Rusia y China vetaron, el sábado, un proyecto de resolución árabe-europeo sobre Siria, en el Consejo de Seguridad de la ONU, que demanda un cambio de régimen en el país del medio oriente. Esto no solo frustra la estrategia de Estados Unidos en la zona del medio oriente, sino que también obstaculiza las presiones norteamericanas sobre Irán.
Rusia, tradicionalmente, mantiene una posición firme en la adopción de resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. La propuesta, presentada por países árabes y europeos, fue concebida por Estados Unidos, lo que condicionó un enfrentamiento diplomático de la nación norteña con Rusia.
Durante el cabildeo precedente a la votación, Estados Unidos logró la aprobación de 13 países miembros del Consejo de Seguridad, mientras que Rusia solo encontró eco en China. Rusia hizo uso de su ventajoso derecho de veto.
Antes de la votación, Rusia logró que Estados Unidos hiciera una gran concesión, al borrar dos contenidos importantes referidos a la exigencia de que Bashar al Assad ceda el poder y la aplicación del embargo de armas a Siria. En el momento de la decisión, Rusia propuso, nuevamente, modificar el texto, suprimiendo la retirada de las tropas sirias a sus cuarteles. Estados Unidos no aceptó más cambios y Rusia vetó la resolución.
Para muchos analistas, el veto de Rusia significa que asumió la responsabilidad de solucionar el problema de Siria, lo que implica que debe asegurar que el régimen de Bashar al Assad no sea derrocado, y al mismo tiempo, ayudar a poner fin a los enfrentamientos para restaurar la paz. Por otra parte señalan que Estados Unidos y otras naciones occidentales no permitirán, fácilmente, el éxito de Rusia e intensificarán el apoyo a los rebeldes, el bloqueo económico y el aislamiento diplomático de Siria.
Otros especialistas señalan que todavía es una cuestión imprecisa el tiempo que puede estar Bashar al Assad en el gobierno. Aún cuando se terminen los disturbios civiles, los países occidentales no abandonarán su meta de promover su renuncia, afirman. Rusia cargará con el hecho de proteger a al Assad por largo tiempo, lo que significa, aseguran, el enfrentamiento con occidente.
Algunos expertos prevén que las elecciones presidenciales de Rusia son una oportunidad para utilizar las fuerzas internas del país, desestabilizar la situación y generar disturbios en la nación. Según su análisis es previsible el ataque a Rusia por los asuntos de Siria, mediante temas internos.
Para muchos, la primera razón por la que Estados Unidos insiste en la renuncia de Bashar al Assad es que el mayor enemigo de la nación norteamericana en el medio oriente es Irán, y debe someter a Siria para poder controlarlo. Ambos países son aislados por occidente y medio oriente, por lo que una vez derrocado uno, el otro caerá, sin demora. Analistas advierten también que el régimen de Siria es, relativamente, débil por lo que es la mejor opción para comenzar.
Algunos estudiosos, por otra parte, señalan que como Siria e Irán son aliados de Rusia, el cambio de régimen en esos dos países significa la reducción de su influencia en medio Oriente.
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