lunes, 20 de junio de 2016

BREAKINGVIEWS informe nuevo INDEC Argentina

Por Martin Langfield
NUEVA YORK, 17 jun (Reuters Breakingviews) - No muchas agencias de estadísticas gubernamentales ponen un aviso en su página de internet con la advertencia de que los números pueden tener problemas. Las cifras publicadas entre 2007 y 2015 deberían de ser tratadas "con reservas", previene a los visitantes el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.

Un mensaje que refleja la reestructuración promercado ordenada por Mauricio Macri para restaurar la credibilidad de los datos económicos de Argentina. Como con mucha de la fantasía que su predecesora izquierdista Cristina Fernández disfrazó de política, los mercados e incluso el FMI hace largo tiempo que dejaron de creer en las estadísticas.
Macri, quien asumió en diciembre, puede haber deseado números más amables cuando se publicaron esta semana las nuevas y confiables cifras de inflación. Los precios al consumidor subieron un 4,2 por ciento sólo en mayo, cerca de un 60 por ciento en una base anualizada. Lo que muestra la magnitud de los problemas del nuevo gobierno que busca componer a la tercera mayor economía de América Latina. Es una carrera entre la inflación y volver a crecer.
Desde que asumió Macri, el gobierno ha recortado subsidios, recortó empleos en el sector público y devaluó el peso, para reducir un déficit fiscal insostenible que el año pasado alcanzó al 5,8 por ciento del Producto Interno Bruto.
El presidente consiguió el regreso a los mercados globales de crédito con una solución a una larga disputa con acreedores con deuda incumplida. Ahora espera retomar el crecimiento económico antes de que el descontento de la gente, que tiene que lidiar con las alzas de precios y sus políticas de ajuste, socave su apoyo.
La inflación de mayo superó incluso las ya altas expectativas de un incremento mensual del 3,8 por ciento. El gobierno puede con razones argumentar que lo peor pasó y que las alzas de precios serán menos hacia fin de año.
Aún así, analistas encuestados por Reuters la semana pasada esperan que la inflación en 2016 sea cercana a un 40 por ciento, mientras que el FMI reconoce que el PIB se contraerá un 1 por ciento antes de crecer un 2,8 por ciento en 2017. Macri hará concesiones para ganar tiempo, por ejemplo elevar algunos beneficios a los pensionados, pero eso sólo hará más difícil reducir el déficit.

La publicación de números creíbles al menos ofrece la esperanza de que algunas de las distorsiones más bizarras de Fernández estén quedando en el pasado. Medir adecuadamente los problemas es un comienzo; para Macri, victorias en efectivamente arreglarlos necesitan llegar cuanto antes. 
(Editado en español por Javier López de Lérida)

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