Primero fue la agencia de calificación crediticia S&P la que, aunque rebajaba la calificación de la deuda irlandesa hasta BBB+, la sacaba de la lista de países bajo vigilancia y situaba su perspectiva en “estable”, por la credibilidad que le merecían los últimos estrés test a los que se ha sometido el sistema financiero del país. Y, a continuación, Morgan Stanley titulaba su informe sobre la deuda irlandesa “momento de comprar”. Bonos a largo plazo, en particular.
Después de muchos días de “amenazas” de que los inversores que compraron deuda de los bancos irlandeses no recuperarían su inversión completa o que, incluso, tendrían que aceptar el impago de algún cupón, parece que las pruebas de solvencia a las que se ha sometido su banca han cambiado completamente el panorama, porque asumen un escenario muy duro, con pérdidas futuras comparables a las de la crisis subprime estadounidense, que se unirían a las que ya ha reconocido el sistema hasta ahora.
¿Habrá reestructuración?
El fantasma de la reestructuración de deuda o del “default”, es decir, de un cambio de las condiciones, tanto en plazo como en cuantía, de los compromisos con sus acreedores, se disipaba un poco. “Con el test de estrés, el Gobierno tenía una excusa para anunciar que no podría hacer frente a todas sus deudas, pero no lo ha hecho”, comenta José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. “Mi verdadero temor era que al llegar el nuevo Gobierno anunciara la reestructuración de la deuda”, reconoce este experto.
Porque la situación del país es seria: su deuda llegará a niveles que supondrán dedicar el 13% del PIB y un tercio de los impuestos a pagar intereses (frente al 7% del PIB que Portugal paga por los intereses de su deuda). Pero, a corto plazo, este analista no cree que el país reestructure su deuda. Aunque según algunos analistas, Grecia sí podría reestructurar su deuda antes de 2013, lo que podría arrastrar también a Irlanda y a Portugal. “Si Grecia reestructura su deuda, sería muy dificil que Irlanda y Portugal no lo hagan también. Es un efecto dominó”, asegura Marie-Anne Allier, de Amundi Asset Management. Aunque la situación de Irlanda y la de los otros dos países periféricos sea muy diferente: la irlandesa es una economía muy competitiva, flexible y con potencial de crecimiento, al contrario de lo que sucede con Grecia y Portugal.
¿Hay que comprar deuda?
¿Entonces, está Morgan Stanley en lo cierto? ¿Es interesante comprar deuda irlandesa? Lo primero que advierte José Carlos Díez es que, en todo caso, sería solamente recomendable para inversores profesionales, no para los minoristas. José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi, dibuja el escenario que hay que “creerse” para seguir el consejo de Morgan con los siguientes elementos: “El test de estrés ya tiene totalmente valorado el riesgo de la banca, Europa seguirá apoyando, permitiendo un Impuesto de Sociedades bajo, que las reestructuraciones de la deuda pública en algunos países, si las hay, serán a medio plazo”. Y añade: “Estos inversores buscan rentabilidades a corto beneficiándose de la escasa liquidez del mercado”.
Tampoco sería descabellado pensar, como no ocultan algunos analistas, que Morgan Stanley pueda estar creando mercado, es decir, que quiera deshacerse de deuda irlandesa y, para ello, recomiende que la compren los pequeños inversores. No sería la primera vez que los bancos aconsejan a los inversores aquellos activos de los que se están deshaciendo. Si tiene alguna duda, vea el documental “Inside Job”.
En las reestructuraciones también se gana
Pero en el mercado todo tiene un precio. José Carlos Díez pone el ejemplo argentino para mostrar que sí se puede ganar dinero apostando por un país que puede verse abocado a una reestructuración de su deuda. Un bono argentino se emitió costando 100, en el mercado secundario cayó hasta 10, pero el Estado recompró a 20, con lo que el inversor que se atrevió a comprar deuda del país en el peor de los momentos consiguió una rentabilidad del 100%. En esa misma idea insiste Alberto Matellán, de Inverseguros: “En una reestructuración, el inversor recupera una parte de la inversión. Si consigues comprar al 60% sobre el nominal y después de la reestructuración recuperas el 70%, pues eso que has ganado”.
En Grecia, el país que más papeletas tiene para reestructurar su deuda, los crédit default swaps (CDS, seguros contra el impago) descuentan una quita del 60%. El ráting de Moody's, del 80%. En Irlanda, los CDS descuentan una quita de entre el 40%-45%. Éstas son las cifras que debe tener en cuenta a la hora de decidir si comprar esta deuda, o no. Porque el precio del bono a diez años irlandes ha caído algo más de un 30% desde principios de 2010.
“Estas posiciones tienen riesgo. Especialmente ahora. Pero siempre (casi siempre, realmente) hay precios a los que se cierran operaciones en cualquier mercado. Es el equilibrio entre rentabilidad y riesgo”, concluye Martínez Campuzano. “En el pasado, con este tipo de operaciones se han logrado beneficios muy fuertes, pero tiene su riesgo”, añade Matellán. “Sí hay argumentos que pueden justificar una compra, teniendo muy claro dónde te metes”, continúa.
Morgan no espera una reestructuración
Pero Morgan Stanley no trabaja con un escenario de posible reestructuración de deuda. A su juicio, la estabilización del sistema financiero irlandés deberá permitir una mejora de la situación económica y de la confianza de los inversores en la sostenibilidad de la deuda irlandesa en el medio plazo. Morgan Stanley prevé que la deuda pública se estabilice en el 120% del PIB en 2013 y comience a reducirse gradualmente entre 2014 y 2015, ayudada por el proceso de privatización de los bancos.
Entonces, lo que espera Morgan es que, poco a poco, los inversores vayan observando una reducción del riesgo de invertir en Irlanda, los intereses bajen y los precios de los bonos suban. De hecho, en los últimos días, la prima de riesgo de la deuda del antiguo tigre celta se ha reducido ligeramente.
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