jueves, 31 de mayo de 2012

Banco Central Europeo no logra contener crisis (análisis Wall Street Journal)


LONDRES (Dow Jones)--En lo que respecta a los bomberos, el Banco Central Europeo ha sido vital para evitar un infierno del proyecto euro.
En casi cada paso desde que comenzó la crisis, el BCE salió al rescate.
Ciertamente, bajo la guardia del gobernador anterior Jean-Claude Trichet, el banco fue un participante altamente reticente. Trichet lo dejó claro varias veces: el BCE no era una entidad de financiamiento de último recurso. Ese rol esencialmente significaría financiar a los gobiernos de la eurozona y violar sus estatutos.
Sin embargo, incluso entonces, el banco central estaba preparado para apartarse un poco de las reglas e inyectar liquidez en los mercados de la zona euro a través de enormes compras de bonos gubernamentales en virtud del denominado Programa para los Mercados de Valores.
Para cuando Mario Draghi reemplazó a Trichet a fines del año pasado, no era el mercado de bonos gubernamentales del euro el que tanto necesitaba ser salvado, sino los bancos europeos que tenían esos bonos, dado que su valor se desplomó.
European Pressphoto Agency
Mario Draghi, presidente del BCE.
Eliminando un poco más de la cautela del BCE, Draghi se apresuró a salir al rescate no con una sino con dos grandes dosis de financiamiento barato, las elegantemente denominadas operaciones de crédito a largo plazo, o LTRO por su sigla en inglés.
El dinero debería haber sido usado por los bancos para impulsar el otorgamiento de préstamos a la firmas y consumidores de la región, fuertemente presionados. Pero, quiso la suerte que los siempre crecientes rendimientos de esos bonos de gobiernos de la eurozona ofrecieran un rendimiento mucho más atractivo.
Entonces, en lugar de ayudar a las economías subyacentes, las LTRO se han empleado solo para desacelerar el alza de los rendimientos de los bonos e impulsar los balances de los bancos con incluso más de los bonos que provocaron sus problemas en primer lugar.
Pero, si algo hicieron las inyecciones de liquidez del BCE fue comprar tiempo.
Ese tiempo podría estar terminándose ahora.
Pese a sus esfuerzos, el BCE ahora se ve confrontado con una economía española en recesión. Los rendimientos españoles están nuevamente en niveles que pronto podrían forzar un rescate. Los bancos del país están encontrando rápidamente que sus canales de financiamiento se cierran.
Mientras las autoridades españolas se apresuraban a apuntalar a uno de los bancos más grandes, Bankia, en las últimas dos semanas, se vieron enfrentadas a un déficit de 19.000 millones de euros que el propio gobierno tendría dificultades para financiar.
En lo que pareció ser una medida inteligente, que aprovecharía el apartarse un poco de las reglas del BCE, España salió con un plan ingenioso de proporcionar fondos a Bankia en la forma de bonos soberanos que el banco podría luego depositar como garantía en el BCE.
No obstante, el BCE de repente se convirtió en un bombero reticente y dijo que no.
Las grandes preguntas que enfrentan ahora los mercados financieros es si el banco central está guardando las manqueras para siempre o si solamente está dejando en claro que la iniciativa de préstamos proviene del banco y no del prestatario.
Por supuesto, los funcionarios pudieron recurrir al argumento estándar de que las propuestas "corrían el riesgo de infringir la prohibición de la Unión Europea de 'financiamiento monetario' o de financiamiento del banco central a los gobiernos".
Y este podría ser justo el punto crucial.
El BCE podría estar reconociendo que las fuertes dosis de liquidez que inyectó recientemente al mercado pueden haber comprado algo de tiempo para los políticos, pero que los propios ejercicios de financiamiento tuvieron un éxito limitado en términos de crecimiento económico.
Y, lo que es más importante, es posible que hayan comenzando a dañar la credibilidad del banco central.
A medida que las LTRO se agotaban de manera gradual y las economías de la eurozona continuaban contrayéndose, el propio euro cayó bajo fuego. Desde su máximo de 2012, establecido a fines de febrero, la moneda única ha retrocedido más del 7% frente al dólar.
Ulrich Leuchtmann, estratega jefe de divisas de Commerzbank en Fráncfort, bien podría haber dado en el clavo con sus comentarios acerca de que el BCE posiblemente haya exagerado en su impresión de dinero.
"Esa es la verdadera razón por la que la tasa euro/dólar está tan débil. Un banco central que actúa como este no puede emitir una moneda fuerte".

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