sábado, 24 de octubre de 2015

Argentina- Tarde para llorar

Daniel Viglione- Se aceptan los hechos como el primer paso para cambiar, o simplemente se aceptan porque se cree que nada puede cambiar.
La mayor derrota en estos setenta años de constante declive argentino, pasan por este sendero. 
La aceptación mansa que "nada puede cambiar". Después de todo "siempre fue igual desde que tengo memoria" frase reiterada en nuestros círculos de afinidad.
Tenemos por costumbre en nuestra cultura facilista y cómoda echar las culpas siempre afuera. Es la trampa del pensamiento tradicional dogmático: se instala borrando el espacio y el tiempo.

Claramente los hechos son eso, hechos, y seguirán su derrotero. Si no se cambian las causas del problema se padecen sus efectos.
Somos un caso raramente excepcional como nación. Hemos destruido cinco monedas en los últimos setenta años. No conozco un caso parecido.
Está claro para mi que es resultado de aceptar los hechos, como tantas otra cosas erróneas que hemos y seguimos generando.
A treinta dos años del regreso a la democracia -si es que este sistema que supimos conseguir lo es plenamente- hemos reiterado una y otra vez los mismos errores. Los resultados están a la vista.
Les recuerdo que, a comienzo del siglo pasado la Argentina tenía un PBI total y per cápita equivalente al de Alemania y tres cuartas partes del PBI de Estados Unidos. Eramos un país que recibía inmigrantes dispuestos a trabajar, nuestra riqueza crecía de manera imparable, y sentíamos entonces sensación de inmenso y próspero futuro. Ni hace falta agregar que logramos un país de promisión donde una décadas atrás solo había desierto.
De entonces hacia este presente ha sido una pendiente negativa imparable. Hemos perdido importancia a nivel global al punto de estar prácticamente aislados del Mundo que funciona en respeto a la ley y de buena calidad de vida.
Tenemos TODO para salir de la trampa de considerar que no hay posibilidad de cambiar este gigantesco fracaso. Pero nos falta algo esencial: la capacidad de creerlo cambiando nuestra cultura fallida. Me refiero a nuestro sistema de valores-creencias-conductas que producen de manera sistemática FRACASO.
Si lo aceptamos tendremos el reloj moviéndose a nuestro favor. Si no lo aceptamos, será entonces una vez más... tarde para llorar.

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