Dick Sawle (centro abajo) y el resto del Gobierno Falkland
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Los habitantes de las Islas Malvinas/Falkland no quieren ser argentinos. Sobre eso hay consenso en Buenos Aires, en Londres y en al mismo archipiélago. Pero tampoco quieren ser británicos en igualdad de condiciones con los que viven en el continente europeo. Después de todo, el PBI de los kelpers es mayor que el de sus pares europeos. Claro que estos sostienen un gasto militar que los kelpers prefieren mantener tercerizado, tal cómo Europa hace con la OTAN que le permitió, hasta hace unos años, gozar de un inigualable (y en su época, envidiable) Estado de Bienestar. "Aquí no hay pobres, hay personas que son menos ricas que otras, pero nadie vive en las calles, nadie pasa hambre", explica un pausado doctor Parver, en un salón del pequeño edificio del gobierno local. El es uno de los 8 miembros de la Asamblea Legislativa de las Islas Falklands (MLA). Ellos son elegidos por votación y puede sufragar todo aquel que tenga el estatus de Falkland Islands, algo que se obtiene por nacimiento o por trabajar 7 años allí. Si bien parece una comunidad cerrada, un extranjero se puede instalar con un permiso de trabajo de 6 meses, renovarlo sucesivamente y a los 3 años, postular a la residencia permanente. Con esa credencial, explica Mike Summers, otro MLA y cuya familia lleva 6 generaciones en la isla, se puede acceder a los beneficios sociales, publica La Tercera.
Jan Cheek, sentada en la cabecera, tiene, entre ellos, el récord en esta suerte de aristocracia local que son las generaciones: su familia lleva nueve. Sus antepasados llegaron hace unos 180 años.
Ellos explicarán ese concepto que para los argentinos es lejano e incomprensible: la autodeterminación. "Nosotros gobernamos las islas, hacemos nuestras reglas, definimos el uso del dinero de los impuestos, manejamos el presupuesto". Los 8 diputados o cancilleres, como les llaman, reúnen las funciones ejecutivas y legislativas y la comunidad participa de las asambleas. "Las Falklands se autogobiernan en todas sus materias, excepto por los temas de Relaciones Exteriores y Defensa", dice Cheek. Eso último lo provee Gran Bretaña y en las islas se expresa en la figura del gobernador -Nigel Haywood-, quien ocupa una residencia oficial en cuyos salones cuelgan los retratos de la realeza.
La defensa la da Mount Pleasant, la base militar que alberga más de mil uniformados. Pero ese lugar, adonde llegó el príncipe William el pasado 2/02 es un mundo distinto a Stanley.
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