazi habló telefónicamente con Reuters, asegurando que se encontraba a las afueras de la capital libia.
En ese contexto fue el llamado del secretario general de la ONU.
"Ban Ki Moon ha expresado su profunda preocupación por la escalada de la violencia y ha subrayado que debe cesar inmediatamente", dijo su vocero de la ONU. Asimismo, "ha reiterado su llamamiento a que se respeten las libertadas básicas y los Derechos Humanos, incluida el de reunión pacífica y el de información", ha precisado.
Ban también ha insistido en "la necesidad de garantizar la protección de la población civil bajo cualquier circunstancia" y ha instado a "todas las partes a mostrar contención y pedido a las autoridades que inicien un diálogo de amplia base para abordar las preocupaciones legítimas de la población".
Según la televisión estatal libia, una operación llevada a cabo por las fuerzas de seguridad libias contra "los nidos de saboteadores y terroristas" ha dejado cientos muertos. A continuación, el canal estatal mostró imágenes "en directo" de manifestantes pro Gadafi en la principal plaza de la capital.
Luego de 42 años con Gadafi al poder, las protestas llegaron a Tripoli el domingo 20/02, con al menos 61 muertos, según el diario Quryna, próximo al hijo de Gadafi, Saif el Islam.
Pero la novedad el lunes 21/02 es que la mayoría de los imanes de las mezquitas de Libia rechazaron un discurso que les había preparado Muamar el Gadafi, y han llamado a la población a salir a las calles para luchar contra el régimen, según informaron a varias fuentes y testigos que acudieron a las oraciones en los templos.
La decisión de los imanes sumó más presión al régimen del coronel Muammar Gaddafi.
Las amenazas vertidas precisamente por Saif el-Islam contra la población en un mensaje televisado, en el que advertía del riesgo de una guerra civil si continuaban las protestas, multiplicaron la ira de los manifestantes que reclaman reformas democráticas en el país árabe.
La revueltase hizo fuerte en Bengasi, la 2da. ciudad del país, y varias agencias informaron de que algunos edificios gubernamentales en Tripoli fueron incenciados y que las sedes de la televisión y la radio públicas fueron saqueadas durante la madrugada por una turba enfurecida.
"La Casa del Pueblo (Parlamento) está en llamas; los bomberos tratan de apagar el fuego", le dijo un testigo a Reuters.
Al Jazeera informó de que la sede central del Gobierno libio y el edificio que alberga el Ministerio de Justicia en Trípoli también fueron incendiados.
En Bengasi, las principales arterias de la ciudad permanecen bajo control de los manifestantes según el relato de testigos locales citados por Reuters.
Cuentan con el apoyo de algunos militares, según esas mismas fuentes.
Un diplomático libio ha asegurado a Al Jazeera que algunos "oficiales" han retirado su apoyo a Gadafi y se han puesto de parte del pueblo.
Según la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), que agrupa a 164 organizaciones y tiene su base en París, la situación se ha extendido a otras localidades menores.
El Gobierno libio todavía no explicó los motivos por el que 2 cazas de su ejército han aterrizado en la capital de Malta.
El diario Times of Malta asegura que el aterrizaje de los 2 Mirage ocurrió después de que descendieran, también en La Valletta, 2 helicópteros civiles libios con 7 personas a bordo que salieron de Libia "sin autorización oficial" y que han asegurado ser franceses aunque solo 1 de ellos llevaba pasaporte.
En las últimas horas los manifestantes ocuparon Quryna y se apoderaron de vehículos militares.
Testimonios procedentes de los disidentes de Bengasi aseguran que ahí también los manifestantes han tomado tanques y grandes cantidades de armas y municiones del Ejército.
Según reconoció el hijo de Gadafi en el discurso, "los criminales circulan incluso a bordo de blindados".
Mohamed Bayou, quien hasta hace 1 mes ejercía de portavoz del Gobierno, dijo que el empleo de la violencia para frenar la revuelta es una decisión equivocada. En un comunicado que expuso las divergencias dentro de la élite gobernante en Libia (previo a la dimisión del ministro de Justicia), Bayou reclamó a Saif al-Islam Gaddafi que abra un diálogo con la oposición. "Espero que cambie su discurso y reconozca la existencia de una oposición interna. Que abra un diálogo con ellos para lograr cambios en el sistema libio".
Al discurso del hijo de Gadafi le siguieron anoche tiros y muestras de descontento en Trípoli.
HRW brindó cifras no oficiales: 233 muertos y 1.000 heridos. Pero la cifra podría ser más alta.
Fuentes de un hospital de Bengasi han asegurado a Reuters que, sólo en ese centro sanitario, son más de 300 los fallecidos y la FIDH ha dicho que la cifra de muertos se sitúa entre los 300 y los 400.
