miércoles, 1 de junio de 2011

CRISIS ARGENTINA BRASIL ► PRECARIO ACUERDO

Fernando Pimentel, ministro de Industria y Comercio de Brasil, se encuentra muy enojado con su par argentina, Débora Giorgi.
Pero Brasil no quiere que las cuestiones comerciales y personales prevalezcan por sobre la política regional. Y Pimentel es un político experimentado, a diferencia de la tecnócrata Débora Giorgi.
Por lo tanto, la Cancillería, que en Brasilia tiene su sede en el Palacio de Itamaraty -que en Brasil resulta una expresión de políticas de Estado, por sobre las coyunturas-, entró en acción y eso puede resultar bueno para todos.
Crónica de Raquel Landim y Ariel Palacios para el diario O Estado de S. Paulo:
"El Palacio de Itamaraty (Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño) ingresó a la negociación con Argentina para “apaciguar los ánimos” y evitar una “contaminación de la relación política” por el conflicto comercial. Con la ayuda de diplomáticos, los dos países pueden llegar a un acuerdo en la reunión que tendrá lugar este jueves 02/06, en Brasilia.
La intervención del Ministerio de Relaciones Exteriores no significa que el gobierno brasileño va a “rifar” su industria manufacturera para agradar al vecino argentino, tal como sucedía en la época de Luiz Inácio Lula da Silva. Por instrucción de la presidente Dilma Rousseff, Brasil solo aceptará un acuerdo si hay contrapartida argentina.
Las señales son de un acuerdo para este jueves con la autorización del paso de los productos que estaban parados en la frontera. La expectativa es que sea creado un 'fast track' (procedimiento rápido o directo) para los vehículos argentinos, siempre que el país vecino (la Argentina) haga lo mismo para los productos brasileños, como máquinas agrícolas, calzados, heladeras y chocolates.
Los dos lados todavía discuten el plazo para la circulación de los productos parados en la frontera. Brasil propuso 10 días para autorizar la entrada de autos mientras que el pedido de Buenos Aires es de 72 horas.
Brasil y Argentina viven una guerra comercial después de que los brasileños aplicaran permisos no automáticos para la importación de autos. La medida –que debe ser mantenida para los demás países, aún con una flexibilización para Argentina –fue vista como una represalia por parte del vecino, que impedía la entrada de productos brasileños hace meses.
Según verificó el diario O Estado, el emisario del Itamaraty para hacer el puente con el gobierno de la presidente Cristina Kirchner es el subsecretario general para América del Sur, Antonio Simões. Ex embajador en Venezuela, Simões tiene excelente trato con el presidente venezolano Hugo Chávez, quien, a su vez,  tiene vínculos fuertes con los Kirchner.
Simões integró la comitiva que estuvo en Buenos Aires en la más reciente reunión. La delegación estuvo liderada por el secretario ejecutivo del Ministerio de Desarrollo, Alessandro Teixeira. Según fuentes que siguieron el encuentro, el diálogo entre el Itamaraty y el Ministerio de Desarrollo está “aceitado”.

Desgaste

Itamaraty salió a escena para “resaltar que la relación comercial no se agota en el conflicto con los autos” y recordar a ambos lados la “relevancia del mercado argentino para las exportaciones brasileñas”.
El objetivo es “evitar un desgaste extra y garantizar que el conflicto resuelva en el área comercial, sin contaminar a la política“.
Las negociaciones están siendo administradas con cuidado, porque ninguno de los lados puede demostrar debilidad. “El problema es que el golpe de Brasil fue demasiado fuerte y la reacción de Argentina es un poco imprevisible”, dijo un empresario. Ahora Itamaraty se encuentra atento ya que nadie quiere caos.
El clima pre-electoral en la Argentina está siendo considerado. Cristina debe anunciar su candidatura a la reelección el 23 de junio. Por eso, la ministra de Industria de Argentina, Débora Giorgi, necesita volver de Brasilia con resultados concretos.
Giorgi también enfrenta constante rivalidad con el secretario de Comercio, Guilhermo Moreno, autor de varias medidas proteccionistas y hombre de confianza del ex presidente Néstor Kirchner, fallecido en octubre.
Del lado brasileño, el canciller Antonio Patriota está preocupado con la próxima reunión del Mercosur, que tendrá lugar los días 23 y 24 de junio. Será la primera cumbre del gobierno Dilma y no hay interés de llegar a choque, de una guerra comercial en curso con Argentina.

Discreción

Itamaraty venia manteniendo un perfil discreto en el conflicto con la Argentina.
En enero, el secretario general de Itamaraty, Ruy Nogueira, estuvo en Buenos Aires, pero no convenció a los argentinos de realizar una reunión ministerial para resolver los atrasos en la entrada de productos brasileros al país. Volvió enojado del viaje.
Entonces, Dilma decidió que el tema era técnico y sería tratado por el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Damata Pimentel.
Después de tentativas frustradas de negociar, él disparó un “tiro de cañón”, con la aplicación de los permisos no automáticos para la importación de vehículos.
Itamaraty no se involucró en la adopción de esa medida.
Desde el inicio, sin embargo, el interés de Pimentel no es el de provocar una guerra comercial con la Argentina sino el de forzar al vecino a negociar. El ministro está empeñado en llegar a un acuerdo e insistió para que Giorgi visite Brasilia este jueves, para resolver el conflicto."
Allí entró en acción Itamaraty.

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