miércoles, 26 de agosto de 2015

Por qué se vienen quiebras y despidos masivos en Argentina

BUENOS AIRES (Reuters) - El Gobierno de Argentina recortó la disponibilidad de divisas para importadores en favor de la venta de dólares a ahorristas a sólo dos meses de las elecciones presidenciales, asestando un duro golpe a industrias clave que necesitan comprar insumos.
Las autoridades redujeron en más del 30 por ciento los 199 millones de dólares mensuales que concedía para importaciones de las automotrices en las primeras tres semanas de agosto, según dos fuentes del sector, el más pujante de la industria local y uno de los más dependientes de importaciones para producir.
Pero la industria automotriz argentina, una de las tres más importantes de Latinoamérica, no es la única afectada.
"El problema es que faltan dólares, entonces los cupos para las industrias quedan sujetos a la real disponibilidad y a la adjudicación que se les quiera dar en función de no bajar las reservas", explicó Leandro Liberman, director de Grupo Liberman, que ensambla electrónicos en la provincia de Tierra del Fuego.
Ante las pocas inversiones, la caída de los precios de las materias primas que exporta el país y la desaceleración de la economía, la presidenta Cristina Fernández tuvo que restringir el acceso a divisas para proteger las reservas internacionales, que usa para financiar el déficit fiscal y el pago de deuda.
Y ahora decidió darle prioridad a las demandas de argentinos que buscan cubrirse de una eventual devaluación del peso con un nuevo gobierno: en los primeros 24 días de agosto se vendieron 576 millones de dólares para ahorro, más del doble que en agosto completo del año pasado, según cifras oficiales.
"El Gobierno está sacrificando el nivel de actividad para no generar una situación un poco más conflictiva" con ahorristas, dijo Maximiliano Castillo, ex economista del Banco Central.
No solo el principal candidato opositor a la presidencia, Mauricio Macri, también el oficialista Daniel Scioli -que lidera las preferencias para los comicios de octubre- creen con distintos matices que para reactivar la economía y seducir inversiones hay que relajar un control de cambios impuesto por Fernández hace casi cuatro años.
La medida buscaba entonces frenar la fuga de divisas, pero acabó ahuyentado la inversión extranjera y llevando a una caída sostenida de la industria desde hace más de año y medio.
Con este escenario, el Gobierno hoy tiene que elegir a qué sectores ayudar con divisas.
El Banco Central y del Ministerio de Industria declinaron hacer comentarios para esta historia.
MODIFICANDO LOS PLANES
La restricción en los dólares para importar ya comienza a notarse en los sectores automotriz, electrónico y de autopartes.
Las concesionarias de autos, por ejemplo, aumentaron los precios de sus unidades ante la incertidumbre de no poder reponer su stock o financiar un aumento en sus costos.
"Si esto se mantiene, habrá que modificar los planes de las empresas tanto de producción como de importaciones", dijo un ejecutivo del sector automotor que pidió no ser identificado.
De hecho, la producción de vehículos ya cayó un 11,8 por ciento de enero a julio frente al mismo período del año pasado.
El plan del Gobierno de limitar las divisas para importaciones no sólo genera menor actividad local, también está afectando las exportaciones industriales del país.
Los envíos de autos al exterior, que en un 80 por ciento se destinan a Brasil, aceleraron su desplome a un promedio interanual del 26 por ciento en el segundo trimestre y encima la situación podría empeorar tras la devaluación del real brasileño.
"Casi todas las automotrices están trabajando con suspensiones rotativas", señaló otro ejecutivo del sector.
Algunos empresarios aseguran que la falta de acceso a dólares es un mal negocio, porque si recibieran divisas podrían multiplicar los ingresos de moneda extranjera al país.
"En términos de divisas, termina siendo contraproducente", dijo Juan Cantarella, gerente general de la asociación que agrupa empresas autopartistas. "Muchas veces se importa por 20 millones de dólares para luego exportar por 80 millones".
En las tiendas de electrónicos ya no se consiguen algunos modelos de teléfonos celulares porque las empresas no cuentan con componentes importados para su ensamblaje.
Ante la falta de dólares para pagar las deudas de las empresas con sus proveedores en el exterior, muchos decidieron dejar de enviar productos al país, dijo el empresario Liberman.
La deuda que mantiene el Banco Central con los importadores argentinos asciende a 8.100 millones de dólares por productos que ingresaron al país en el primer semestre, según la Cámara de Importadores de la República Argentina. Esta deuda representa un 24 por ciento del total de las reservas.
El problema es que de ese mismo pozo de reservas el Banco Central financia el creciente déficit fiscal, que ronda el 6,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) según el economista Castillo, director de ACM Consultores.

"La mayor parte de requerimientos del Tesoro se financia con el Banco Central, entonces hay cada vez más pesos y menos reservas, ese es uno de los problemas de base", dijo Castillo.

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