Gadafi
Aunque Muamar Gadafi no tiene el cargo oficial de presidente o jefe de gobierno, sino el de "líder y guía de la revolución", todo lo que ocurre en Libia ha de tener el visto bueno de él o de su familia.
Sus hijos Al- Saadi –jefe de las Fuerzas Armadas-, Mutassim y Khamis, en los que el gobernante se apoya en los momentos de necesidad, tienen cargos clave en las fuerzas de seguridad.
Y su segundo hijo, Saif al-Islam Gadafi, ("la espada del Islam", en árabe), desempeña un papel destacado en el panorama político y suele representarlo en actos oficiales.
Precisamente la pregunta latente tras su alocución del domingo es ¿por qué fue él, y no su padre, quien apareció en televisión advirtiendo que correrán "ríos de sangre" si no se detienen las protestas?
Para Kristian Coates Ulrichsen, investigador de la London School of Economics, puede ser que lo hayan obligado a hablar, dado que el estilo que mostró, duro y amenazante, no es fiel a su impronta reformista.
"Una posibilidad es que el hijo diga lo que el padre no quiere decir. O que represente una opción política que, al menos en la forma –más directa, de otra generación- sea diferente a la de su padre", agrega Pedro Martínez Montávez, arabista y catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Madrid, en diálogo con BBC Mundo.
Traje y corbata
Aunque en 2008 anunció que se retiraba de la política y ha negado que vaya a suceder a su padre, todos los ojos están puestos en Saif al-Islam como el futuro reemplazante.
En cualquier caso, apunta Coates Ulrichsen, el fuerte poder que ostentan los Gadafi se está desmoronando con los últimos acontecimientos y con la ausencia del jefe de Estado en el discurso televisado.
"Saif puede ser candidato de su padre y el sucesor preferido, sí, pero yo estaría muy sorprendido si los libios toleran la transferencia pacífica del poder a otro Gadafi", le dice a BBC Mundo el especialista.
El profesor explica que en la dinámica de poder de Libia -donde no existen los partidos políticos- el padre maneja los hilos, inclinando la balanza a su antojo entre la rama reformista y política -Saif- o el lado más militar y duro, representado por Al-Saadi, Mutassim y Khamis.
Influyente
Es que mientras que el líder libio lleva vestimentas excéntricas y recibe a sus interlocutores en una carpa beduina, su hijo usa traje y corbata. Mientras que el jefe de Estado ha lanzado un plan para "destruir ideologías importadas", su hijo –que estudió en Viena y Londres y habla fluido alemán e inglés- tiene una mayor apertura a Occidente.
Gadafi maneja los hilos del poder.
Se cree que ayudó a negociar la liberación por parte del gobierno escocés del único acusado por el atentado del avión de Pan Am, el libio Abdelbaset Al-Megrahi, por razones humanitarias.
Además ha jugado un papel en la apertura de petróleo y de los yacimientos de gas libios al mercado internacional.
También posee un grupo de medios informativos que incluye canales de televisión por satélite y periódicos privados.
Como explica el analista de la BBC Abdallah al-Salmi, "todos los medios de comunicación son propiedad del Estado. Sólo hay dos o tres periódicos en manos privadas que han surgido recientemente y cuyos dueños están afiliados al hijo del líder libio".
Poder tribal
Pero si bien Gadafi y su familia disfrutan de un enorme poder y privilegios en Libia, también lo hacen muchas de las personas vinculadas al régimen, incluyendo un complejo entramado de líderes tribales.
Bengasi, epicentro de las protestas, es la segunda ciudad de Libia y queda muy lejos, tanto geográfica como políticamente, de las bases de poder de Gadafi en sus bastiones de Trípoli y Sirte.
Es que, como el mismo Saif al-Islam dijo por televisión en la noche del domingo, "Libia está compuesta de tribus y no de partidos políticos". Y dos importantes tribus -incluyendo la más grande del país, la Warfalla– acaban de pasarse al lado de los manifestantes.
El líder de la tribu Al-Zuwayya en el este del país, el jeque Faraj al Zuway, amenazó con cortar las exportaciones de petróleo a los países occidentales en 24 horas a menos que las autoridades detengan lo que ha llamado la "opresión de los manifestantes", informa la agencia Reuters.
Y Akram Al-Warfalli, una figura destacada en la tribu de la Warfalla le dijo a la cadena Al Jazeera: "Le decimos al hermano (Gadafi) que ya no es un hermano, le decimos que se vaya del país".
Como explica el profesor Coates Ulrichsen, los vertiginosos cambios de los últimos días cambian el panorama de poder en el país árabe y terminan con un creciente centralismo iniciado por Muamar Gadafi en la revolución de 1969.
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