España es el país desarrollado donde más creció durante la crisis, entre 2007 y 2014, la brecha entre los que más y menos ganan, según el informe sobre indicadores de bienestar que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Este organismo, del que forman parte los 35 países más desarrollados del planeta, concluye que la diferencia de ingresos entre los españoles se disparó durante la crisis y la desigualdad creció 7,5 puntos, frente a la media de 1,2 puntos de los países de la OCDE. El resultado es que el 10% de ricos gana 12,7 veces más que el 10% pobre, lo que sitúa a España en la zona media alta de los países más desiguales. El gran crecimiento de la desigualdad tiene su base en «la enorme destrucción de empleos» y, en especial, en la liquidación de la mitad del trabajo juvenil existente en 2007.
De hecho, la radiografía de la OCDE muestra que los destrozos de la crisis se cebaron en España con los jóvenes, como lo certifican los indicadores de paro, pobreza relativa, el abandono escolar, la gran tardanza en tener el primer hijo, y el aún enorme porcentaje de 'ninis' que subsiste (los españoles de entre 15 y 29 años que ni trabajan, ni estudian ni reciben formación).
La pobreza relativa, la que afecta a quienes no llegan a la mitad del ingreso medio, abarcó en 2014 al 16% de los españoles, cinco puntos por encima de la OCDE. Pero las cifras adquiren tintes más preocupantes si se reparten por edades. La pobreza atrapa al 23% de los menores de 17 años y al 20% de los que no pasan de los 25, unos diez puntos más que los países desarrollados. La lacra, en cambio, solo afecta al 5,5% de los mayores de 65 españoles. Así, la brecha de pobreza entre jóvenes y jubilados -casí 18 puntos- es también la mayor de toda la OCDE. La pobreza en España, además de con los más jóvenes, se ha cebado con los hogares humildes, donde la escasez de recursos creció 9,2 puntos desde 2005, el segundo mayor alza de los países estudiados tras Grecia.
El análisis certifica que los 'nini' comenzaron a reducirse en España en 2015, al tener el registro más bajo desde 2009 y caer tres puntos en un año, pero aún son el 23% de los jóvenes. Se trata de una proporción enorme, ocho puntos por encima de la media de la OCDE, con un repunte significativo entre los jóvenes nacidos fuera del país, que ni estudian ni trabajan en un 32%.
Este dato hay que vincularlo con la altísima tasa de abandono escolar española, la que mide los jóvenes de entre 25 y 34 años que no terminaron la secundaria, un 34% de la franja de edad, 18 puntos por encima de la media de la OCDE. La tasa se ha reducido de forma importante en el último quinquenio, pero aún así entre los hombres menores de 34 años llega al 39%, 21 puntos por encima de los países radiografiados.
Las dificultades de los jóvenes españoles, que en muchos casos les obliga a postergar los planes de formar una familia, están tras otro dato peligroso al estar unido a una baja tasa de fecundidad. España es el cuarto país de la OCDE, tras Corea, Italia y Suiza, donde las mujeres tienen su primer hijo con mayor edad. Entre 1995 y 2014 la maternidad se retrasó de los 28,4 años a los 30,6.
Frente a tal cascada de malos indicadores sociales, el informe destaca dos elementos en los que España es puntera. La esperanza de vida, fijada en 83,3 años en 2014, el mejor dato junto a Japón y Suiza, y ser un país con «sólidas redes sociales». Junto a Islandia, Finlandia y Eslovenia es el estado de la OCDE donde la mayoría coincide en que puede contar en la adversidad con la ayuda de amigos y familiares, sensación que declara el 98% de los jóvenes.
Fuente: Finanzas.com
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