Por Max Colchester y Ruth Bender The Wall Street Journal
PARÍS—Vincent Bolloré, el magnate francés que ha invertido en aceite de palma, un diario francés y agencias de publicidad globales, está haciendo este año la que quizás sea su apuesta más audaz: un proyecto de autos eléctricos compartidos para la Ciudad Luz.
Si todo ocurre como está planeado, cientos de autos eléctricos financiados por Bolloré SA estarán disponibles a partir de diciembre en miles de puntos de recarga especialmente diseñados y ubicados a lo largo de todo París. Por una pequeña suscripción y una tarifa por cada uso, los parisinos podrán utilizar los vehículos y devolverlos en cualquier estación de carga.
Para París, que firmó un contrato con Bolloré, el emprendimiento es un intento de reducir los embotellamientos y la polución. El uso de autos eléctricos, con lugares convenientes donde dejarlos y con costos muy bajos, ofrece precios muchos más económicos que los de servicios de alquiler de autos en otras ciudades. Y los analistas dicen que Autolib', como es conocido el programa de París, es más amplio que los programas de autos compartidos en ciudades como Londres y Austin, en Texas, que fundamentalmente utilizan autos que andan con gasolina.
Para Bolloré, Autolib' es una forma de probar una inversión realizada durante varios años de 1.500 millones de euros (US$2.000 millones) para desarrollar baterías y autos eléctricos. La empresa dice que le costará otros 200 millones de euros (US$287 millones) poner el programa en marcha.
"Es una idea muy audaz", dice Tali Trigg, un analista de la Agencia Internacional de Energía.
Si el programa para compartir bicicletas, creado por la ciudad hace cuatro años, sirve de guía, Bolloré también se verá afectado por los costos de mantenimiento debido al vandalismo o a la falta de cuidado de los usuarios. Alrededor de 8.000 bicicletas fueron robadas de la flota de 20.000 con que contaba el programa durante sus primeros dos años. Los autos eléctricos son más difíciles de robar y dañar que las bicicletas, dicen los analistas, pero también son más caros y sus baterías podrían atraer a los ladrones.
Para que se cumplan con los plazos del proyecto, Bolloré y sus colaboradores necesitan "hacer 5.000 agujeros en París, instalar 5.000 estaciones de recarga eléctrica, contratar a 1.500 personas y fabricar 3.000 autos", dijo el empresario en una entrevista.
Pero Bolloré no se deja intimidar. Aunque predice que el proyecto llegará a su punto de equilibrio dentro de tres años, es una manera de exhibir su tecnología de baterías para autos eléctricos. "O tenemos éxito y nos volvemos muy ricos o fracasamos y nos volvemos simplemente ricos", dice.
En la licitación del contrato de autos compartidos, Bolloré se enfrentó a gigantes como Avis Budget Group Inc. de EE.UU. El empresario francés ganó porque ofreció los precios más bajos para los consumidores, dijo la vicealcaldesa de transporte de París, Annick Lepetit.
Quienes se afilien a Autolib' tendrán que pagar una tarifa mensual de 12 euros (US$17), más unos 5 euros (US$7,18) por cada media hora de uso. También tendrán que dejar un depósito reembolsable de 150 euros (US$215). Se espera que la flota alcance unos 3.000 autos en marzo.
Para usar un auto, una persona entra en una cabina conectada por video a un operador. Luego de registrar su licencia de conducir y proveer detalles de su tarjeta de crédito, recibirá una llave que desbloqueará un auto cercano. Los conductores podrán utilizar una computadora que encontrarán en el vehículo para reservar espacio en otros puntos de recarga.
Belloré compró plantas en Bretaña (Francia) y Canadá para fabricar las baterías. La compañía italiana Cecomp SpA fabricará el Bluecar, como se denominará el vehículo que podrá recorrer 240 kilómetros y llegar a una velocidad máxima de 130 kilómetros por hora.
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