Por Brett Arends The Wall Street Journal
Habitualmente uno no se inspira en la familia real británica para obtener consejos sobre cómo ahorrar dinero. Asumámoslo. Pero si está planeando su propio gran día, podría seguir algunas ideas útiles del príncipe William y de Kate Middleton. He aquí hay seis de ellas.
1. No desperdicie dinero en un anillo de compromiso.
¿Cuánto ahorraron William y Kate? De acuerdo con la última encuesta de TheKnot, un sitio web dedicado a bodas, el novio promedio gastó el año pasado US$5.400 en el anillo de compromiso. Es cierto, que esta encuesta solamente cubre aquellas parejas que contrataron a un vendedor profesional para su boda, así que la muestra está sesgada hacia los que gastan más. Pero la cifra no está totalmente alejada de la realidad.
El complejo industrial-matrimonial, y más específicamente el sector de la joyería, gusta decirles a los novios que deberían gastar seis semanas o incluso dos meses de salario en la alhaja.
El príncipe William trabaja como piloto de búsqueda y rescate de la Real Fuerza Aérea de Gran Bretaña, con el grado de teniente. Su salario ronda entre US$47.000 y US$56.000 anuales. Además de eso, recibe un ingreso no revelado proveniente de la propiedad de su padre, el Ducado de Cornwall.
Si hubiese gastado dos meses de salario, el anillo le hubiese costado entre US$7.800 y US$9.300. Incluso si hubiese gastado la paga de seis semanas, el costo hubiese rondado entre US$5.400 y US$6.500.
En vez de eso hizo un truco inteligente. Le dio a Kate un anillo que la familia ya tenía.
2. Ahorre también en los anillos de casamiento
William ni siquiera tuvo que salir a buscar un anillo de casamiento para Kate. Encargó que hagan uno con una pequeña cantidad de oro galés que la familia real recibió hace algunos años. Y no tendrá que pagar por un segundo anillo, porque él no lo usará.
Es cierto, los anillos de casamiento habitualmente no son un costo importante. Cuestan mucho menos que el anillo de casamiento. Pero los precios del oro subieron 30% en un año y han aumentado a más del doble en cinco años. El platino está en auge. Incluso la plata ha despegado.
Todo suma.
3. No se ponga muy tradicionalista con las cuentas
Usted conoce las viejas reglas. Los padres de la novia pagan la boda, no importa lo que pase. El novio paga la luna de miel.
Ya no.
La familia del novio pagará la boda de esta semana, por la simple razón de que son extremadamente ricos. Los padres de Kate Middleton se están encargando de una cantidad menor.
No son pobres. Pero no están en el mismo nivel de la familia del novio. ¿Alguien sugiere seriamente que tengan que pagar la factura?
El príncipe William no pagará tampoco por la luna de miel, según informes provenientes de Londres.
"No creo que William pague nada", me dijo un buen amigo de su difunta madre. El Palacio de Buckingham, cuando llamé, no quiso hacer comentarios.
Si el príncipe William puede no pagar por la luna de miel, cualquiera puede hacerlo.
4. No se aferre al sábado
¿Porqué todo el mundo tiene que casarse un sábado?
Sí, es conveniente. La mayor parte de sus invitados tienen el día libre. ¿Pero eso es todo?
Haga las cuentas. El lugar que usted quiere para su boda no está libre un sábado hasta 2037. Pero sí lo está de aquí a dos meses otro día de la semana. ¿Por qué es eso un problema?
Por eso, felicitaciones a William y Kate por romper la tradición. "El viernes es un día menos caro para casarse", dice la editora en jefe de The Knot, Carley Romey. Los lugares están menos concurridos y son más baratos. Y podría ahorrar dinero en otros aspectos del casamiento. Fácil.
5. Haga dos recepciones
La nueva pareja, como la mayoría de las parejas, tiene una lista pequeña de personas a las que quieren invitar a su boda. Y una larga lista de gente a la que tienen que invitar. Considérese afortunado por tener que invitar al molesto tío Juan. William y Kate tienen que invitar a la mitad de los dictadores del mundo y a una poco atractiva variedad de celebridades.
La solución: dos recepciones. Una grande en la tarde para todos a quienes usted tiene que invitar. Luego haga una más pequeña al anochecer, para quienes usted quería invitar.
Es más barato, también, si puede engañar al primer grupo con champagne y canapés.
6. Y deje de preocuparse por el apellido
Constantemente me veo desconcertado por el tiempo y la energía que las novias destinan a determinar si cambiarse o no de apellido. Realmente, un apellido es solamente un apellido. Puede compartir el apellido de su marido o el de su padre. "Su" apellido es cualquiera que usted elija.
¿No me creen? Fíjense el caso de la pareja real.
No estoy hablando de Kate Middleton, aunque estoy seguro que no tiene problemas en cambiar su nombre a Kate Windsor.
Estoy hablando de la familia del príncipe William.
El nombre de su familia no era Windsor. Hasta 1917 era Sajonia Coburgo Gotha. Lo cambiaron –se pueden imaginar porqué– durante la Primera Guerra Mundial para no sonar tan germánicos.
(En ese momento, el káiser Guillermo II preguntó sarcásticamente preguntó si la obra de Shakespeare "Las alegres comadres de Windsor" iba a ser rebautizada "Las alegres comadres de Sajonia Coburgo Gotha").
Los integrantes de la familia real británica no se aferraron a un apellido. ¿Por qué deberían hacerlo los demás?
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