Paralizan los embarques de granos en Rosario, Bahía Blanca y Quequén

4/3/2011 - Por motivos diferentes, dos protestas sindicales impidieron ayer los embarques de granos desde las terminales portuarias del Gran Rosario y de las de Bahía Blanca y Quequén. Las medidas de fuerza fueron confirmadas a LA NACION por directivos de las empresas aceiteras y cerealeras afectadas, y por autoridades del Centro de Navegación, institución que representa los intereses de las compañías marítimas internacionales en el país.

Sector complicado / Nuevo bloqueo y castigos a exportadores Paralizan los embarques de granos en Rosario, Bahía Blanca y Quequén Por motivos diferentes, los gremios portuarios y marítimos impidieron la operación en los puertos Por motivos diferentes, dos protestas sindicales impidieron ayer los embarques de granos desde las terminales portuarias del Gran Rosario y de las de Bahía Blanca y Quequén. Las medidas de fuerza fueron confirmadas a LA NACION por directivos de las empresas aceiteras y cerealeras afectadas, y por autoridades del Centro de Navegación, institución que representa los intereses de las compañías marítimas internacionales en el país. En el caso de los puertos privados del río Paraná, la acción la encaró el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA), que agrupa a los estibadores. "El motivo es exactamente el mismo del año pasado: se acerca la cosecha y presionan de esta manera para negociar tarifas", indicó en reserva el ejecutivo de una de las exportadoras afectadas. El conflicto no se encuadra en una paritaria, sino en una negociación por las tarifas que cobra la única cooperativa que presta servicios de estiba a todas las terminales de San Lorenzo, San Martín y Timbúes, entre otras localidades de la región. Se trata de la Cooperativa de Trabajos Portuarios Limitada del Puerto General San Martín. El presidente de la cooperativa es Herme Juárez, quien es también secretario general del SUPA. El bloqueo de los puertos de Terminal 6 y Cargill lo realizaron los trabajadores del SUPA -todos empleados de la cooperativa- porque lo decidieron tras una asamblea, al ver que las negociaciones no avanzaban, según confió Juárez a La Nacion. "No somos un monopolio: somos los mejores. Empleamos a 700 trabajadores y todos los años repartimos ganancias. Las otras empresas se fundieron", acotó. El año pasado, el SUPA frenó durante más de 10 días los embarques y logró un aumento del 27% en las tarifas en dólares. "Ofrecimos un 20 por ciento de aumento hace meses y no nos respondieron. Siempre esperan hasta que empieza a caer la cosecha para presionar", dijeron en una empresa aceitera. En Buenos Aires En tanto, en Bahía Blanca y Quequén desde ayer el Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) -que agremia al personal embarcado- niega el servicio de remolque a los buques cerealeros, esencial para que entren y salgan de los puertos. El titular del SOMU, Omar Suárez ("Caballo"), ingresó en el directorio de la naviera argentina Maruba, la única de bandera nacional que prestaba servicios de transporte de contenedores al exterior. Pero este negocio quebró y ahora pretende ingresar en el rubro de transporte de granos. Suárez reconoció a LA NACION: "Esto se va a ir complicando si los exportadores de cereales no nos dan contratos para que Maruba transporte granos argentinos", luego de lo cual agregó que la naviera consiguió un préstamo en China y que dentro de 15 días recibirá el primero de una serie de 17 barcos nuevos. Además de las cerealeras que no pueden exportar, los damnificados por los bloqueos gremiales son también los armadores, dueños o fletadores de los buques graneleros. "Lamentablemente, una vez más los barcos tienen que pegar la vuelta, evitar la carga y los puertos argentinos, y dirigirse a otros puertos a completar la bodega", precisó Richard Ker, directivo de Abbey Sea Shipping Services, agencia que tenía ayer seis barcos demorados río arriba, en San Lorenzo. "Es una situación que se repite demasiado y afecta a toda la cadena de costos logísticos. La ruptura de contratos, que sucede cada vez que un barco no puede cargar, se traduce en un encarecimiento de la operación en el país", amplió, tras recordar que estas acciones tiñen la operatoria del segundo exportador mundial de granos. La Nación – Emiliano Galli