lunes, 22 de agosto de 2011

Rebeldes libios toman Trípoli ► Gadafi fugitivo, hijos cautivos


TRÍPOLI (Reuters) - Muamar el Gadafi se convirtió el lunes en un fugitivo, mientras lo que quedaba de sus fuerzas leales presentaba batalla en la capital y los dirigentes mundiales aceptaban a los divididos rebeldes libios como nuevos líderes del estado norteafricano, rico en petróleo.
Casi 48 horas después de que un ataque desde varios frentes sobre Trípoli de los ejércitos de irregulares rebeldes, lanzado junto con un levantamiento en la ciudad, los tanques y francotiradores de Gadafi parecían controlar sólo pequeñas zonas de la capital, incluyendo su cuartel general de Bab al Aziziya.

Los civiles, que el domingo por la noche abarrotaron las calles para celebrar el final de la dictadura, se quedaron en casa el lunes mientras sonaban los disparos. El primer ministro de Gadafi apareció en Túnez. La televisión estatal suspendió sus emisiones y los rebeldes dijeron haber capturado sus emisoras.
En el extranjero, más embajadas libias hacían ondear la bandera rebelde.
Las potencias occidentales que desplegaron su poder aéreo en apoyo de varios grupos rebeldes instaron al "hermano líder" a aceptar que sus 42 años de poder absoluto han terminado, y poner fin al derramamiento de sangre después de seis meses de guerra civil que ha ido y venido de forma errática sobre el país desértico y poco poblado.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, que apostó desde el principio por los rebeldes libios, pidió a los leales a Gadafi que "den la espalda a la ceguera criminal y cínica de su líder cesando inmediatamente el fuego, entregando sus armas y entregándose a las autoridades libias legítimas".
"Muamar el Gadafi y su régimen tienen que reconocer que su gobierno ha llegado a su fin", dijo a su vez el presidente de EEUU, Barack Obama.
Egipto, cuya revuelta de la "primavera árabe" inspiró a sus vecinos, abandonó sus reparos y reconoció al Gobierno rebelde. Otros revolucionarios oprimidos del mundo árabe, especialmente en Siria, podrían tomar nota de un triunfo duramente peleado sobre la arena libia.
Laila Jawad, de 36 años, que trabaja como enfermera en Trípoli, dijo a Reuters: "Estamos a punto de librarnos del Gobierno del tirano. Es algo nuevo para mí. Soy muy optimista. Alabado sea Dios".
La competición internacional por el petróleo libio ya se está acelerando, y también Rusia y China, críticos del ataque occidental contra Gadafi, indicaron que el líder debería ceder ante lo ahora inevitable.
Pero desde que el domingo se emitiera el sonido de un desafiante discurso en el que Gadafi instaba a los ciudadanos a tomar las armas contra las "ratas" rebeldes, no se sabe nada de uno de los gobernantes mundiales que más tiempo llevaba en el poder y que había prometido morir luchando antes que rendirse. Varios funcionarios dijeron no saber dónde se encontraba.
HIJOS DETENIDOS
Dos hijos del líder fueron capturados, incluyendo a Saif al Islam, acusado al igual que su padre de crímenes contra la humanidad. Medios árabes situaban a otros dos de sus hijos, Jamis y Mutasim, entre los que seguían combatiendo.
El primer ministro de Gadafi, Al Bagdadi Ali al Mahmudi, llegó el domingo por la noche a la isla tunecina de Yerba, un destino escogido por varios desertores y negociadores procedentes de Trípoli. Fuentes locales no pudieron indicar qué estaba haciendo allí.
Un oficial rebelde en la ciudad oriental de Bengasi, donde tiene su sede el Consejo Nacional de Transición (NTC, en sus siglas en inglés), dijo que algunos de sus representantes habían entrado en Trípoli para impedir una interrupción del orden público en la capital.
Se ha temido que las divisiones tribales, étnicas y de otra clase en los diversos grupos armados contra Gadafi puedan llevar a un derramamiento de sangre similar al que sufrió Irak tras el derrocamiento de Sadam Husein. Sin embargo, algunos citan la presencia de ex asesores de Gadafi en el bando rebelde como motivo de esperanza sobre que la oposición pueda ser más inclusiva que en Irak.
"Llamo a todos los libios a que ejerciten el autocontrol y respeten la propiedad y las vidas de otros y no recurran a tomarse la justicia por su mano", dijo en una rueda de prensa en Bengasi el líder del NTC, Abdel Jalil, que fue ministro de Justicia de Gadafi hasta unirse a la revuelta en febrero.
Corresponsales de Reuters dijeron que las fuerzas rebeldes buscaban a francotiradores de edificio en edificio. Tiroteos esporádicos y explosiones mantenían a los civiles dentro de sus casas, esperando ansiosamente el fin del enfrentamiento tras un breve estallido de júbilo el domingo por la noche.
"Los revolucionarios están situados en varias partes de Trípoli (...) pero las fuerzas de Gadafi están tratando de resistir", dijo un rebelde que se identificó como Abdulrahman.
Tanques del Gobierno están actuando cerca del puerto mediterráneo de Trípoli y el complejo de Bab al-Aziziya de Gadafi en el centro de la ciudad, añadió.
"Los francotiradores son el principal problema", dijo. "Hay un gran número de mártires", agregó.
Un responsable del Gobierno dijo a Reuters que 376 personas de ambos bandos habían perdido la vida y que alrededor de 1.000 resultaron heridas, aunque no estaba claro si las cifras estaban actualizadas. En el hotel Rixos Nasr, donde el Gobierno había obligado a quedarse a periodistas extranjeros durante toda la guerra, guardias proGadafi impedían que los reporteros salieran.
Sudáfrica, una potencia líder en el continente a la cual Gadafi debía buena parte de la solidez e influencia de Libia, negó que hubiera enviado un avión para el gobernante o que estuviera planeando acoger a un líder acusado de crímenes contra la humanidad por la Corte Penal Internacional.
/Por Missy Ryan y Ulf Laessing/

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