La canciller alemana insiste en su receta de ahorro, pese a la dramática situación de España y de la caída de tres gobiernos europeos. "El pacto fiscal es innegociable en esta fase", zanjó la canciller en una entrevista con el grupo alemán WAZ. Una respuesta al vencedor de la primera vuelta electoral francesa. Por Pablo Sanguinetti - Agencia DPA
BERLÍN.- Las ideas de Angela Merkel están entre las pocas cosas que no se sacudieron en una de las semanas más turbulentas para Europa desde el estallido de la crisis. La canciller alemana insistió en su receta de ahorro pese a la dramática situación de España, la caída de tres gobiernos europeos, el posible cambio de presidente en Francia y los llamados a un nuevo rumbo por parte de Bruselas y el Banco Central Europeo (BCE). "El pacto fiscal es innegociable en esta fase", zanjó la canciller en una entrevista con el grupo alemán WAZ, descartando de plano cualquier cambio en el acuerdo que exige mayor disciplina fiscal a los países de la Unión Europea (UE).
La líder cristianodemócrata respondía así al vencedor en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, François Hollande, que prometió revisar el pacto si vence a Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta del 6 de mayo, como pronostican las encuestas. "No será Alemania la que decida el futuro de toda Europa", advirtió el socialista tras conocer la negativa de Merkel. El candidato insistió en que su posición sobre el pacto es bien conocida: "No será posible alcanzar sus objetivos sin crecimiento".
La victoria de Hollande sobre Sarkozy dejaría a Merkel sin su principal aliado en la defensa de la austeridad. Pero la semana dejó otros motivos de preocupación para la canciller.
La incapacidad para imponer políticas de ahorro hizo caer hoy al gobierno de Rumania, el tercero en una semana. A principios de semana, la presión había tumbado en 48 horas también a los gobiernos de Holanda y República Checa, aliados conservadores de Merkel.
En España, la ola de recortes lanzados por el gobierno de Mariano Rajoy ganó los elogios de Berlín, pero no impidió que el desempleo trepara a un récord del 24,44%. Tampoco que la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) rebajara la nota del país.
El coro de señales que piden algo más que ahorro para evitar el "suicidio económico de Europa" -en palabras del premio Nobel de Economía Paul Krugman- sumó incluso las voces más prudentes. "Europa necesita un pacto por el crecimiento", reclamó el presidente del BCE, Mario Draghi. En Italia, también el ex primer ministro Romano Prodi pidió un cambio de rumbo en Europa.
Los analistas hablan ya de un "frente anti Merkel", pero la política más poderosa del continente hace honor a su apodo de "canciller teflón" y resiste la embestida.
Alemania seguirá "participando activamente en la búsqueda de medidas apropiadas", aclaró a través de su portavoz, Steffen Seibert. "El crecimiento es desde hace cierto tiempo la segunda columna del combate de Alemania contra la crisis".
Los más optimistas vieron en estas palabras una posible señal para que la próxima cumbre de jefes de Estado de la UE, en junio, acuerde un "pacto de crecimiento" que complemente el pacto fiscal.
Pero otro factor interno determinará los ritmos de la postura alemana: las dos dos importantes elecciones regionales en los estados federados de Schleswig-Holstein (6 de mayo) y Renania del Norte-Westfalia (13 de mayo).
Hasta que no hayan pasado esos comicios, coinciden los analistas, la inmovilidad de Merkel está garantizada.
La líder cristianodemócrata respondía así al vencedor en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, François Hollande, que prometió revisar el pacto si vence a Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta del 6 de mayo, como pronostican las encuestas. "No será Alemania la que decida el futuro de toda Europa", advirtió el socialista tras conocer la negativa de Merkel. El candidato insistió en que su posición sobre el pacto es bien conocida: "No será posible alcanzar sus objetivos sin crecimiento".
La victoria de Hollande sobre Sarkozy dejaría a Merkel sin su principal aliado en la defensa de la austeridad. Pero la semana dejó otros motivos de preocupación para la canciller.
La incapacidad para imponer políticas de ahorro hizo caer hoy al gobierno de Rumania, el tercero en una semana. A principios de semana, la presión había tumbado en 48 horas también a los gobiernos de Holanda y República Checa, aliados conservadores de Merkel.
En España, la ola de recortes lanzados por el gobierno de Mariano Rajoy ganó los elogios de Berlín, pero no impidió que el desempleo trepara a un récord del 24,44%. Tampoco que la agencia de calificación Standard & Poor's (S&P) rebajara la nota del país.
El coro de señales que piden algo más que ahorro para evitar el "suicidio económico de Europa" -en palabras del premio Nobel de Economía Paul Krugman- sumó incluso las voces más prudentes. "Europa necesita un pacto por el crecimiento", reclamó el presidente del BCE, Mario Draghi. En Italia, también el ex primer ministro Romano Prodi pidió un cambio de rumbo en Europa.
Los analistas hablan ya de un "frente anti Merkel", pero la política más poderosa del continente hace honor a su apodo de "canciller teflón" y resiste la embestida.
Alemania seguirá "participando activamente en la búsqueda de medidas apropiadas", aclaró a través de su portavoz, Steffen Seibert. "El crecimiento es desde hace cierto tiempo la segunda columna del combate de Alemania contra la crisis".
Los más optimistas vieron en estas palabras una posible señal para que la próxima cumbre de jefes de Estado de la UE, en junio, acuerde un "pacto de crecimiento" que complemente el pacto fiscal.
Pero otro factor interno determinará los ritmos de la postura alemana: las dos dos importantes elecciones regionales en los estados federados de Schleswig-Holstein (6 de mayo) y Renania del Norte-Westfalia (13 de mayo).
Hasta que no hayan pasado esos comicios, coinciden los analistas, la inmovilidad de Merkel está garantizada.
Suavizó la disputa
Tras un primer choque verbal con quien probablemente será el nuevo presidente de Francia, el candidato socialista François Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel, matizó ayer su categórica negativa a suavizar el estricto pacto fiscal acordado por la Unión Europea (UE). En declaraciones que difunde el diario "Leipziger Volkszeitung", la mandataria germana anunció una "agenda europea de crecimiento" y mencionó en este contexto la posibilidad de "fortalecer el margen de maniobra del Banco Europeo de Inversión". (DPA)
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