martes, 24 de abril de 2012

ESPAÑA: ¿qué nos puede pasar? (análisis crisis)


El 10 de Abril, el gobernador del Banco de España, comentaba lo siguiente sobre la situación de España: “Un año antes del rescate de Bear Stern (se cumplen 5 años), España había empezado a sentir los síntomas de agotamiento de una larga fase de expansión desmesurada, de acumulación de endeudamiento privado y de pérdida de competitividad que había comenzado antes de la entrada en el euro pero que, estimulada por los bajos tipos de interés que convenían al conjunto de la eurozona, propició un desequilibrio extraordinario de la balanza corriente.”

Entre los muchos frentes abiertos por la crisis, seguramente, el endeudamiento es uno de los claves. En su comparecencia comenta el nivel de endeudamiento privado, pero también el público. Como se puede ver en los gráficos adjuntos, en todo el proceso de la crisis, lejos de reducirse el nivel de endeudamiento, se ha elevado. Desde antes de las elecciones del 2008, se veía ya un deterioro claro en el nivel de deuda privada, así como un preocupante deterioro de la deuda pública.

El problema se recrudece a partir de 2010, donde se pasan los umbrales de riesgo, es aquí donde empiezan a comentarnos algo que hasta entonces poca gente conocía, la prima de riesgo. Desde entonces, nuestra prima ha pasado de niveles de 104 a por encima de 400. Esto ha tenido una clara correlación con el bono a 10 años, que ha seguido subiendo la rentabilidad. Eso quiere decir, que para podernos financiar debemos pagar mucho más dinero porque nuestros bonistas nos exigen más rentabilidad. Por tanto, la prima de riesgo, que mide la cobertura en caso de impago, se ha elevado consecuentemente debido al elevado nivel de endeudamiento. Esta es la raíz misma del problema. La no toma de decisiones en materia de control del endeudamiento por parte del gobierno anterior, ha provocado una debilidad manifiesta para  financiarnos. Por consecuencia, España entra en una fase del ciclo compleja.

¿Cuál es la diferencia que se produce con otras crisis precedentes?

En otras crisis las capacidades del gobierno eran que podía tomar determinadas medidas, por ejemplo, devaluar la divisa o modificar los tipos de interés. Sin embargo, desde la integración de la moneda única, España no puede ni imprimir, ni modificar los tipos de interés, por lo que la salida de la crisis  abaratando costes e incrementando la competitividad, es inviable por este lado. Para poder llevar a cabo esta caída, se están rebajando sueldos y promoviendo caídas del precio de la vivienda, pero esto es escaso y deprime mucho a la población. Por lo tanto, España depende de lo que determine el BCE en esta materia, y no siempre los intereses del BCE están alineados con los de España. El BCE ha puesto en marcha el mecanismo de compra de bonos  y proporcionar liquidez al sistema bancario. Estos apoyos se han producido en el verano de 2010 y posteriormente en el último trimestre de 2011. El objetivo final de hacer llegar esta liquidez al sistema, ha sido baldío ya que los bancos están obligados a incrementar sus provisiones.

Así que, si comparáramos las medidas adoptadas por el gobierno español con respecto a otros países  han sido más lentas porque sus bancos centrales dependen de ellos mismos, como el caso de Estados Unidos o Japón, eso aquí no pasa. La consecuencia de todo esto se traduce en que el diferencial del crédito y la rentabilidad de los bonos se han incrementado. Además, España, al igual que los países periféricos,  paga una prima adicional en la rentabilidad de los bonos porque no puede tomar medidas económicas más favorables por la dependencia del BCE ya mencionada.

