por José Luis Orihuela (Facultad de Comunicación, Universidad de Navarra)
La noción aristotélica “para saber lo que hay que hacer, hay que hacer lo que se quiere saber”, resulta especialmente adecuada para entender el carácter práctico del desafío que supone el aprendizaje y la enseñanza de la escritura hipertextual.
I. Entender la hipertextualidad
Aprender a leer y a escribir usando enlaces de hipertexto, es lo que con toda propiedad puede considerarse como “alfabetización digital”, un tipo de destrezas que, mal que les pese a los apóstoles de la “natividad digital”, no se obtienen de manera innata en función de la fecha de nacimiento del usuario y el grado de implantación de la Web, sino que requieren de un proceso de aprendizaje teórico-práctico que hay que cultivar.
El hipertexto, como documento digital compuesto por unidades de información (nodos) articuladas entre sí mediante órdenes de programación (enlaces), mucho más allá de su dimensión técnica, es un lenguaje que, permitiendo nuevos modos de narrar, puede considerarse como la auténtica gramática de la Web.
La hipertextualidad es una de las condiciones necesarias de la interactividad: un texto con bifurcaciones exige que el usuario tome decisiones para que la narrativa y, eventualmente, el sentido, comparezcan en un enunciado digital.
Más allá de su función asociada al diseño de la navegación estructural de los espacios digitales, el hipertexto tiene una más compleja dimensión semántica al aportar referencia y contexto (campos semánticos) a los términos enlazados. En consecuencia, al programar enlaces de hipertexto en un documento digital, mucho más que establecer arquitecturas de la información, se definen contextos y contrastes documentales y semánticos.
La hipertextualidad convierte a los documentos digitales en mapas y a los usuarios en navegantes. Cada enlace de hipertexto es un destino a explorar, una invitación a completar un texto con una experiencia cognitiva más amplia y más rica, sugerida por el autor pero activada por el lector.
II. Aprender y enseñar a escribir
En marzo de 1998, con motivo de un seminario profesional impartido en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, tuve ocasión de preguntarle a Richard Walter, prestigioso profesor de guión de ficción en UCLA, si realmente era posible enseñarle a los alumnos a escribir. Walter me respondió algo que nunca olvidaré y que forma parte de mi modo de entender la misión de las instituciones educativas: “lo que podemos hacer es crear un entorno en el que los alumnos puedan cometer errores de forma segura”.
Para aprender a escribir hay que leer mucho, escribir mucho y tener la fortuna de contar con buenos editores que nos señalen los errores y nos ayuden a corregirlos. “Lo correcto es lo corregido”, solía repetir mi maestro Juan José García-Noblejas.
La enseñanza de la escritura hipertextual estuvo, hasta finales de los años noventa, atrapada en los discursos teóricos acerca del potencial del hipertexto y de las disrupciones que introduciría entre autores y lectores, textos y significados, lectura y juego, narración y sentido, y un largo etcétera que llevaba desde la precursora obra de Afternoon, a story de Michael Joyce (1987) hasta los textos de George Landow (1994).
Recién con la popularización de los blogs gracias a Blogger (1999), la teoría, la práctica, la enseñanza y el aprendizaje del hipertexto cobrarían una nueva dimensión en la medida en que docentes y alumnos finalmente pudieron contar con una herramienta accesible, gratuita y disponible en línea para la generación y lectura de hipertextos, de todos los géneros y en todas las lenguas.
Desde 2002, año en el que puse en marcha eCuaderno, utilizo de manera regular los blogs como herramienta docente y como plataforma de aprendizaje para mis alumnos en diversos cursos de grado y de postgrado del ámbito disciplinar de la Comunicación.
Fruto de las experiencias desarrolladas durante los últimos nueve años, propongo un sencillo decálogo para docentes que quieran aprovechar los blogs como plataforma para la enseñanza y el aprendizaje de la escritura hipertextual.
III. Blogs en clase: un decálogo para docentes
Una vez que se ha comprendido que la red no es una amenaza para la educación, y que los blogs no son solo tecnología ni escritura autobiográfica, sino fundamentalmente plataformas de comunicación pública, entonces llega la hora de incorporar los blogs a las estrategias y metodologías didácticas.
Diez pautas sencillas y prácticas para orientar la puesta en marcha de blogs de alumnos:
1. Animarles a explorar
Antes de poner en marcha un blog, es conveniente que los alumnos visiten una serie de blogs recomendados por el docente, con una mínima pauta de análisis para detectar las características del medio: títulos y descriptores, representación de la identidad de los autores, enfoques temáticos, frecuencia de actualización, estilo de escritura, uso de enlaces y recursos multimedia, conversaciones en los comentarios y lista de blogs recomendados (blogroll).
