No hay día en que todos los diarios del mundo no hablen sobre la posibilidad de que Grecia incumpla sus compromisos relacionados con el pago de los servicios de su deuda soberana.
Los mercados no ignoran que los principales afectados con el incumplimiento del pago de los servicios de la deuda griega son los acreedores, entre los cuales está gran parte de la banca europea y agentes privados no bancarios de la región.
No ignoran tampoco que al incumplir con el pago de los servicios de su deuda, Grecia está invitando a otros países de la región, principalmente Irlanda y Portugal, a actuar de la misma manera, por lo que la probabilidad de registrar una nueva crisis bancaria mundial es alta, señala Casa de Bolsa Vector en su análisis semanal.
Calificación de Fitch
La semana pasada la agencia calificadora de riesgos Fitch bajó en tres tramos la calificación de la deuda soberana griega, así como la de sus principales bancos, quienes considera resentirían en primera línea los efectos de un posible incumplimiento de pagos, poniendo en riesgo no sólo su salud financiera sino incluso su existencia.
Según Fitch, los bancos griegos cuentan con una significativa exposición a la deuda pública de Grecia, cifrada en unos 63,000 millones de euros.
Por otro lado, no hay que perder de vista que los bonos del gobierno griego y la deuda garantizada por éste son empleados en gran medida como colaterales ante el Banco Central Europeo, por lo que no se descarta que haya penalizaciones para reflejar el aumento del riesgo soberano griego.
De acuerdo con cifras del Banco Internacional de Pagos (BIS) la deuda total de Grecia ascendería a 277,000 millones de euros, de los cuales 92,000 estarían en posesión de agentes económicos de Francia y 69,000 en los de Alemania. En total la nación tiene un nivel de deuda equivalente al 4% del total de deuda gubernamental que se ha emitido en la Eurozona.
El PIB de Grecia es de 230,170 millones de euros, de modo que la deuda equivale a 120% de su PIB, pero se prevé aumente a 166% el próximo año, en función de la caída económica que observará y del fuerte incremento de los servicios ante el aumento de las tasas de interés (cerca de 15 puntos porcentuales por encima de los bonos alemanes). Lo más grave es que el crecimiento del producto potencial griego apenas supera el 1.0% anual, por lo que no se ve la posibilidad de que pueda generar en el futuro los recursos necesarios para pagar su deuda. La única salida que le queda es el "default" (incumplimiento de pagos).
El problema de Grecia en tal sentido no es de sí cumple o no con las exigencias del FMI y del BCE. El problema es de insolvencia ante lo abultado de su deuda, lo elevado del déficit fiscal y lo reducido del crecimiento potencial de su economía.
Efecto indirecto
Si bien, México no tiene una exposición directa ante el problema griego, sí la tiene de manera indirecta a través de las relaciones financieras que sostienen las matrices españolas, inglesas y americanas de alguno bancos domiciliados en México no sólo con Grecia, sino sobretodo con Portugal e Irlanda.
Ante estas circunstancias la lógica aconsejaría mantenerse relativamente alejados de las inversiones en bancos y elevar los mecanismos de cobertura como podrían ser metales preciosos.
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