En España, la carga de la deuda privada se estabilizó hacia el último trimestre de 2008 y, desde entonces, ha variado mínimamente. En todo este proceso, la bolsa española inicialmente cayó por encima del 40% y hasta estos días lleva una caída del 37%. En algunos momentos, hemos visto que  tanto la prima de riesgo como la rentabilidad del bono marcaban niveles preocupantes, como está pasando en este mes de Abril. Mientras, la deuda total se ha mantenido en niveles muy parejos desde principios de 2009, la deuda  privada se ha ido pagando y ha disminuido en mayor proporción, como puede observarse en el gráfico a continuación.

¿Qué sensación tienen los inversores?

Por lo tanto, la sensación que tienen los inversores es que el riesgo de una intervención a España por parte del BCE y el FMI se incrementa. El gobierno cuando tomo posesión anunció una consolidación fiscal con medidas por un importe de €15 mil millones tras descubrir que la deuda era más elevada que la que el gobierno socialista había proclamado hasta en el traspaso de carteras. Y que el objetivo del 6% del déficit no se podía alcanzar porque el déficit era del 8.51%. Ese constante cambio de cifras sobre el déficit realizó un flaco favor al gobierno actual, dejándoles más débiles de lo esperado. En el último trimestre el PIB cayó un 0.3%, siendo el primer retroceso desde 2009 y con las medidas que se iban a tomar, esa caída se extendería a lo largo de 2012, las previsiones del Banco de España es una caída del 1.5%, parece que los analistas apuestan por una caída del 1.7%. Los presupuestos publicados por el gobierno para 2012, no han convencido. Y ha sido así porque las medidas adoptadas en  ellos suponen un recorte del €27.3 mil millones o lo que es lo mismo un 2.5% del PIB y no se acometen otras reformas de mayor calado.

Por un lado, los inversores estaban esperando que el gobierno sacara los presupuestos del estado lo antes posible. Sin embargo, esa no fue una de las prioridades para el gobierno.  Esperó a las elecciones andaluzas, donde la no victoria por mayoría absoluta, como el gobierno pensaba, les ha dejado en una situación delicada y desde ese momento, los problemas se han incrementado. Y por otro lado,  las medidas tomadas se han interpretado como populistas y no han entrado en la raíz de los problemas actuales.

En los últimos días, las manifestaciones de Esperanza Aguirre sobre las autonomías han supuesto un nuevo frente abierto para Rajoy. El mercado estaba esperando un replanteamiento de las autonomías, dejando sólo las históricas (Cataluña y País Vasco), de esa manera se reduciría de manera significativa, las duplicidades manifiestas en nuestra administración pública. Pero el poder alcanzado tanto en municipios, autonomías y gobierno central por el PP,  les ha podido. No se han visto en otra situación similar. De haber tomado esta medida,  hubiera supuesto realmente una reducción de €48 mil millones, y seguramente hubiera reducido, la prima de riesgo y  la rentabilidad a pagar a nuestros acreedores. El pago de intereses suponen casi €29 mil millones, o un 2.71% del PIB,  es más grande que el gasto por desempleo y es la segunda partida en gastos; la primera son las pensiones que supone €115 mil millones.

Además se esperaban recortes de sueldos a funcionarios, subidas del IVA, no haber introducido nuevamente la desgravación por vivienda habitual. La amnistía fiscal, la inyección de liquidez para proveedores de manera incondicional, junto con las rectificaciones entre los miembros del gobierno, como ya pasara con el gobierno anterior, han sido la puntilla.

Al igual que hemos exigido un gobierno de unidad en la época de Zapatero, pensamos que en este momento, independientemente de la mayoría absoluta, el gobierno tenía la obligación de crear ese gobierno de unidad. ¿Para qué? Se preguntarán, pues porque las medidas a tomar implicarían a gobiernos futuros. Y porque el cambio del mapa autonómico que debía haberse producido y que probablemente se producirá si la situación no mejora,  requerirá del apoyo de todas las fuerzas políticas.

Debemos evitar ser rescatados ya que las dinámicas en países rescatados es la salida de capital privado y disminución drástica de la liquidez. Las razones son: porque se depende de los acreedores de la deuda, de sus decisiones, de sus intereses; estos exigirán ajustes fiscales más fuertes e incluso podrían realizar aquello a lo que los políticos no se están atreviendo, como por ejemplo la desaparición total o parcial de las comunidades autónomas.

