Los activistas han sostenido que los arrestos se han repetido durante el día en varios puntos del país. Además, varios grupos pro Derechos Humanos han asegurado que más de 560 civiles han muerto a manos de las fuerzas de seguridad desde que se iniciaron los levantamientos el 18 de marzo en la localidad de Deraa, en el sur de Siria.
Precisamente en esta ciudad, la semana pasada, el presidente sirio,Bashar al Assad, desplegó varias decenas de carros de combate. La dura represión ejecutada en esta ciudad ha sido el origen de las críticas de la comunidad internacional. El primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, que ha afirmado que «Siria no debería cometer otra masacre como la de Hama», en alusión a la masacre que ocurrió en 1982 en dicha localidad cuando el Ejército sirio aplastó con violencia una revuelta suní contra el régimen del presidente Hafez al Assad (padre de Bashar), causando la muerte de unas 30.000 personas.
Posibles sanciones económicas
Alemania y Reino Unido han afirmado que están planteándose la imposición de sanciones económicas junto con la UE a varios líderes sirios, emulando así las anunciadas el viernes pasado por Estados Unidos. Un hermano y un primo de Al Assad, la principal agencia de Inteligencia siria y su director, y la Fuerzas Quds iraníes fueron objeto de las sanciones norteamericanas.
«Las acciones brutales cometidas por el Gobierno sirio no dejan otra opción a la UE que presionar firmemente al régimen mediante sanciones en su contra», ha apostillado el viceministro de Asuntos Exteriores alemán, Werner Hoyer. Israel, por su parte, ha sostenido que el régimen de Al Assad está perdiendo el norte. Creo que Al Assad ha llegado al momento en el que va a perder su autoridad. El aumento de la brutalidad le está empujando hacia un callejón sin salida y, cuanta más gente mate, menos posibilidades tendrá de salir de él», ha apuntado el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak.
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