La tensión se recrudece en la deuda periférica, hasta el punto de que los seguros de impago (CDS) de Grecia, Irlanda y Portugal renuevan sus récords con la posición anti-reestructuración de la deuda de Trichet. En España, el riesgo país subió hasta los 242 puntos.
Los recelos de los inversores hacia la deuda periférica vuelven a alcanzar cotas inéditas, al menos en el mercado de derivados, borrando la mejora que produjo el reciente acuerdo europeo para un segundo rescate de Grecia.
La Unión Europea, el BCE y el FMI han recordado que el próximo pago de ayuda a Grecia podría no materializarse hasta que el país heleno corrija la financiación de su programa de ajustes. Las dudas se han multiplicado después de que el PIB de Grecia del primer trimestre haya registrado una contracción del 5,5%, frente al 4,8% estimado con anterioridad.
El mercado extrema además la cautela por la contribución requerida a los inversores privados, y por las continuas alertas sobre una próxima reestructuración de la deuda griega. Los inversores esperaban que el BCE se pronunciara, en su reunión de hoy, sobre esta última posibilidad. Trichet ha aclarado que no están a favor de una reestructuración de la deuda griega y que el objetivo debe ser evitar un "default selectivo".
Sobre este punto, Trichet, al tiempo que anticipa otra subida de tipos para julio, incidía en que el hecho de que pida que el posible ajuste de la deuda griega sea voluntario (alargar los plazos de vencimiento), no quiere decir que lo vaya a apoyar y que él pretende cobrar los préstamos que hizo a Grecia nada más venzan.
El interés de los bonos a diez años del país heleno supera el 16,5%. A tres años este porcentaje se sitúa por encima del 26%, desde el 23% de jornadas anteriores. En el mercado de derivados, los credit default swaps (CDS) marcan nuevos récords en 1.520 puntos básicos, lo que supone que el coste de asegurar 10 millones de euros de deuda griega a cinco años se encarece hasta los 1,52 millones de euros.
Las dudas sobre el segundo rescate de Grecia acentúan de paso la incertidumbre sobre la situación financiera de los otros dos países rescatados. El interés exigido a los bonos a diez años de Portugal escala hasta marcar un nuevo máximo desde la introducción del euro, en el 10,9%. Los récords se repiten en sus credit default swaps (CDS), en 720 puntos básicos.
Irlanda tampoco logra hacer frente al rebrote de las alarmas de los mercados sobre la situación financiera de los países periféricos. Sus CDS escalan hasta marcar hoy récords en 693 puntos básicos. El coste se asegurar 10 millones de euros de deuda irlandesa a cinco años se encarece así hasta los 693.000 euros.
El efecto contagio provoca un paso más en el deterioro que acumula esta semana la deuda pública española. El riesgo país se apuntala hasta alcanzar al cierre de las bolsas europeas los 242 puntos básicos. Al final del pasado viernes se había moderado hasta los 219 puntos.
Los analistas reiteran que una reestructuración de la deuda griega, y más aún un posible impago, dañaría la confianza en la deuda de Portugal y de Irlanda y extendería sus efectos a España e Italia.
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