Los ejemplos vistos hasta la actualidad en Grecia y Portugal, no son nada esperanzadores, viendo como dichos países solicitan, un rescate tras otro y sin una mejora sustancial de sus economías. El mejor ejemplo son nuestros vecinos portugueses, donde se encuentran en una de las más profundas recesiones de los últimos 30 años, con tasas de desempleo del 15%, con el paro de menores de 25 años en un 33%. Desde 2010 que el déficit presupuestario estaba en el 9.8% han bajado al 4.2% el año pasado, mucho mejor que su objetivo del 5.9%.

Pero fue gracias al aporte de los fondos de pensiones del Estado del 3.5%. Los salarios de los funcionarios, han caído un 30%, así como los privados, estos con mayores disminuciones. La sensación de error por la incorporación en Europa va calando cada vez más en la población, donde la sensación de precariedad se incrementa por días. La ayuda proporcionada por Caritas se ha incrementado un 40% en los dos últimos años, cada vez se ve más personas comprando una pieza de fruta o una porción de carne o pescado. Los problemas de España, que es el país al que más exportan, les está haciendo bastante daño. Su bono a 10 años ofrece una rentabilidad del 12.5% y no se piensa que mejore antes de 2013. Del lado positivo, el aumento de competitividad está impulsando su sector turístico, así como la primavera árabe ha supuesto un beneficio adicional para ellos.

A estas alturas lo lógico es que nos preguntemos, ¿Qué nos puede pasar?

En el corto plazo, máximo hasta finales 2013, España no va a ser intervenida, más de lo que ya lo ha sido con la compra de bonos y la inyección de liquidez a los bancos. Sin embargo, si en este periodo el crédito no fluye y no alcanzamos en 2013 el 3% de deuda/PIB, es probable que antes de esto seamos intervenidos. Hemos de ser conscientes que tal cual esta planteada la situación actual, estamos más cerca de una intervención que de una salida ordenada de la crisis. En los próximos meses, empleados de empresas públicas, empleados del sector financiero van a perder sus puestos de trabajo, estamos hablando de trescientas mil a cuatrocientas mil personas más al paro.

Si somos intervenidos, las tasas de desempleo se elevarán de manera significativa y lo poco o mucho que se haya podido salvar del estado de bienestar desaparecerá.

Suponiendo que el gobierno alcanza los objetivos el futuro y no somos intervenidos, lo que nos espera, puede tener  dos direcciones:

•    Europa nos ayuda para regenerar el tejido industrial y crear empleo, ya que en todo el proceso se han seguido destruyendo empleo neto.
•    Que Europa nos deje a nuestra suerte, en ese caso, tendremos un proceso largo de salida, con una creación muy pequeña de la economía y muchas dificultades para salir, en caso de cualquier inestabilidad que venga de fuera, seremos muy vulnerables.

Pero creemos que existe otra alternativa. Claramente, es Europa la que nos obliga a alcanzar el 3% de deuda/PIB para 2013, ¿por qué no se flexibiliza? Es evidente que debemos enjugar la deuda pero a su vez debemos generar empleo y riqueza. Para ello, estamos reduciendo nuestra renta per capita con el objetivo de ser más competitivos, pero si reduces tu presupuesto y no ofreces alternativas para la creación de empleo (situación actual) el engranaje de más recortes, reducción de ingresos, por lo tanto, más presión fiscal, más desempleo, más incremento del gasto, más recortes… será una espiral difícil de salir.

El empecinamiento de Europa, Merkel y Sarkozy, por reducir deuda a toda costa en un plazo tan corto es erróneo. O deberían dejarnos más tiempo o deben ayudarnos económicamente para crear empleo.

Más información en el Instituto Inveralfa

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