Por RICHARD MORGAN
Nueva York siempre se ha distinguido por sus luces, pero por estos días parece que el brillo no es suficiente. Algunos edificios en Manhattan, grandes y pequeños, han adoptado despliegues llamativos de iluminaciones multicolores, una tendencia que está generando críticas.
"Con cada torre pensando que merece tener luces de colores, al igual que el Empire State, se empieza a ver que todos llegan a la fiesta con el mismo vestido", señala Cy Wilson, director global de diseño interior de la cadena Starwood Hotels.
Desde 2007, el icónico rascacielos ha usado diodos emisores de luz, o LED, para cambiar los colores que emite durante la noche.
Cuando se ve la silueta de la ciudad, las torres de Bank of America y Condé Nast, ubicadas en lados opuestos de la misma cuadra, en la calle 42 en pleno corazón de Manhattan, destacan en medio del arcoíris de luces, así como el complejo comercial y residencial Time Warner Center. Estaciones de trenes y tiendas de zapatos también han acogido la tendencia de las luces.
Incluso un restaurante, el Waverly, en Greenwich Village, optó por coloridas iluminaciones en una remodelación reciente. Al igual que el Empire State, la fachada del restaurante marca ocasiones especiales: rojo para el día de San Valentín o verde para el de San Patricio.
El despliegue de luces no agrada a todo el mundo. "No se siente auténtico", dijo Jonathan Garrison, director del estudio de diseño Yabu Pushelberg, una firma especializada en hoteles y restaurantes. "¿Cuántos Times Square necesitamos?"
El New York City Economic Development Corp. (EDC), la oficina de desarrollo de la ciudad, cree que al menos necesita otro. La organización está actualmente recibiendo propuestas para la instalación de una iniciativa de iluminación en el lado sur de Manhattan. Las ideas pueden incluir elementos interactivos, luces que se activan con sensores de movimiento y efectos en 3D, de acuerdo con la licitación de la agencia.
Jen Friedberg, vocero de EDC, dice que el proyecto se inspiró en iniciativas similares en Hong Kong y Sidney, aunque hizo énfasis en que el resultado final será "algo completamente nuevo".
Mejoras en la tecnología LED han alimentado el auge. Aunque son más costosas de instalar que las luces tradicionales, los diodos emisores de luz duran más y reducen los costos de electricidad. El tono puede ser reprogramado sin necesidad de instalar filtros adicionales.
Los diseñadores en Nueva York describen la tendencia como una importación relativamente reciente de las megaciudades asiáticas, y lo hacen en un tono peyorativo.
"Es muy asiático", opina Wilson sobre la apariencia cada vez más multicolor de Manhattan, citando en particular la popular metrópolis china de Guangzhou.
Vin Cipolla, presidente de la Sociedad de Arte Municipal de Nueva York, se declara a favor del brillo tipo Shanghai de la ciudad. "Estamos al principio, no al final", dice.
Cipolla citó un giro clave en la acogida de las iluminaciones por parte de la ciudad: el tributo de luces que su organización instala el 11 de septiembre para recrear las torres gemelas. "Le demostró a muchos escépticos cuán creativa y reflexiva puede ser la luz", cuenta. "Abrió las puertas".
Soo Jeong Lee, gerente global de diseño arquitectónico de Chanel, se descorazonó durante una visita de negocios reciente a Nueva York al ver muchas cosas que le recordaron su ciudad natal.
"Hong Kong es un globo de nieve conciso y brillante", afirma. "Pero la silueta de Nueva York es más esparcida. Debería ser. Puede respirar con facilidad…".
Como un ejemplo de un uso discreto de la luz, Lee mencionó trabajos de James Carpenter Design Associates, la firma que creó el atrio del Time Warner Center, entre otros. El mismo equipo está trabajando en un parque cercano al Puente de Brooklyn y en un centro de tránsito cerca del antiguo World Trade Center.
"Cuando usted construye un edificio, está consumiendo un recurso público, el cielo, así que debe existir algún tipo de reciprocidad", dice Carpenter de su enfoque. "No debería obligar al edificio a que emita un mensaje que no se conecta con el entorno.
La arquitectura debería darle paso a la luz, no a la inversa, opina Carpenter. Aunque el experto elogia instalaciones simples, critica el "superávit de luces de colores" de Nueva York. De todas formas, él y otros ven razones para que las cosas mejoren en el futuro.
Por su parte, Garrison lo equipara todo a una crisis de la edad madura de Nueva York. "Están las ciudades antiguas en Europa, las ciudades jóvenes en Asia y luego está Nueva York, que es una metrópolis de mediana edad", señala el arquitecto. "Pero está bien, todo se arreglará".
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