jueves, 9 de febrero de 2012

ARGENTINA; se viene el "parate" industrial

LA REVISTA Y SUS CLAVES
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SITUACION NACIONAL

EL CIRCULO VIRTUOSO HACE AGUA…


A pesar que ya estamos en el Siglo XXI en la Argentina todavía creemos que la cosa publica que afecta a todos los habitantes de esta bendita tierra, se puede manejar como el viejo dicho de “patron de estancia”. Según comentarios periodísticos el Dr. Moreno atiende a sus visitantes con cafecitos y alfajores, mientras les canta las “cuarentas”. Eso me imagino que le debe haber pasado al Presidente de la Union Industrial, que a pesar que el régimen implementado de control total de las importaciones afecta totalmente a la produccion, tímidamente se animo a pedir que se prorrogara su entrada en vigencia, cosa que nada de bola le dio, en vez de decir que el régimen no era viable y “no se debia implementar”, porque era contrario a un “modelo de crecimiento y pleno empleo”. Pero eso seguramente le hubiera impedido estar en primera fila en el acto de la Presidenta en la Casa Rosada.

Hoy  el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), José de Mendiguren , afirmó que además de "tener una balanza comercial favorable", el Gobierno debe preocuparse porque "no caiga el nivel de actividad. "En su momento alertamos por la matriz productiva de la Argentina, que es muy dependiente de la importación de insumos. El nivel de actividad industrial tiene una relación directa con las importaciones, de uno a cuatro, es decir que por cada punto que sube el índice industrial, sube cuatro el de insumos importados.
GRANDE JOSE…..!!!!!!!

Pero a medida que las fabricas se van reincorporando a sus actividades, que como es costumbre se toman los meses de enero y febrero para parar sus actividades y dar vacaciones a su personal, se encuentran con la novedad de sus problemas para proveerse de sus insumos importados y no entienden mucho eso, cuando hasta ahora todo era golgorio…..y el crecimiento estaba asegurado.

Pero la realidad es que los mercados internacionales (no sólo los de commodities, sino todos), prima facie, jugarían a la baja. Tanto las áreas desarrolladas (EE.UU. y la U.E.) como las emergentes, se desenvuelven en una crisis que no explota sino que tensiona permanentemente. Los países (desarrollados o no) que padecen recesión o estancamiento, o una muy lenta expansión, presionan con estímulos a sus exportaciones y desalientan sus importaciones para activar las producciones internas, disminuir su desocupación y mejorar sus cuentas externas. Así, su prioridad está en maximizar sus ventas y minimizar las compras.

  Una conclusión primaria de lo descripto es que no habría inflación importada. Antes bien, cabría esperar un menor ritmo en la expansión de los precios y hasta una contracción absoluta de los mismos.

  Si la Argentina restringe importaciones para procurar mejoras en el saldo comercial y/o para sustituirlas por producción doméstica, el país -no hay dudas al respecto- no usufructuará la tendencia internacional natural hacia una baja de los precios. En algunos casos, por el contrario, los precios de las producciones sustituyentes serían mayores a los de las importaciones.

  Si el país no estimula exportaciones, por un anclaje cambiario que trata de frenar -como en otras ocasiones- el proceso inflacionario, afecta a su propia competitividad. El freno de precios es transitorio, pero la subsistencia de los niveles de actividad pueden perder ritmo expansivo (incluso hasta llegar a contracciones absolutas).

  El arco del comercio exterior provee variadas alternativas. Desde bajar los precios de importación y de exportación, presionando en igual sentido (a la baja) los precios internos, lo cual constituye un extremo, hasta provocar subas de precios en muchos casos de sustitución de importación por producciones domésticas. Del mismo modo, las restricciones a importar, que golpean a la producción local, se suman a los impactos que ésta recibe por la vigencia de un cepo cambiario -como anclaje antiinflacionario- que resta competitividad.

  Entre una y otra decisión, ambas extremas, hay obviamente otras intermedias que afectarán en menor o mayor medida la inflación y las expectativas inflacionarias del 2012.

La eliminación de subsidios -que tienen una enorme magnitud fiscal- va a producir efectos sobre los costos y precios. La equidad por vía oficial es de dificilísima aplicación en esta instancia. Las decisiones que se adopten -según sus alcances y ritmo- incidirán en la inflación del 2012.

Las tarifas públicas. En los ´90, con las privatizaciones, se establecieron por contrato correcciones paralelas a la inflación de otros países. Éstas se adicionaban a la interna, para tomar en cuenta su indexación. En las décadas pasada y presente ha ocurrido lo opuesto. Se congelaron las tarifas públicas y el resto de los costos y precios, no. La recuperación de estos excesos no debería tener en cuenta el inicio del congelamiento, por cuanto, como se señaló, hubo un sostenido exceso a favor de las mismas en el decenio precedente. Así y todo, habrá notorias subas. Que podrán aplicarse con ajustes dilatados o concentrados; y que impactarán, sin duda, en los costos y precios en el 2012.

Los salarios nominales. La significativa caída salarial real provocada por la implosión de la crisis en los años 2001 y 2002, tuvo desigual recuperación según se trate de trabajadores privados registrados, no registrados, o dependientes públicos. Recién en el 2005, y para los primeros, hubo niveles superiores a los existentes antes de la crisis mencionada.

  De todos modos, los trabajadores privados registrados -tras una década de rápida recuperación y excelente crecimiento económico a tasas “chinas”, que acumularon un aumento del PBI del 70.0%- entre diciembre de 2001 y noviembre de 2011 sólo subieron sus salarios nominales, un 27.0% más que la inflación. En tanto que los trabajadores no registrados tienen una brecha apenas positiva del 3.7% y los dependientes públicos una importante brecha negativa del -32.0%. Es de destacar, que es justamente en el 2011 cuando los salarios más crecieron nominalmente. Año en el cual la inflación se moderó respecto a los niveles registrados en el 2010. Por caso, la misma rondó en el 2011, según fuentes privadas, un 22.8%, cuando en el 2010 había trepado un 25.8%.

Para una familia tipo se puntualiza que las estadísticas oficiales suministran los siguientes montos que definen las líneas de indigencia y de pobreza:
ü                   La Canasta Básica Alimentaria que alcanzaba en diciembre de 2010 a $578,  en diciembre de 2011 llegó a $634. Aumentó en el curso de doce meses $56. Con una variación porcentual de un solo dígito (9.7%), por tercera vez consecutiva en los últimos 21 meses.
ü                   La Canasta Básica Total, que alcanzó a $1.252 en diciembre-10 trepó a $1.404 en diciembre-11. Aumentó en 12 meses $152. Con una variación interanual del 12.1%.

ü                   Un aporte llamativo surge al considerar que un gasto diario mayor a $45, realizado por una familia de cuatro personas, permite no considerarlos pobres; y, además, que tampoco se los considera indigentes sí superan un gasto de $14.45 por día.


LA CONCLUSION FINAL Es que hay que cambiar el rumbo y tratar de volver a tratar los temas públicos con seriedad y no cambiar a piacere las reglas que implementan políticas de estado. Las mismas tienen que tener consenso y continuidad en el tiempo, eso es un régimen democrático.

 “Los caminos de la Verdad y del Amor siempre han triunfado. Han habido tiranos, asesinos, y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final, siempre caen."
Mahatma Gandhi

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