sábado, 28 de mayo de 2016

La burbuja de los 'influencers' está a punto de estallar

Por Por PALOMA RANDO/  13 de mayo de 2016 / Vanity Fair/ 
Si usted es un joven veinteañero que aspira a vivir de sus followers, tenemos malas noticias...


Si usted preferiría vivir en un mundo en el que la palabra “influencer” se asociara antes a, por ejemplo, Malala, que a Kylie Jenner, está de enhorabuena.

Según Digiday, la era de estos prescriptores 2.0 está llegando a su fin. El medio digital ha publicado una entrevista a un ejecutivo de social media, que ha sido claro: “Hemos malgastado mucho dinero en los influencers”.

Este ejecutitvo, que ha preferido no revelar su identidad, hace una cronología el fenómeno influencer. Según él, fue en verano de 2014 cuando los departamentos de marketing de las empresas asumieron que las redes sociales debían jugar un papel importante en su difusión de productos, pero entonces se dieron de bruces con un problema: no tenían contenidos suficientes para alimentar Facebook e Instagram. “Antes se solían hacer 12 anuncios al año. Ahora una marca de coches postea algo seis o siete veces al día”. Eso condujo inevitablemente a un descenso de la calidad de los contenidos publicados por las marcas y a derivar parte de esa producción a influencers.

La burbuja empezó a crecer con rapidez. Donde según esta fuente en 2014 se pagaba unos 500 dólares a un influencer por aparecer en un evento y hacer algunas fotos, estos poco después empezaron a cobrar 1.500 dólares y en la actualidad reciben miles de dólares por esa labor.
“Una vez hablé en una escuela de jóvenes estudiantes de redes sociales y me preguntaron '¿Cómo puedo convertirme en influencer?', así que les pregunté qué era lo que se les daba bien. Ellos respondieron 'Nada'”.

Según el protagonista de esta entrevista, en su empresa ya no contratan gente que se defina como influencer. Si nos dicen que son fotógrafos, sí.
¿Y cómo se decide cuánto cobran? El entrevistado responde con sinceridad: “No tenemos ni idea de cuánto pagarles. Ahora mismo separamos su labor de creadores de contenido a su labor de influencers, así que a lo mejor les pagamos 4.000 dólares por 50 fotos editadas. Y después hablamos de distribución. Les pagamos por postear dos, cuatro y seis veces un contenido”.

Si uno cuenta con youtubers estrella, las cifras se pueden multiplicar hasta alcanzar incluso 500.000 dólares y eso contando con que los derechos de los contenidos que realicen no los poseerá la marca, pero la realidad es que no existen unas tarifas unificadas: ni los influencers saben exactamente cómo negociar sus intervenciones, ni las empresas saben cuánto deben pagarles exactamente. Además, desde el lado de los influencers se han escuchado quejas sobre cómo las marcas se aprovechan de ellos devaluando su imagen personal.

Parece que esto será algo de lo que los influencers no tendrán que preocuparse en el futuro. El entrevistado lo tiene claro: “Los influencers van a empezar a desaparecer. Las marcas van a empezar a darse cuenta de que el número de seguidores que tengas no importa una mierda. Que hagan fotos bonitas y tengan 200.000 seguidores no significa nada”. No sabemos si la opinión del entrevistado es compartida por otros profesionales, pero desde luego, no augura ningún futuro a los influencers o no al menos a los que no sean más que personas con muchos seguidores en redes sociales. 

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