Por Agustín Monteverde para el Informador Público
• Las elecciones quedaron atrás pero la demanda de divisas continúa siendo sostenida y la oferta genuina, escasa.
• Ayer lunes el BCRA debió vender U$90 MM y hoy martes se tuvo que desprender de U$170 MM.
• En lo que va de octubre, las ventas de contado orillan U$1450 MM.
• Sólo durante la semana pasada, la entidad vendió unos U$670 MM en el mercado de contado; las ventas en el mercado de futuros habrían superado los U$1200 MM.
• Las reservas muestran un descenso de más de U$4000 MM desde julio.
• El jueves pasado el BCRA se vio obligado a realizar una de las intervenciones más grandes del año, vendiendo poco más de U$230 MM en el mercado de contado y una cifra similar en la plaza de futuros para los contratos de noviembre, diciembre, enero, febrero y marzo.
• El gobierno ha recurrido a una práctica tan vieja como ineficaz, habitual en épocas de tensión cambiaria: inspecciones de AFIP, UIF y BCRA en casas de cambio y requerir a las entidades que informen sobre las órdenes de clientes para comprar dólares. Cuanto más se limite la actividad de los llamados coleros, más amplia será la brecha del tipo de cambio marginal con el oficial; y esto significa un mayor aliciente para fugar al dólar.
• Medidas de este tipo pretenden acabar con la corrida actuando sobre los efectos y no sobre las causas; surgen de no entender la lógica de la oferta y la demanda.
• La política de congelar el tipo de cambio como si fuera fijo, cuando -supuestamente- es flotante es otra muestra de la falta de comprensión oficial sobre la mecánica económica: mantener barato -subsidiar- un bien muy demandado acelera la erosión de los stocks y desbalancea al mercado.
• Lo mismo ocurre con la intención oficial de mantener, en el presente contexto de fuerte demanda de divisas, bajas las tasas de interés activas: en el extremo, se termina financiando y subsidiando la corrida que por otro lado se quiere detener.
• La semana pasada el gobierno siguió inyectando liquidez al mercado, refrenando la suba de tasas y dando oxígeno a la fuga.
• En la licitación de Letras y Notas, al rechazar parte de las propuestas, el BCRA inyectó $490 MM.
• Y el resto de la banca oficial y la ANSES siguieron comprando bonos en pesos.
• Las operaciones del BCRA en el mercado de futuros también significan un subsidio a la compra de dólares.
• Los futuros del dólar en el mercado doméstico contemplan una suba mucho más moderada que la que espera el mercado de Nueva York.
* La tasa de devaluación esperada en los mercados a término locales se ubica entre 2,4% y 3,3% para los próximos tres meses.
* Los Non Deliverable Forwards (NDF) prevén una depreciación de 10% contra el dólar en tres meses.
* Hay más de 30 centavos de diferencia entre el dólar para enero que se negocia en Nueva York y los contratos locales.
• La diferencia se debe a la intervención del Banco Central en los mercados de futuros locales.
• Para contener la demanda, se ha montado una bicicleta financiera que -con el paso del tiempo- no hará otra cosa que potenciar el estallido.
• Mientras que el peso se ha desvalorizado 6,6% en lo que va del año, la tasa de interés ronda 20%.
• Vender dólar contado y recomprarlo al 31 de diciembre rinde una tasa de hasta 18% anual para operaciones de más de $1 MM.
• La fuga hacia el dólar, comandada por las operaciones minoristas, se ha extendido al frente corporativo.
• La transferencia al exterior de dólares blue -denominada dólar cable y usada para operaciones relativamente menores- cuesta 20 centavos menos que el contado con liquidación.
• Debido a la fuerte salida de divisas se ha encarecido a tal punto la operatoria que algunas casas no cobran comisión a las empresas que ingresan fondos.
• Las compañías que ingresan fondos al país vía contado con liquidación ganan 15% respecto al valor que obtendrían en el circuito oficial.
• Comprando algún bono o ADR argentino en Nueva York y vendiéndolo en la bolsa local, obtienen un dólar de casi $4,90 mientras que en el circuito oficial apenas les pagarían $4,20.
• Todo indica que este año -de no haber un brusco cambio en la actitud de la demanda- la fuga de capitales superará con comodidad los U$ 23000 M que se fueron en 2008, año en que confluyeron el enfrentamiento con el campo y lo peor de la crisis internacional.
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