sábado, 16 de abril de 2011

¿Toca relevo en el mundo de las materias primas?

El precio del Brent podría caer  hasta los 105 dólares por barril en los próximos meses, desde los 120 actuales. Lo dice Goldman Sachs y suena a catástrofe, pero no es la única entidad que estos días habla de precios en torno a la cifra redonda.


Según Deka, existe  riesgo de mayores recortes en la producción de crudo y apuntan a niveles de 100,5 dólares por barril. Llama la atención, sin embargo, que estas previsiones aparezcan al mismo tiempo que la última encuesta de BofA Merrill Lynch del mes de abril apunta a un incremento en la exposición de los gestores a las “commodities”. En concreto, un 24% de los  encuestados están sobreponderando las materias primas en sus carteras, tres puntos porcentuales por encima del mes de marzo.
En los últimos 12 meses, el oro ha subido un 28%, la plata, un 122%, el paladio un 200%, el petróleo, un 43%, el cobre, un 23%,  el maíz, un 119%, el trigo un 73%...  Pero los gestores no dejan de hablar de desequilibrios entre oferta y demanda y de factores que, unos con más  tinte especulativo y otros con menos, deberían seguir soportando el impulso de estas materias, en especial, el crecimiento emergente . Ahora bien, ante la posibilidad de que las “commodities” más “calientes” nos acaben dando un gran susto (el gráfico de la plata, sin duda, es espectacular), los expertos aconsejan ir de la mano de fondos diversificados y siempre como complemento de una cartera global. Muchos fondos especializados en materias primas tienen una exposición muy elevada al petróleo (a veces, de hasta el 75%). 

De hecho, si vemos la evolución este año de los fondos de “commodities”, los que mejor han soportado la elevada volatilidad de los mercados han sido los más diversificados. Aquellos referenciados, por ejemplo, sólo al oro, acumulan, en buena parte, caídas, a veces  superiores al 10%. Sin embargo, aquellos que operan con carteras más globales llegan a subir más de un 13%. Hay que tener en cuenta que estos fondos no suelen invertir directamente en la materia prima, sino en compañías mineras o que tienen que ver con el sector, así que la relación precio materia prima/acción no es directa ni perfecta. 

Activo refugio... o ¿real?

El debate que se está suscitando en los últimos meses es: ¿optamos por materias primas que, como el oro, actúan de activo refugio ante incertidumbres geopolíticas y, además, permiten adoptar una estrategia anti-inflacionista, o miramos hacia otro tipo de materias, más ligadas a la actividad real, como los metales industriales? Algunas voces apuntan a lo segundo; otras siguen apostando por el metal amarillo; incluso los hay que se deciden por  las materias agrícolas, donde los cambios demográficos  y culturales a largo plazo en los países emergentes sirven de acicate. 

El equipo de recursos naturales de BlackRock, por ejemplo, asegura que el cobre captará este año parte del protagonismo del que ahora disfrutan el oro y la plata. En opinión de esta gestora, los retos a los que se enfrenta la producción del cobre son estructurales y pueden prolongarse en el tiempo, lo que probablemente se refleje en un aumento del precio de este metal, en beneficio de las mineras. El cobre es clave en las infraestructuras eléctricas y eso podría mantener firme su demanda. 

Pero, ¿qué pasaría si se produjera una desaceleración en las economías emergentes, claves para la evolución de estos activos? Según Carlos Andrés, director de inversiones de March Gestión, en este caso (subidas de tipos de Asia, posible sobrecalentamiento en Latinoamérica...), se podría producir un efecto negativo sobre los precios de las materias primas que se han visto favorecidas por la fortaleza de la demanda emergente, sobre todo, las industriales. En principio, dicen, deberían seguir subiendo, pero han de consolidarse las expectativas de crecimiento.  

En March Gestión siguen siendo más favorables al oro. Creen que, mientras continúen las incertidumbres respecto a la finanzas de los Gobiernos, los activos refugio seguirán fuertes. “Y más si crecen las dudas respecto a la situación fiscal y presupuestaria de EE.UU.”, añaden. A ello se unen las posibles tensiones inflacionistas. Tampoco podemos obviar el hecho de que, aunque el precio del oro ha subido más de 350% desde 2001, la producción minera no ha experimentado grandes cambios desde entonces. El platino, por su relación con el sector de la automoción, es otro de los metales favoritos de los gestores. Además, ha subido  menos que el oro y  la plata.

Por lo que respecta a las materias primas agrícolas, éstas están influenciadas por la bajada de los inventarios, las malas cosechas, el uso para la cría de ganado y la utilización para biodiesel. “En términos reales no están en máximos históricos y pueden subir”, dice Andrés. Desde JPMorgan AM, Manuel Arroyo, director de estrategia para España y Portugal, no está tan acuerdo. Asegura que algunas como el trigo, la soja o el maíz están cerca de sus máximos históricos por las inundaciones en Canadá, China y Australia y por las sequías en Rusia y Europa. “En el futuro, es probable que el precio de los alimentos siga creciendo, pero en el corto plazo, la falta de oferta actual se cubrirá con nuevas cosechas y los precios deberían caer a medida que los bienes lleguen al mercado”, afirma.

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