Las autoridades británicas han movilizado a 3.600 agentes adicionales, que han recibido entrenamiento específico en una base inglesa del ministerio de Defensa durante meses
«Hace 20 años, habría sido impensable que el G-8 se reuniera en Irlanda del Norte», afirmaba, con razón, David Cameron esta semana. Mañana, un conocido resort golfístico cerca de la localidad de Fermanagh albergará a los ochos jefes de gobierno más poderosos del planeta, con permiso del politburó chino. Las autoridades norirlandesas desplegarán más de 5.000 policías después de movilizar a 3.600 agentes adicionales, muchos provenientes de otras partes del Reino Unido, para garantizar la seguridad en la reunión.
«Las cumbres del G-8 tienen una larga historia de atraer grandes manifestaciones, y la geografía de lagos de Fermanagh se lo pondrá difícil a los manifestantes», opina Mark Simpson, especialista de la BBC. «Requerirá en cualquier caso una operación de seguridad masiva, pero la policía de Irlanda del Norte está muy acostumbrada a gestionar niveles de amenaza elevados», cree.
Un director de hotel veterano de la Historia
El hotel Lough Erne, de cinco estrellas y con 120 habitaciones, está cerrado desde el 1 de junio, y no reabrirá al público hasta ocho días después de la cumbre. A pesar de que es la primera vez que el Ulster alberga una reunión de este calibre, su director, Ferghal Purcell, se muestra confiado. «Pueden imaginarse el shock cuando el primerministro nos dijo que quería reunir al G-8 en nuestro hotel, me costó una semana convencer a todo el personal, 180 personas», explicaba en una entrevista reciente con «The Guardian».
Purcell tiene además experiencia. Era el gerente del hotel Lord Charles de Ciudad del Cabo en el que se alojó Nelson Mandela para sus históricas conversaciones con FW de Klerk en 1991, antes de las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica. Ahora, la policía ha montado un perímetro de seguridad a siete kilómetros del establecimiento, en principio infranqueable para quien no esté acreditado. Los pescadores de la zona tendrán que permanecer en tierra, mientras entre uno y tres drones surcarán los cielos para vigilar desde el aire los movimientos de los manifestantes. Una zona de exclusión aérea restringirá los movimientos durante los dos días que dura la cumbre, en la que se espera que se hable sobre todo de lucha contra la evasión fiscal y de Siria.
La mayoría de los agentes adicionales movilizados para la ocasión han recibido un entrenamiento específico desde abril en instalaciones del ministerio de Defensa en Hampshire (Inglaterra), donde han aprendido a saltar de un land Rover con el equipo antidisturbios completo o a contener protestas pacíficas, más parecidas a manifestaciones de ecologistas que a los disturbios violentos a los que suele hacer frente la policía norirlandesa desde hace 30 años. «Muchos de estos agentes no han trabajado nunca desde vehículos blindados», explicaba uno de los instructores a la BBC.
El Servicio de Policía norirlandés (PSNI por sus siglas inglesas) ha alquilado 170 mini-hoteles «pop-up», según ha explicado la prensa local, utilizados por las fuerzas de seguridad durante las Olimpiadas de Londres del verano pasado. En Fermanagh albergarán a 1.350 agentes, con un coste superior a los cuatro millones de euros. Las autoridades estiman que entre unos pocos miles y hasta 15.000 personas podrían acercarse a la barrera para protestar contra la reunión.
A lo largo de la pasada semana se han producido distintas manifestaciones en Londres, en las que se han coreado lemas contra el capitalismo y el G-8, la reunión informal de las ocho economías más industrializadas del mundo. El asalto policial el martes contra una casa «okupa» en el Soho, desde las que se coordinaban las protestas, terminó con más de 50 detenidos. Varios sindicatos y organizaciones cívicas han convocado también una manifestación pacífica contra la cumbre el sábado. En la anterior cumbre del G-8 bajo presidencia británica, celebrada en julio de 2005 en la localidad escocesa de Gleneagles, solo en la primera jornada hubo ya 350 detenidos.
«¿Les veremos jugar al golf, primer ministro?», le preguntaron a Cameron esta semana. «Jugar al golf no tendría tanto que ver con la seguridad sino con la posibilidad de ser reelegido», contestó el “premier”, que se ha mostrado relajado y «orgulloso» de celebrar su presidencia del G-8 en Irlanda del Norte. «Irlanda del Norte ha sido transformada por el proceso de paz en los últimos 20 años, y espero que podamos mostrar al mundo entero que esto es una parte moderna y dinámica del Reino Unido», ha explicado el líder conservador.
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