sábado, 5 de mayo de 2012

INFLACION ARGENTINA: SINDICATO UOM PIDE 43% DE AUMENTO SALARIOS


Hugo Moyano y Antonio Caló.



Los reclamos salariales son tanto del moyanismo como del cristinismo. O sea que la Presidente de la Nación no ha conseguido que sus propios simpatizantes en la CGT aflojen con el reclamo. En este escenario, el tema es la inflación, con la que Cristina ha decidido convivir antes que aplacar, pese al descenso en el nivel de actividad.
Aqui 2 recortes.
"(...) Se puede incluir con menor relevancia y para desaliento próximo de la mandataria la complicada designación de Daniel Reposo como sucesor de Esteban Righi en la Procuración (no alcanzan los números para imponerlo, aunque sean débiles las causas judiciales que ahora lo comprometen) o el revuelo interno que se desató, otra vez, entre la ministra Nilda Garré y su ascendente segundo, el médico y militar Sergio Berni. Fricción entre las partes con altura de escándalo que ha incluido hasta observaciones críticas sobre la performance del hermano de la ministra por un lado y, por el otro, la excesiva protección que el teniente coronel –con licencia desde hace varios años y con la pretensión de convertirse en general si regresa al servicio activo– intenta brindar a todos los actuales uniformados. Como en Economía (Axel Kicillof y Hernán Lorenzino), el segundo dispone de mayor autoridad que el primero, salvo en la formalidad; y para no confundir prioridades conviene señalar que no se discute por derechos humanos: más bien por los ingresos del personal.

Ese rubro, la discusión salarial, parece de incontenible dureza entre los obreros, en la que no median el nacionalismo, los colores celestes y blancos ni la constante mención a la “patria”. Cada parte requiere su cuota, como corresponde. Los empresarios, convencidos de que no pueden sostener determinados incrementos; y el sindicalismo, alarmado por el crecimiento inflacionario de estos últimos meses (a pesar de que el año pasado los sueldos le ganaron al costo de vida).

Aunque no se reconozca, una buena noticia para la Casa Rosada sería que los gremios cierren convenios por 18%. Como ficción, puede realizarse un spot publicitario al respecto, pero en los hechos la situación se revela diferente. Por ejemplo, un gremio cercano a la Administración, como el de los telepostales, seguramente rubricará una suba por ese porcentaje. Pero ese ascenso salarial ofrece un matiz: se aplicará sobre el promedio, no sobre el básico. El número final entonces estará más cerca del 30%.

Otro modelo más sofisticado de negociación puede ser el de los metalúrgicos, cuyo jefe –Antonio Caló– había sido elegido por el Gobierno para reemplazar a Hugo Moyano en la CGT. Con este ex favorito, ya no lo sería, se desea consensuar un 21% en el discurso (creyendo en esa pauta como ordenamiento para las otras organizaciones sindicales), al menos así resulta de la última propuesta atribuida al Ministerio de Trabajo, ni siquiera a la patronal. En esa moción, como en el caso de los telepostales, se disimulan otros aportes. Por ejemplo, $ 2.400 de adicionales no remunerativos del año pasado y la incorporación durante el año de los $ 300 mensuales que ya se otorgaron en este primer trimestre. El jeroglífico contable sube entonces el ingreso a 36,60%. Para la Unión Obrera Metalúrgica de Caló, no es aceptable esa oferta del 36,60% disfrazada para el público o la Casa Rosada de 21%; ellos demandan 23% que, a la postre de los adicionales culmina en un 43,28% de aumento. Para ortodoxos y heterodoxos de la economía, esa novedad eriza los pelos.
 

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