► Los datos aceleran el despertar de ese monstruo dormido llamado dólar. Ese que se despereza cada diez años y nos empuja por el túnel de la ansiedad argentina. Se van 2.000 millones en billetes verdes de las cajas de ahorro. Los intereses de los créditos hipotecarios suben cuatro puntos. Los ahorristas no quieren renovar los plazos fijos y piden tantos dólares que agotan las reservas de los banqueros. En voz baja se susurran palabras como corralito o pesificación. Letanías que parecían olvidadas. Con su poder político renovado, es Cristina la que debe encontrar el camino que le devuelva el temple perdido a la población. Alguna medida racionalista. Alguna designación tranquilizadora para el nuevo gabinete. La Presidenta tiene en sus manos el bálsamo que pueda cerrar esta otra vieja herida del país adolescente.
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