Por otra parte, en lugar de conducir la experiencia hacia una única herramienta, también es recomendable que los estudiantes tengan la ocasión de probar al menos dos plataformas diferentes (por ejemplo Blogger y WordPress) para que puedan escoger la que más les entusiasme.
Explorar la blogosfera con una pauta de navegación y de análisis es un magnífico ejercicio de lectura hipertextual que facilita a los alumnos el proceso de familiarización con la cultura y las convenciones de un medio que, como todos, tiene sus propias reglas.
2. Permitirles que escojan los temas
La gran tentación del docente a la hora de implementar blogs de alumnos en clase consiste en obstinarse en determinar los temas acerca de los que deben escribir. Precisamente una de las grandes paradojas del uso de blogs en clase es que no hay nada más opuesto a la cultura del blog que la escritura por obligación.
En la medida en que el objetivo didáctico tiene que ver con el aprendizaje de la lectura y de la escritura hipertextual, el enfoque temático de los blogs puede ser completamente libre. Es preferible que los alumnos escriban acerca de temas que les interesen (y, si es posible, que les apasionen), ya que la pasión del autor acerca de un tema es el ingrediente fundamental de un buen blog.
Un sorprendente y valioso efecto secundario de este ejercicio es que pone a los alumnos ante la exigencia de definir sus propios intereses y, cuando la tarea de poner en marcha un blog se asume en grupos, también deben enfrentarse a la necesidad de argumentar y de negociar el enfoque temático del proyecto.
3. Ayudarles con pautas y guías de estilo
La diferencia entre navegar e ir a la deriva radica no solo en la destreza del navegante, sino también en la precisión de los instrumentos de navegación que utiliza. Corresponde a los docentes la elaboración de listados de sitios y recursos recomendados, así como la organización del trabajo de los alumnos mediante pautas y guías en línea que faciliten a los estudiantes la tarea de afrontar el proceloso mar de la información de una manera progresiva y dirigida.
El blog del docente es una magnífica herramienta para orientar de modo gradual la tarea de los alumnos, así como para compartir recursos, guías de trabajo, casos y ejemplos.
En la medida en que se van acumulando experiencias con el paso de las diversas promociones, la recopilación de los blogs y los proyectos de cursos anteriores puede utilizarse para establecer el nivel mínimo aceptable y el marco de referencia para el trabajo de cada nuevo curso.
4. Acostumbrarles a respetar las fuentes
Cuando se realiza el esfuerzo de generar de manera periódica contenido de calidad para publicar en el blog, se aprende a valorar el trabajo que supone la escritura pública y se descubre hasta qué punto cada bloguer depende del contenido publicado en otros sitios. Por más originales que sean los temas que se abordan en cada post, siempre habrá otros autores que los hayan tratado con anterioridad. Los buscadores ayudan a descubrir que hay forma de documentar y de enriquecer cada historia publicada, imágenes inspiradoras y vídeos ilustrativos.
Incluso cuando no se utiliza directamente la información producida por un tercero, muchas veces nos pone sobre la pista de un tema acerca del que habría que escribir.
Atribuir y enlazar a las fuentes de las que se han obtenido y utilizado referencias, o simplemente a las que nos han llevado hasta un tema, es uno de los valores sobre los que se asienta la cultura bloguer.
5. Enseñarles a usar enlaces de hipertexto
A los alumnos que comienzan a familiarizarse con las herramientas de publicación en la Web, por lo general no les surge de manera espontánea la disposición a incorporar enlaces en los textos que escriben. Es más natural escribir que escribir enlazando.
Una vez que los alumnos hayan preparado el borrador de su primeros posts hay que ayudarles a descubrir todas las palabras y frases que podrían llevar enlaces de hipertexto: nombres de personas, marcas, instituciones, noticias y medios de comunicación, películas, ciudades, etc. Este uso referencial del hipertexto es el nivel más básico de aproximación a la cultura del enlace, que gradualmente habrá que orientar hacia usos más semánticos, que enriquezcan el sentido de lo escrito.
Comenzar a enlazar es también comenzar a ser descubierto por los sitios enlazados. Cada enlace es un aviso a un webmaster de que su sitio ha sido descubierto y valorado por otros, y es también un premio en la medida en que mejora el PageRank del sitio enlazado. Ese aviso conduce al webmaster hacia el sitio origen del enlace, y por esa razón es recomendable que los blogs de los alumnos, desde el comienzo, estén en condiciones de recibir dignamente a sus nuevos visitantes.
6. Explicarles la cultura de la reciprocidad
Suelo afirmar que “enlaza y serás enlazado” es el primer mandamiento bloguer, ya que resume la filosofía de reciprocidad que ha caracterizado a todas las comunidades de internet.
