Los elevados vencimientos y la caída de las exportaciones ponen al límite las reservas de divisas del Gobierno de Kirchner
Día 18/04/2012 - 17.22h
La crisis de deuda soberana también está presente en las raices de laexpropiación de YPF a Repsol. Y es que Argentina está sumida en unasequía de dólares que amenaza con agudizarse este mismo año, cuando el Gobierno argentino deberá renovar vencimientos de deuda de hasta 17,500 millones de dólares, 2,500 de ellos en manos extranjeras, según datos de Reuters.
La presión financiera sobre Argentina ha ido en aumento desde 2010 cuando por primera vez aparecieron los números rojos en su cuenta corriente y comenzaron a caer sus reservas internacionales. Según datos de Analistas Financieros Internacionales, los volúmenes de divisas han disminuido desde los 50,000 millones de dólares de principios de 2010, hasta los 45,000 millones de la actualidad. Los vencimientos de deuda prometen aumentar este declive, pues el acceso de Argentina a los mercados internacionales de capital es practicamente nuloy el poder de las exportaciones como vía de entrada de dólares es cada vez menor.
Este ha sido precisamente el punto débil del milagro económico vivido por Argentina los últimos años. Aunque la ruptura del “currency board” en 2002 hundió aquel año un 10,9% el PIB del país y generó un crack en la deuda soberana (cuyas consecuencias aún se palpan en el veto que sufre el país en los mercados de deuda), lo cierto es que también fue el punto de partida de un periodo de fuerte expansión. Entre los años 2003 y 2011, el PIB argentino creció a un ritmo medio del 7,5% y superó sin complejos a sus vecinos emergentes.
¿Las claves de aquel éxito? Por un lado, el repunte en el precio de las materias primas (lo que supone el 50% de las exportaciones) y el potente crecimiento de sus principales socios comerciales Brasil, China y EEUU. Y por otro, el apoyo estatal, que puso en marcha jugosos planes de inversión pública (de casi el 4% del PIB en 2011) y ha logrado mantener una divisa depreciada con la que impulsar el crecimiento y el consumo de productos argentinos.
Pero el estallido de las hipotecas basura puso de relieve la insostenibilidad del modelo. El país comenzó a perder competitividad en el exterior y a adelgazar su colchón de divisas. Además, las reticencias de algunos países como Brasil a aceptar un tipo de cambio tan bajo impuesto por Argentina en plena crisis mundial y una inflación de dos dígitos, hicieron el resto.
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