Aplicar la reciprocidad, con criterio, consiste en devolver, cuando sea oportuno y natural, los enlaces y comentarios recibidos, la incorporación en blogrolls de terceros, la difusión viral del contenido propio en medios sociales realizada por terceros, etc.
En un entorno caracterizado por la pluralidad de plataformas de difusión de contenido generado por los usuarios, la visibilidad de los contenidos propios se convierte en una cuestión estratégica, razón por la cual todas las contribuciones a la visibilidad merecen un reconocimiento. El enlace es la principal moneda de cambio en la economía de la atención instaurada por la Web.
7. Corregirles en privado
Ya que tanto los contenidos publicados por los alumnos, como los comentarios recibidos en cada historia, son comunicación pública, es preferible que los docentes no utilicen la función de los comentarios para corregir el trabajo de los alumnos.
Se trata, básicamente, de no poner a los alumnos en evidencia, y a la vez de ayudarles a corregir sus errores. En este sentido, es un buen recurso recoger y sistematizar los fallos detectados y comentarlos en clase de manera genérica para que cada autor se aplique lo que le corresponda (títulos de blogs demasiado largos, descriptores imprecisos, títulos de posts sin valor semántico para los buscadores, ausencia de enlaces de hipertexto, blogrolls incompletos o inexistentes, inadecuado contraste de colores, uso de lenguaje SMS, abuso de signos de exclamación, etc.).
En otros casos más puntuales, se pueden aprovechar las sesiones prácticas de laboratorio para hablar con los autores o grupos afectados y explicarles la diferencia entre citar y plagiar o la necesidad de atribuir y enlazar la fuente de las imágenes o informaciones que han utilizado.
8. Premiarles en público
Los mejores posts y los mejores blogs de clase deberían tener algún reconocimiento público. Los premios son un estímulo a la competitividad entre los grupos y a la autoexigencia de los autores. Además, los trabajos destacados siempre son una excelente referencia para las nuevas promociones y eventualmente contribuyen al marketing y a la visibilidad del propio centro académico.
La mención y el enlace de los mejores blogs de los alumnos en el blog de apoyo didáctico del docente es una forma sencilla de resolver el reconocimiento público de la excelencia.
9. Orientarles acerca de las repercusiones de la visibilidad
Desde el comienzo del proceso de definición y puesta en marcha de los blogs de clase, los alumnos deben haber sido advertidos acerca del impacto y de las responsabilidades que conlleva la comunicación pública. Aunque se trate de blogs de clase, los alumnos deben comprender que todo lo que publiquen podrá ser leído por cualquier usuario de la red, no sólo por los compañeros de clase y docentes.
Además, los alumnos deben ser conscientes de la perdurabilidad de los contenidos en línea gracias a la función de los buscadores. Hay que hacerles ver que sus futuras parejas, empleadores y familiares tendrán acceso en el futuro a los contenidos que publiquen en el presente.
10. Impulsarles a mantener los sitios actualizados
Los blogs de clase contribuyen a la construcción de la identidad y de la reputación en línea de los alumnos, y pueden formar parte en el futuro de su porfolio profesional para mejorar sus opciones laborales. Por esta razón, y aunque objetivamente es un logro muy difícil para el docente, hay que procurar que los alumnos mantengan actualizados los blogs de clase una vez finalizada la fase de evaluación.
IV. El impacto de Twitter
Desde su puesta en marcha en 2006, la plataforma de microblogging Twitter y sus mensajes de texto de hasta 140 caracteres, constituyen un magnífico complemento de los blogs como herramientas de alfabetización digital. Twitter ha cambiado el ecosistema de los blogs, y en general los medios sociales se han convertido en un nuevo entorno, más complejo y dinámico que la blogosfera, para el ejercicio de la escritura en línea.
En lo que respecta a la escritura hipertextual, la gran contribución de Twitter radica en la automatización de la generación de enlaces de hipertexto mediante el uso de los símbolos arroba (@) y numeral (#). Además del uso de direcciones URL (habitualmente acortadas para optimizar el limitado espacio disponible en cada mensaje), la utilización de la arroba junto a un nombre de usuario, o del numeral junto a una palabra clave, les convierten en enlaces de hipertexto que conducen, respectivamente, al perfil del usuario y a la conversación en torno al hashtag.
La gestión de la hipertextualidad en Twitter, así como el aprendizaje de la escritura breve y la lectura del vertiginoso timeline, convierten a esta plataforma en una interesante y valiosa contraparte de los blogs de clase para potenciar los procesos de alfabetización digital de los estudiantes.
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